Gonzalo Said Handal (57 años) finaliza la próxima semana una de las tantas tareas que lo han tenido ocupado durante los últimos ocho años. En estos días le dice adiós a la presidencia de Generación Empresarial, una fundación constituida hace 28 años que tiene por misión promover la ética y las mejores prácticas al interior de las empresas. “Por estatuto corresponde y también porque creo que es muy importante que las instituciones se refresquen”, sostiene el también director de Embotelladora Andina y Scotiabank Chile. Ha sido un período de transformación del mundo privado, atravesado por escándalos de colusión, estallido social y pandemia. “Uno se va con un poco de pena porque haber estado ocho años no es menor. He visto una gran evolución y un interés creciente en las empresas por abordar estos temas de integridad”, plantea Said, quien fue electo consejero de Sofofa en 2019 hasta 2023.

En su mandato, en Generación Empresarial no solo han asesorado a compañías privadas, sino también a entidades públicas como el Banco Central, Enap y el SII. Ya llevan 15 años desarrollando el Barómetro de Ética y Valores, donde, vía una encuesta, las empresas y sus colaboradores miden su nivel de integridad. Said cuenta con orgullo que ya han pasado más de 500 compañías y unos 200.000 colaboradores. ¿La principal falencia detectada? “Comunicación interna”. En la última versión, un 73% de los trabajadores reconoció recibir información de valores y conductas éticas desde su gerente general; porcentaje que cae fuertemente en el caso de los directores. “Se necesita reforzar que estos temas tienen que partir desde el directorio, porque el tono se fija en la cima”, analiza.

¿Cuál ha sido la evolución de las empresas en estos ochos años?

Hay un alto compromiso en las empresas con los temas de integridad. El nivel de preocupación, líneas de denuncia, todo tipo de códigos de conducta, etcétera, para poder evitar actos reñidos con la integridad. Se nota que hay una convicción al respecto, hay un trabajo serio.

Después del estallido, además, muchas empresas generaron instancias para conversar, mesas con sus colaboradores tratando de entender dónde estaban sus dolores; hicieron análisis cualitativo y cuantitativo para ver si los apoyos o beneficios que estaban dando estaban bien enfocados y eso produjo un nuevo enfoque, cambiando ciertas cosas, y se generaron esas instancias, que veo que siguen.

¿Cuál es la tarea pendiente?

Hay que seguir avanzando en comunicar más hacia adentro. Seguir estando muy involucrado, muy cercano a la gente. Y también el directorio tiene que involucrarse más en este tema. Han evolucionado en comunicar hacia afuera, pero están un poco al debe, en el sentido de que hay que mejorar el lenguaje, hay que comunicar más simple qué es lo que hace la empresa, qué es la empresa. Hay una obvia tendencia de estar comunicando mucho hacia el inversionista y falta comunicar más a la ciudadanía. Y eso ha generado un vacío en la ciudadanía. Y lo ves cuando se pregunta a una persona: ¿qué opinión tiene de la empresa? El resultado es malo; pero cuando es por su empresa, es bueno. Entonces, es un tema de falta de información y es una tarea pendiente que requiere abrir y explorar otros canales. Hay que atreverse más para poder comunicar los mensajes de la empresa.

En ese sentido, ¿hay distancia entre los empresarios tradicionales y los jóvenes?

Se ha instalado esa diferencia entre emprendedores y empresarios. Unos son los buenos, los otros son los malos, lo que es un error. Ahí hay un desfase de tiempo. Todos fuimos emprendedores y después estas startups van creciendo y se transforman en verdaderos empresarios. Por lo tanto, somos los mismos, y los mismos cuidados que tenemos que tener las empresas grandes las tienen que tener las startups desde un inicio, porque cuando una startup crece a la velocidad que vemos, el tema es cómo hacer para poder mantener la cultura inicial y que no tengas actos reñidos con la integridad, con la ética. Es un desafío. No me gusta esa comparación entre empresarios y emprendedores: somos todos lo mismo. La diferencia es que estamos en distintas etapas.

¿No los ve con cierta superioridad moral?

Se ha instalado un poco eso, pero tengo mis dudas y está por verse, porque, como te decía, estas cosas parten muy chicas y explotan muy rápido, y ahí puede haber temas que se produzcan. Entonces ambos lados tenemos que aprender. La empresa grande pasó por lo que ellos pasaron en otros tiempos, quizás eran más lentos los crecimientos, y ellos lo están teniendo más explosivo.

¿Qué responsabilidad le cabe al sector privado en esta fase en la que estamos, con una alta inflación y con recesión?

