En la lucha contra la crisis ambiental, Gonzalo Muñoz Abogabir se ha convertido en un referente internacional desde que fue nombrado Champion de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) 25 que se efectuaría en Chile en 2019, pero que se trasladó a España debido al estallido social que se vivió en el país. Desde entonces, ha ido acumulando reconocimientos, incluyendo una condecoración de la Reina Isabel II de Inglaterra por su liderazgo frente al calentamiento global.
Con el fin de seguir en la lucha por este propósito, ha fundado recientemente una ONG con sede en Chile, Ambition Loop, junto con Nigel Topping, ex Champion de la COP 26, y el ejecutivo Daniel Vercelli, cuyas principales áreas de trabajo se enfocarán en la agenda de acción climática y el financiamiento para aplicar medidas de mitigación y adaptación dentro de las economías emergentes, teniendo como hoja de ruta la COP 30 que se realizará en Brasil en 2025. “Cuando hablamos de organizaciones que abordan temáticas globales, como Ambition Loop, lo habitual es que se establezcan en Washington, Nueva York, Londres, Ginebra. Nosotros decidimos que la organización estuviera basada en el sur global, en este caso en Chile, por el ánimo de ayudar a constituir el equilibrio de voces o representatividades”, cuenta Muñoz a Pulso La Tercera.
La idea de la nueva organización sin fines de lucro, que tiene gran parte de su equipo en Sudamérica, es ayudar a acelerar las transformaciones necesarias en los diversos sectores económicos y aportar en las políticas públicas para facilitar el rol de las alianzas público-privadas como un motor de desarrollo sostenible. Para ello, Muñoz ya tiene trayectoria en el mundo del emprendimiento: es cofundador de Sistema B, de la empresa de ingeniería y asesoría en la aplicación de economía circular TriCiclos, de la consultora de sostenibilidad Manuia y del proyecto vitivinícola viña Polkura.
“El mundo está atravesando por una serie de crisis ambientales que requieren una articulación multi-actor, que los países tomen acciones cada vez más determinantes”, señala el ex Champion de la COP 25.
Para explicar cómo ha nacido Ambition Loop, Muñoz aborda el concepto del ciclo de la ambición: “Es un mecanismo descrito en el Acuerdo de París, dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que ayuda a generar un ciclo virtuoso, donde las políticas públicas -articuladas a nivel global- envían un mensaje a la economía real. Ese acto de, incluso subir la vara, sirve para que los gobiernos, ya sea a nivel global o local, vayan fortaleciendo las políticas públicas para generar una mesa nivelada que ayuda a que la economía se mueva cada vez más alineada con estas necesidades de tener un medioambiente estable, saludable y próspero”.
¿Cómo pretenden movilizar al sector privado, sociedad civil y representantes gubernamentales en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para la protección de las personas y el medioambiente?
-La sociedad civil, el sector privado, las empresas, la entidad financiera ya están, en muchos casos, conectados con la Agenda 2030; ya sea porque dicha agenda está más presente en los mercados financieros, roadshows, eventos de negocios, expectativas del talento o de desempeño de las compañías y municipios.
La sostenibilidad ya es una temática bastante transversal. No necesitamos salir a crear esa necesidad o intencionalidad. Lo que queremos es ayudar a identificar qué, en la economía real, sirve para inspirar a los gobiernos con el fin de generar condiciones más sólidas de avance en esta agenda y dónde se pueden apoyar estas políticas públicas a nivel global o local para su aceleramiento.
La vicesecretaria general de la ONU dijo que América Latina y el Caribe alcanzarán recién el 22% de las metas de los ODS para 2030.
¿Por qué se está avanzando tan poco?
-No únicamente en los 17 ODS, también en todas las metas específicas. No sólo se requiere de una articulación profunda en esta lógica multiactor, sino que probablemente nunca se tuvo en consideración la cantidad de dificultades que estamos encontrando en el camino: desde conflictos bélicos hasta una pandemia.
El desafío de poner estos macroobjetivos de forma fija, con tanta anticipación, probablemente es parte de las lecciones del sistema de la ONU. Se necesitan hoy, posiblemente, herramientas de flexibilidad que ayuden a ir entendiendo cómo la vida está cambiando a una velocidad mucho mayor de lo que imaginábamos hace 15 o 20 años.
¿Cómo pretenden colaborar para mejorar esta proyección de la vicesecretaria de la ONU sobre las ODS?
-Decidimos que si íbamos a crear una ONG, estuviera basada en una economía emergente, pero la agenda es global. Trabajaremos en aquellas agendas, donde tenemos alguna suerte de mandato o vínculo con los países, las negociaciones y, por supuesto, fortalezas muy concretas de movilización de actores no estatales.
Hoy, esos temas son fundamentales para las finanzas climáticas, la aceleración de los recursos financieros necesarios para las transformaciones, tanto en materia de mitigación como en adaptación. Eso principalmente enfocado en economías emergentes.
¿Cómo están viendo la interacción entre los sectores público y privado en Chile para cumplir con las agendas globales?
-Eso es variable en función del sector. En algunos esa articulación ha sido tremendamente virtuosa, incluyendo ejemplos dignos de replicar a nivel global como la transición de una matriz eléctrica, muy dependiente del carbón y combustibles fósiles, a una cada vez más descarbonizada y con mayor presencia de energías renovables. También hay una articulación que ha permitido el avance de la electromovilidad y, por supuesto, otro ejemplo interesante es cómo la minería en Chile ha sido un actor importante en promover tecnologías, energías renovables y la desalinización de agua.
Pero hay desafíos concretos asociados a industrias como la forestal, agrícola o pesquera.