“Me va a tomar tiempo digerir la emoción”, confiesa Gonzalo Muñoz, high level champion de la COP25 y uno de los protagonistas de la Conferencia de las Partes (COP26) que finalizó este viernes 12 de noviembre en Glasgow, Escocia. Un día antes, frente al plenario de la cumbre mundial climática de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y en una transmisión online a todo el planeta, se le hizo un homenaje por estos últimos tres años que ha trabajado por crear conciencia en las entidades no gubernamentales del mundo (empresas, sector financiero, gobiernos locales, sociedad civil, universidades, etc.) sobre la importancia de crear acciones para disminuir el calentamiento global, principalmente, basándose en la ciencia.
Además, al fundador de TriCiclos y Manuia le tocó desarrollar este rol de una manera muy especial. El 2018, Brasil rechazó organizar la COP25 para el año siguiente. Rápidamente, Chile se ofreció a hacerlo y, en ese contexto, Muñoz fue nombrado como champion. Pero las condiciones después del estallido social no permitieron hacer el evento en Santiago y se trasladó a Madrid (coorganizado entre Chile y España). Luego, la pandemia canceló la COP26 en el Reino Unido el año pasado. Fue cuando el chileno comenzó su labor junto a su símil británico, Nigel Topping. Finalmente, el encuentro se hizo en noviembre de este año, y Muñoz da esta entrevista cuando quedan pocas horas para que finalice, con los acuerdos y sueños en la boca del horno. “En lo formal, mi agenda terminó el penúltimo día de la cumbre, donde entregamos un resumen de nuestro trabajo a las partes (naciones) que conforman la conferencia. Una especie de anuario de resultados (yearbook). Pero aparte, en la COP25 se nos pidió que para Glasgow presentáramos un informe del feedback que hemos recogido estos tres años”, dice Muñoz.
¿Y qué contiene ese informe?
- Un programa de cinco años, con una visión de 10 años sobre ciertos pasos que se deben dar. Las partes lo que hacen es reaccionar a ese documento.
¿Pero influye en los acuerdos finales de la COP26?
- Si nuestro proyecto es valorado, estará en la decisión final. Esperamos que tenga una aceptación de nuestro programa, lo que le da a la agenda de los gobiernos y a las empresas una fuerza que no ha tenido nunca. Creo que sería extremadamente raro que no aprobaran nuestras recomendaciones. Lo que hemos logrado en estos tres años es articular la forma de trabajo de los actores no estatales y ponerla de tal forma que encaje perfecto en lo que las naciones necesitan. Y lo que vimos es que las naciones reconocieron que lo que presentamos no solo es consistente con su lenguaje y reglas, sino que además, contribuye para que se sientan confiadas de que esos actores van a ayudar a la ambición climática.
¿Realmente el sector privado ha tenido un cambio con respecto a la COP anterior?
- Es complejo generalizar. No todo el sector privado está en la misma sintonía. Pero a grandes rasgos la narrativa cambió. Luego de muchos años de negacionismo, hoy es absolutamente transversal que estamos frente a una crisis climática de proporciones.
Pero aún hay varios negacionistas…
- También conozco gente que cree que los gatos son alienígenas, que la Tierra es plana o que Maradona es dios. Hay personajes que siempre creen que es interesante ser excéntrico, no voy a perder el tiempo en ellos. La verdad es que en los dos últimos años hemos visto un alineamiento gigante con la ciencia. En el primer año en que me tocó ser champion había más resistencia, ahora ya no.
¿También esto se ha dado a nivel de decisiones de inversión?
- Así es. Por ejemplo, en el mundo empresarial la crisis climática nos presenta un escenario riesgoso, versus construir un escenario más saludable, sustentable y de bienestar. Existen riesgos que se pueden traducir en inestabilidad, inseguridad y mayores costos financieros. Incluso, esto se va a traducir cada vez más en regulaciones, por lo que se puede empezar a trabajar el músculo.
¿Ayudó el Covid en esa aceleración?
- Sin duda, así como el cambio de gobierno en Estados Unidos y la inestabilidad de los combustibles fósiles. Sobre todo, el Covid ha ayudado a demostrar lo que somos capaces de avanzar como humanidad en resolver un problema y lo importante de seguir a la ciencia. También ayudó el alineamiento de ciertos sectores y liderazgos.
¿Por ejemplo?
- En enero de 2019, cuando ya había pasado la COP24 en Katowice, había unas 10 empresas alineadas con la importancia de reducir la temperatura del planeta. Nuestra misión era doblar esa cifra para la cumbre climática de septiembre de ese año en Nueva York, donde el secretario general de la ONU me pide movilizar a los actores no estatales en esa línea. Llegamos con 97 empresas al 24 de septiembre. Hoy, estamos con más de 5 mil.
¿Cómo ve a las empresas chilenas en este compromiso?
- En Chile hay muchos avances significativos, como el tema de la descarbonización de la energía eléctrica, en el que participan varios actores, pero con un liderazgo importante de empresas que decidieron poner un calendario para cerrar las plantas. Es muy significativo lo que ha pasado en la limpieza de la matriz energética, así como el desarrollo de energía renovable. Por supuesto que se requiere de un sector público que regule e incentive. También ha sido importante todo lo que tiene que ver con la electromovilidad. Por ejemplo, en la campaña mundial Race to Zero, al principio participaban unas pocas empresas chilenas como Concha y Toro, Aguas Andinas y Arauco. Luego se sumaron muchas Empresas B, así como grandes compañías. Hoy, Chile, debe estar entre los puestos 10 a 15 del mundo con el mayor número de empresas nacionales comprometidas.
¿Y en el sector financiero?
- Básicamente hay tres grandes casos. BancoEstado, que se comprometió a través de la Alianza de Bancos; Linzor Capital, mediante una estrategia de activos financieros; y Betterfly. Espero que empiecen a avanzar otras entidades. Sé que hay bancos, fondos de inversión y dueños de activos financieros que están analizando cómo incentivar esta lógica dentro de sus sistemas de gestión.
¿Cuáles son los próximos planes de Gonzalo Muñoz?
- Parte de mi compromiso con Nigel Topping es ver qué pasa con la agenda que entregamos, lo que podría eventualmente condicionar lo que yo haga en el futuro. Llevo trabajando en esto tres años y no puedo simplemente desentenderme y que el mundo decida qué hacer. Hay un compromiso que esa agenda siga. Y, por supuesto, tengo un compromiso fuerte también con TriCiclos y Manuia, y mis socios que me han aguantado tres años en esto (ríe). Me prestaron dos y se me alargó el período.