La gente del rodeo coincide: el más influyente en la historia de la actividad
“Don Gonza”. Así era conocido Gonzalo Vial en Agrosuper, en su criadero de caballos Lo Miranda, en su fundo La Ramirana y en el rodeo, una pasión que competía con su empresa.
Quienes lo conocieron en esta actividad lo consideran el hombre más influyente del rodeo chileno.
Su mayor obra: la Medialuna Monumental de Rancagua, que con capacidad para 12 mil personas es “el mayor estadio de deportes ecuestres del mundo”, según el exministro Alfredo Moreno.
“Don Gonza no concebía que la medialuna donde se hacía el Champion (el mayor torneo de rodeo del año) no estuviera en su región. Él, que había impulsado la creación de la Corporación de Rodeo de Rancagua hace muchos años, se consiguió el terreno, pidió los permisos, unió la corporación con la Federación del Rodeo Chileno para decir: aquí se construye”, cuenta el hoy vicepresidente de la federación, Edmundo Hermosilla.
Su hermano, Cristián Vial, fue esencial en sacar adelante el proyecto, agrega Hermosilla, pues alguien debía encargarse de coordinar la construcción. “Él y su hermano estaban todos los días, y todo el día, en la construcción de la medialuna”, rememora Moreno.
No recuerdan si Vial puso dinero de su bolsillo para la medialuna. “Pero él pedía los préstamos y ponía los avales personalmente”, dice Moreno. “Él facilitó la estructura y la gestión. Su equipo de Agrosuper estuvo involucrado en la construcción; puso ingenieros que nunca cobraron un peso”, añade Hermosilla.
Pero su influencia en el rodeo no se quedó en la medialuna.
En los años 60, con menos de 30 años, Fernando Hurtado le pidió ser tesorero de la federación, que tenía un gran déficit, porque era “bueno para los números”. “Fue muy ordenado, dijo: aquí todos los socios tienen que pagar sus cuotas, así saneó la federación y la dejó financiada. Fue tesorero muchos años y después fue elegido presidente”, resume su íntimo amigo, César Núñez.
Dice que su criadero ganó dos veces el Champion y “si le iba mal, no se amargaba la vida. Como jinete, se consideraba amateur. Pero lo más importante para él no era competir, sino la vivencia de la realidad rural”.
Freirina: “Dijo ‘se cierra y se acaba el problema’. Los gerentes quedaron helados”
En 2012, Agrosuper había terminado una planta de cerdos en Freirina de US$800 millones. Los malos olores que sentían vecinos levantaron protestas que llevaron a la empresa a cerrar. “Lo enfrentó con mucha decisión, pero perdió”, recuerda su amigo, el exsenador DC Andrés Zaldívar.
La decisión, en todo caso, fue drástica. Su amigo César Núñez, veterinario de sus caballos y empresario de Curicó, recuerda que Vial dijo: “Se cierra y se acaba el problema. Los gerentes quedaron helados... es que era de decisiones rápidas. Decía: los negocios malos hay que terminarlos rápido”, agrega Núñez. “No se quedaba pegado en nada”, complementa el exgerente de su frutícola y exdiputado UDI, Eugenio Bauer.
Un cercano cuenta que muchas veces “Don Gonza” les recordaba la historia de la conversión de Clodoveo, rey de los francos, que al bautizarlo Remigio de Reims le dice: “Adora lo que quemaste y quema lo que adoraste”. “Como lo empezaron a ahogar con lo de Freirina, dijo: doy la media vuelta y me voy”.
Pero el exministro Edmundo Hermosilla afirma que Vial quedó frustrado: “Nunca se imaginó... trajo expertos europeos, porque era una planta de exportación y no tenía alternativa de que no fuera con la mejor tecnología. Además, era un lugar que necesitaba inversión y él pensaba en un polo de desarrollo”.
Ex FNE y su polémica entrevista por la colusión: “Fue intensa”
Al exfiscal nacional económico Felipe Irarrázabal (2010-18) le tocó encabezar la investigación y acusación a la empresa de Gonzalo Vial, Agrosuper, por la colusión de la carne de ave.
Aunque señala que no le correspondió verse cara a cara con Vial, pues los citados fueron sus gerentes, contó hace unas semanas todas las acciones que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) debió realizar para encontrar las pruebas de culpabilidad. “No recuerdo que haya habido necesidad de preguntarle o citarlo a él”, sostiene.
