Muchas cosas se vieron afectadas por el coronavirus en materia económica. Una de ellas han sido los precios. Las medidas restrictivas adoptadas por la autoridad tuvieron repercusión directa en los combustibles que experimentaron una fuerte caída. Tiene mucho sentido: con cuarentenas y teletrabajo muy pocos necesitaban echar bencina al auto. Y esto queda reflejado en los índices analíticos del IPC, concretamente en el ítem de la energía que, si se fijan, experimenta una abrupta caída en doce meses. La cara opuesta de este índice corresponde a las frutas y verduras que en octubre se dispararon más de 15% en doce meses.