Es muy importante, con todo lo que está pasando en la economía, con reformas, un proceso constituyente donde hay mucha incertidumbre, estar disponibles para poder aportar, ayudar e intercambiar ideas de tal manera de que podamos recuperar rápidamente la inversión, porque la inversión te trae el crecimiento y ese crecimiento te va a traer de vuelta el empleo, y eso es un trabajo público, privado y en este sentido está la disposición del empresariado, y tenemos que ser una parte relevante en este proceso de recuperación económica y volver a echar a andar el país.

¿Al gobierno de Gabriel Boric lo ha visto disponible para ese diálogo?

Ha sido difícil generar puentes. Y esto primero parte porque hay una diferencia generacional, por lo tanto, no nos conocemos y tenemos que primero conversar de tal manera de generar las confianzas y, a su vez, eliminar prejuicios. Creo que a través del ministro Marcel sí se ha intentado, pero no es solo a través de él, es todo el gobierno y eso está faltando. La disponibilidad del sector privado está.

¿Están dadas las condiciones para invertir?

Los empresarios o emprendedores chilenos siempre se la han jugado por este país. Cuando uno habla con inversionistas extranjeros les sorprende que los empresarios chilenos tengan tanto invertido en su propio país. Obviamente, hay temas que te desalientan. Independientemente del rechazo al mal proyecto de la nueva Constitución, es un proceso que aún no concluye y ni siquiera se han despejado los aspectos esenciales para las decisiones de inversión. Por otro lado, tienes una reforma tributaria que no es menor, en donde esperan recaudar alrededor de 3,6 puntos del PIB y que obviamente se ha ido moderando en su objetivo recaudatorio, pero sigue siendo una de las reformas de mayor envergadura desde que volvimos a la democracia con cambios muy profundos. Entonces, es muy importante que estas reformas sean pro inversión, y quizá también falta que revisemos el stock. Hay un estudio de Libertad y Desarrollo que detectó que el 27% de los programas evaluados en el 2021 presentó alguna deficiencia en alguno de los criterios evaluados, y eso suma alrededor de US$ 14 mil millones, que representan 4,5 puntos del PIB. Entonces por qué no revisar eso y lo que falta, tenemos que buscar la solución en conjunto con el gobierno.

¿El 3,6% de recaudación de la reforma tributaria pone en riesgo la inversión?

La forma en que está estructurada no muestra claros incentivos a la inversión. Más bien la desalienta. Entonces hay que seguir trabajando la reforma con el sector empresarial para ir mejorando y generando esos incentivos. Lo que se requiere es que aumente la inversión. Según el Banco Central, entre este año y el próximo la inversión va a caer al 8%. O sea, eso te refleja que en una década la inversión ha estado estancada; tenemos que hacer algo para que parta este motor y empecemos a invertir.

Habla de que el empresariado siempre se la ha jugado por Chile. Pero en el último año ha habido una salida de capitales y cambios de domicilio tributario. ¿El empresariado dejó de jugársela?

Los movimientos de capital no solo responden a factores locales, pero creo que la pregunta es qué es lo que hay que hacer -que no tengo la respuesta- para poder atraerlos incluso frente a esta crisis, y ahí es donde no veo al mundo político con esa preocupación, porque en el fondo la reforma tributaria está orientada a recaudar, pero no va a recaudar si no hay un incentivo a la inversión.

¿El triunfo del rechazo le genera mayor certidumbre?

En el fondo lo que vimos del rechazo es que Chile no está preparado para experimentos en los extremos. Eso es lo que mostró. Pero todavía quedan muchas definiciones que zanjar, cómo va a ser el proceso nuevo. Entonces, creo que es muy importante tomarse el tiempo y la tranquilidad para realmente generar bases sólidas para el progreso económico y social del próximo año. Sí creo que una de las lecciones que tenemos que sacar de esto es que ya llegó la hora de erradicar las miradas partisanas y construir una mirada más de país, esto tanto en lo político como en el sector privado, y en eso tenemos que estar todos disponibles y hacer todos los esfuerzos para lograrlo.

En la cena de la Sonami, Gabriel Boric fue claro. Les preguntó: ¿cuándo han sido partidarios de entregar parte de las utilidades?

En el fondo uno tiene que reconocer que el sector privado en Chile paga una tasa corporativa que es del 27%. Y cuando uno mira el promedio de la Ocde está en el 23,5%. Entonces, la preocupación del sector minero es válida. No porque todo el mundo empresarial no quiera pagar más impuesto, sino porque la tasa puede ser tal que te desaliente la inversión. Entonces se producen ese tipo de frases, nuevamente por falta de conocimiento. No nos conocemos.

¿Pero el sector privado está dispuesto a pagar más impuestos?

Siempre vamos estar dispuestos, pero el tema es por qué no revisamos el stock. ¿Cuánto se está gastando hoy día?, ¿se está gastando bien?, ¿qué es lo que falta? Y sentémonos a ver cómo lo logramos. Todos queremos un Chile mejor.

