Las elecciones de este fin de semana son complejas de analizar de acuerdo a Goldman Sachs. Sin embargo, ya habían establecido un positivo resultado para la centro derecha como criterio para considerar mayores posibilidades de una redacción de la nueva Constitución más apegada al modelo actual y al quorum de 2/3.
Bajo esas consideraciones, lo que su economista jefe para America Latina, Alberto Ramos, ve por delante es “ruido”. Así lo asegura en el informe publicado esta mañana, donde señala que “los resultados electorales atestiguan la profunda desconfianza del establecimiento político y el alto rechazo de las estructuras políticas tradicionales”.
Es en ese marco, que el experto plantea que la decisión que tomaron los chilenos, en una histórica jornada electoral de dos días, “podría traducirse en un proceso de redacción de la constitución muy ruidoso”.
En ese contexto, la entidad anticipa que “la nueva Constitución valide un estado más grande e intervencionista y la ampliación de la red de seguridad social para satisfacer las demandas sociales de mejores servicios públicos de salud y educación, pensiones más altas y menor desigualdad”.
Según el banco “esto añadiría más presión sobre la dinámica fiscal y de la deuda, que ya se está deteriorando, y un posible cambio de las políticas e instituciones favorables a la inversión hasta ahora podría afectar el desempeño macroeconómico a mediano plazo”.
En el detalle, el reporte consigna que “la coalición de centro-derecha Chile Vamos aseguró solo 37 delegados (24% de los 155 escaños de la Convención) y, por lo tanto, no alcanzó el umbral de un tercio (52 retrasos) para poder bloquear/vetar contenido en la nueva constitución”
Asimismo, la entidad califica de “buen desempeño” el 18,7% conseguido por el pacto del Frente Amplio y el Partico Comunista, de “rendimiento inferior” el 14,5% de los ex partidos de la Concertación y de “buen resultado” el de 15,5% de la Lista del Pueblo.
En definitiva, Ramos explica que “ninguna de las listas / grupos principales controlará más del 25% de los 155 escaños (es decir, todos por debajo del 33%, 52 escaños, necesarios para tener virtualmente poder de veto sobre el nuevo contenido de la Constitución). Los grupos/delegados independientes y de izquierda ocuparán más del 70% de los escaños, pero existe una heterogeneidad significativa entre ellos (algunos de los delegados de centro-izquierda pueden tener opiniones moderadas)”.