Gremios empresariales critican al ministro de Agricultura por plantear posible colusión en el mercado de las papas

Nada de bien han caído en el sector empresarial en general, y en el agrícola, en particular, las declaraciones que el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, ha realizado durante varios días para explicar, a su juicio, el alza que ha evidenciado el precio de las papas en el comercio en medio del último temporal, acusando una posible colusión.

El viernes pasado el secretario de Estado, junto a la directora de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), Andrea García, concurrieron hasta la Fiscalía Nacional Económica (FNE) para que esta inicie una investigación al respecto. En la ocasión, entregaron los antecedentes que en opinión del gobierno ameritan que el organismo haga un análisis del mercado de las papas. Si bien en la oportunidad los recibió el propio fiscal nacional económico, Jorge Grunberg, partir con la investigación propiamente tal requiere de un estudio previo, donde se evalúa si hay antecedentes y de esa manera declararla admisible, o no.

La molestia a nivel empresarial es transversal, pero principalmente se ha transmitido entre los representantes del agro, sobre todo por el momento por el que se atraviesa el sector, en medio de las inundaciones y con pérdidas que ya alcanzan los US$1.000 millones. A nivel de los actores privados, se estima que hay un cierto desconocimiento del ministro respecto del funcionamiento de la agricultura y, en específico, del mercado de las papas.

“Trata de instalar un discurso que no es la realidad”, dice el expresidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil. El empresario agrícola plantea que “son declaraciones desafortunadas, en un momento de crisis de un evento climático, que no responde a la realidad del mercado”.

Y va más allá, porque recuerda otras intervenciones de Valenzuela: “Las declaraciones de este gobierno muchas veces son desafortunadas, y tienden a dejar un dejo de duda. Ya sucedió con los incendios, donde se quiso echar la culpa a las empresas forestales (en la ocasión el ministro habló de aplicar un royalty a la industria forestal). Ahora se le pone a un fenómeno de mercado, una situación que no es la correcta. Eso es malo para la convivencia nacional y demuestra que el ministro, a mi juicio, actuó en forma desafortunada, generando un juicio de valor que no corresponde”, complementa Sutil.

Otro personero que representa a los empresarios dice que esta es “una discusión absurda, sin fundamento económico alguno”, criticando el rol del secretario de Estado.

Al interior del empresariado dicen que se sienten “dolidos”, porque el ministro y el sector agrícola se tiene que relacionar directamente, entonces que él instale dicha duda respecto de sus interlocutores, no es correcto. Además, plantean que más allá de lo que resuelva la FNE, en la opinión pública ya quedó instalado que los agricultores pueden estar coludidos.

“Para nosotros como SNA, como representantes de los agricultores de Chile, que es una actividad tan noble desde el punto de vista económico, donde nunca ha habido un tema de colusión, que se nombre esta palabra es muy duro, muy duro, porque somos gente honesta y trabajadora. Además, venimos saliendo de incendios, sequía, temporales y que nos acusen de estar coludidos es durísimo”, sostiene el presidente de la SNA, Antonio Walker.

El también expresidente del gremio agricultor y exministro del ramo del primer gobierno de Sebastián Piñera, Luis Mayol, apuntó que estas declaraciones “reflejan poco conocimiento. El mercado de las papas, para los que somos agricultores, es absolutamente cambiante año a año. En 2022 el precio estuvo bajo, porque había mucha oferta y el precio de los insumos muy altos, y por eso hay una superficie de siembra inferior de 30% a la del año pasado que ha impactado la oferta este año”.

Para Mayol “es imposible que exista colusión, porque los productores de papas son cerca de 40 mil, de los cuales la mitad de ellos son pequeños propietarios de menos de cinco hectáreas. Es imposible que se coordinen para coludirse. Todo esto refleja falta de conocimiento o bien intención política para desviar la atención con algo que no corresponde. No veo en qué parte de la cadena de producción puede haber colusión. Fueron mal enfocadas las declaraciones del ministro”.

Desde ya los antecedentes que muestra un reciente informe de Odepa apuntan a que las hectáreas de siembras de papas han ido cayendo de manera constante en el tiempo.

Si en 2003 había 59.560 hectáreas, para la temporada 2022/2023 fue de 28.986, reflejando una caída de 54,1%. En una comparación de los últimos cinco años, en 2018 había 41.811 hectáreas, lo que se traduce en una merma de 31%. Y en relación a la temporada 2021/22, la caía fue de 20,7%.

En cuanto al precio promedio ponderado mensual de la papa en los mercados mayoristas, en julio fue de $18.326 el saco de 25 kilos, valor 34,7% superior respecto del mes anterior, y 106,4% superior respecto al mismo mes del 2022. De acuerdo a Odepa, en el análisis de la serie de precios diarios del saco de 25 kilos, se observa una tendencia alcista a partir de septiembre 2022, luego de un período de precios estables entre noviembre 2022 y junio 2023, y retomando un alza importante, pasando de $11.196 pesos el saco de 25 kilos a mediados de junio de este año, hasta $18.253 pesos a fin de julio de este año.

Asimismo, el documento menciona que en los distintos terminales mayoristas monitoreados por Odepa, “los precios se muestran con variaciones propias del día a día”. Ahí destacan por sus altos precios “el mercado Agrícola del Norte de Arica, alcanzando $20.790 el saco de 25 kg, donde se comercializaron principalmente las variedades Astetix y Cardinal”. Por el contrario, acotan que “el mercado que presenta el precio medio más bajo es la Macroferia Regional de Talca, registrando un valor para julio de $17.054 el saco de 25 Kg, liderando con la variedad Asterix”.