El domingo en Pulso, el ministro de Economía, Nicolás Grau, hablaba de que había que llegar a acuerdos, pero insistió en que su compromiso como gobierno es hacer el mayor esfuerzo para cumplir el programa. ¿Es disonante la postura?

Lo que me preguntas es un claro reflejo de muchos de los actores de este gobierno. Es lamentable, porque hemos visto muchos llamados a sentarnos a dialogar, que al final son simple retórica, pero no buscan realmente abrir un espacio para poder incorporar otras visiones e incluso ceder en ciertos puntos de vista. Así, creo que tanto el ministro Marcel como el ministro Grau tienen muy claro su rol y que tienen que entregar confianza hacia el sector privado, pero pareciera que muchas veces ceden a las presiones que tienen una agenda más ideológica.

¿Se ha diluido un poco el optimismo que planteaba en la columna en el Diario Financiero en diciembre, donde justamente valoraba el discurso más moderado del entonces presidente electo?

Lamentablemente, en la primera etapa del gobierno del Presidente Boric se impuso un tono más duro y eso, sumado al rechazo del proceso constituyente, derivó en el cambio de gabinete donde se incorporó Carolina Tohá como ministra del Interior y Ana Lya Uriarte en Segpres, sumado a Mario Marcel en Hacienda y entonces hoy está por verse si este nuevo equipo ministerial va a lograr sintonizar con los desafíos económicos y políticos que tiene el país y también si va a ser capaz de interpretarlo y convertirlo en acciones efectivas. Esta reconfiguración ministerial puede moderar las políticas del gobierno o puede ser la causa de una fractura mayor en la coalición oficialista. Está por verse.

Gonzalo Said, empresario y consejero de la Sofofa.

Con todo, ¿cuál es su visión de estos primeros seis meses del gobierno de Gabriel Boric?

Ellos tenían una agenda que fue construida en otro tiempo y han estado tratando de implementarla tal cual y no se ha adecuado a los tiempos que estamos viviendo y eso es lo que se requiere, y por eso espero que con estos cambios de gabinete se pueda lograr y podamos conversar y aterrizar estas cosas. Van a tener que variar el programa. Las cosas cambiaron y hay que modificarlo. Vamos a enfrentar una economía que se va a ir empeorando y no cabe el programa como estaba diseñado originalmente y hay que hacerle las adecuaciones correspondientes y entender que para eso se requiere al sector privado en conjunto con el gobierno.

¿Cuáles son los principales cambios que requiere ese programa?

Tenemos el proceso constituyente que está corriendo, y creo que hay que tratar de despejar rápidamente la reforma tributaria, la de pensiones, etcétera, con un buen diálogo y donde se incentive la inversión y salir de eso lo más pronto posible.

¿Y su mirada de realidad, más que de esperanza, le dice que eso va a pasar pronto?

Está por verse. Hay un cambio de gabinete. Son buenos nombres y hay que ver si todo eso se articula y permite abrir espacios y zanjar los temas de la mejor manera posible, apuntalando la inversión y echando a andar la economía. No sabría decir si soy optimista o pesimista. Creo que tenemos que dejar que corra un poco esto.

¿Y el sector privado está en esa misma pausa con respecto a sus inversiones?

Cuando haces las inversiones son en el largo plazo, entonces se requiere tener bases claras para poder proyectarlas y en cualquier proyecto de inversión es muy relevante la tasa de impuestos. Entonces hay muchas definiciones que se tienen que dar para que logremos retomar una senda de crecimiento hacia adelante.

¿Cómo ve a la dirigencia empresarial en este proceso?

Creo que no es fácil ser dirigente gremial y sobre todo en los tiempos que hemos vivido. Veo que en el caso de Juan (Sutil) ha hecho una tremenda labor, ha buscado tender puentes, ha mantenido al sector empresarial unido y con un rumbo claro, está haciendo un megaesfuerzo por lograr este acercamiento, y poder mejorar la reforma. En la Sofofa también creo que ha hecho un buen trabajo dentro de lo que le compete. Y Richard (Von Appen) también veo que se ha complementado muy bien con Juan, lo que no debe ser fácil para ninguno de los dos.

¿Cómo debiera ser el sucesor de Juan Sutil?

Como presidente saliente de Generación Empresarial, prefiero no referirme ni a nombres ni quién debiera ser, ni cómo. Creo en el proyecto colectivo y la CPC está constituida por seis ramas y lo que ellos digan o definan, de todas maneras los voy a apoyar en eso.

¿Y le gustaría asumir ese desafío?

Prefiero mantenerme en el rol respecto al cual estoy dando esta entrevista de presidente saliente de Generación Empresarial, donde seguiré apoyando y ligado a ellos en lo que necesiten.