Sin embargo, reconoce que era una acusación grave. Por eso comprendió cuando el presidente de Agrosuper rompió su histórico silencio ante la prensa en una entrevista a El Mercurio, en que negó taxativamente la acusación: “No hay colusión porque aquí las malas prácticas no se usan ni se han usado ni se van a usar mientras yo esté. Y resulta que yo estoy aquí todos los días”. Y agregó: “¡No necesitamos coludirnos! Además, el pollo no subió nunca”.
Irarrázabal comenta: “En estos litigios de alta complejidad, uno entiende que puede haber convicciones muy distintas. Esa entrevista fue intensa, donde Gonzalo Vial mostraba una posición muy distinta a la de la FNE. Uno entiende que los dueños de las empresas investigadas también quieren poner su punto de vista en un medio de comunicación social. La autoridad hace lo mismo en otras instancias. Esto hay que mirarlo con distancia”.
El obituario de su más íntimo colaborador, José Guzmán
“Don Gonzalo era un hombre con una gran calidad humana, emprendedor, esforzado, perseverante, innovador y visionario, cuyo profundo respeto por la palabra empeñada y por entregar oportunidades de crecimiento y desarrollo, fueron sus características fundamentales”, dice el vicepresidente y exgerente general de Agrosuper, José Guzmán.
“Fue un amante del campo y de la naturaleza, de los caballos y los pollos, pero sobre todo, un gran amante de las personas sencillas del campo chileno. Su ejemplo de vida nos enseñó a sentir, vivir y trabajar con sobriedad, con esa austeridad valiosa que nace de su propia renuncia.
Lo vimos gozar discretamente de sus éxitos y sufrir en silencio sus fracasos. Su gran fortaleza para soportar las dificultades y volver a pararse después de cada caída será un ejemplo”, añade.
“Se enfocó en contribuir a mejorar la calidad de vida de miles de personas, especialmente las de la tierra que desde siempre lo acogió, su querida Región de O’Higgins. Su legado nos acompañará siempre y es tarea de todos los que trabajamos en Agrosuper mantener su sello, espíritu y compromiso con el país, con el firme propósito de continuar alimentando lo bueno de la vida todos los días, tal como él lo promovía”.
“Si estaban bien los pollos, él estaba bien; los salmones no le gustaban”
Aunque su biografía habla de que su vida empresarial la partió vendiendo huevos, la verdad es que su fortuna se la debe a los pollos.
“Él siempre miraba su negocio a través de los pollos. Mientras estuvieran bien los pollos, él estaba bien. Lo demás era aprovechar instalaciones”, cuenta su exgerente Eugenio Bauer. Y lo ejemplifica así: “A los chanchos llegó por la crisis del 82. Bajó el consumo de pollos y quedó con mucha capacidad instalada ociosa, eso lo alteraba un poco, y por eso partió a Estados Unidos, donde tenían una genética muy buena y reconocida en el mundo, y volvieron a instalar cerdos”,
Es que era hombre de intuiciones. César Núñez rememora que una vez se estaba duchando y le llegó la idea de entrar a los salmones. “También usaba el campo para meditar: de repente se le ocurría algo y le brillaban los ojos”.
La gran compra que hizo Vial con Agrosuper fue Aquachile, la mayor salmonera del país, a Víctor Puchi y Claudio Fischer, en 2018. “Al negocio de los salmones lo miraba de lejos. Le oí decir que no le gustaba, hasta que un día llegó. Es que los pollos, los cerdos y los salmones son negocios muy similares”, dice Bauer.
“Se reía hablando de teleseries y comía papas con chuchoca”
Si hay una característica que todos quienes lo conocieron resaltan de Vial, es su sencillez y austeridad, más para ser dueño de una fortuna que alguna vez fue tasada en más de US$2 mil millones.
“Nunca dejó de saludar a todo el mundo. Se reía con los trabajadores hablando de teleseries o del último apodo que había puesto. Le gustaba la comida campesina: la ensalada chilena, las papas con chuchoca. Tenía su camioneta Ford de siempre y un auto sencillo. Nunca quiso llamar la atención y se sentía con la obligación de ser un ejemplo de los demás. Le daba rabia que alguien se comprara un auto antes que tener su casa”, lo caracteriza César Núñez.
“Uno llegaba a una reunión importante en la empresa y si alguien lo esperaba, fuera una vecina o un trabajador, nunca le dijo ‘no tengo tiempo’ y la reunión tenía que esperar”, dice Hermosilla.
“Salíamos a veranear en carpa con las familias. Nunca llamó la atención por contar con una gran fortuna. Le gustaba muy poco figurar, era bastante modesto, muy ordenado y llevaba una vida bastante austera”, coincide Andrés Zaldívar. “Cuando estuve en el exilio, fue muy solidario conmigo y con mi señora”, recuerda.