Hace seis años, la administradora de fondos de inversión Capital Advisors desarrolló la marca Grupo Nuestros Parques para reunir los cementerios que mantienen en Chile y Bolivia. El Prado (La Florida y Puente Alto), Manantial (Maipú), Canaán (Pudahuel), Parque Santiago (Huechuraba) y Parque La Foresta (La Serena) forman parte del conglomerado en Chile, que en Bolivia opera Memorial Park.

Se trata de una de las cadenas de cementerios parques más relevantes en la Región Metropolitana, con una participación de mercado que se sitúa entre 30% y 40% en la venta de nichos. Su gerente general, Rodolfo Vargas, cuenta que durante los últimos meses las ventas ha sufrido una caída, en línea con las tendencias de la economía.

“Estamos viviendo lo mismo que le pasa al mercado en general, como el retail. Hoy la gente tiene menos plata, porque hay menos trabajo. Hay más incertidumbre. Por lo tanto, las personas se preguntan: ¿Me meto en un crédito a cinco años?; ¿Me voy a morir mañana? Entonces, dice no. Hoy cuesta mucho más convencer”, dijo. Esto no era así en los años de la pandemia, cuando el mercado se benefició de la alta liquidez por los bonos y los retiros de los fondos de pensiones.

“Se fueron las lucas, ya no están las ayudas ni los bonos y la sensibilidad a la muerte bajó. Ahora quien sufre Covid es tratado como un resfrío. Por lo mismo, al ser este un negocio preventivo, enfrentamos la misma situación que el negocio en general. La venta a futuro de nichos en la postpandemia ha caído 30%. Entonces, hay que inventar otra cosas”, explicó.

“La pandemia tuvo su peak en 2021, pero por lo general dicen que la emergencia sanitaria adelantó la fecha de muerte de las personas con enfermedades de base y no murió gente sana. Hoy la tasa es menor. En Noruega, por ejemplo, la tasa bajó drásticamente. La pandemia se llevó a todos los viejitos y al año siguiente casi nadie se moría, entonces las funerarias comenzaron a pedir ayuda estatal para suplir esta fuerte caída de ingresos”, acotó.

Frente a la contracción del mercado, Grupo Nuestros Parques hace cinco meses ingresó al mercado de crematorios con la apertura del servicio en el Parque Manantial. “El Cementerio General, Parque del Recuerdo, Sendero y Acoger también cuenta con este servicio. El 20% de las personas que fallecen son cremadas y hace cinco años esa cifra llegaba a 12% o 13%, con la pandemia subió mucho. Entre las razones del alza hay una mezcla: por un lado, la Iglesia Católica antes vetaba la cremación, y en paralelo existe un tema de costos”.

Según el ejecutivo, a nivel nacional al año se practican 100.000 inhumaciones y en la Región Metropolitana se realizan 40.000. Grupo Nuestros Parques cuenta con 100 mil sepultados en sus cinco cementerios.

Según Vargas, el mercado de los cementerios parques es muy competitivo, ejemplificando esto con su amplia fuerza de venta. Son tres empresas de parques y en total tienes 10 cementerios en la Región Metropolitana.

“Es bastante competitivo y Parque del Recuerdo tiene una mayor fuerza de venta. Son números informales, pero estimas que cada Parque del Recuerdo tendrá entre 300 a 350 vendedores. Nosotros, en los cuatro parques en Santiago, tenemos 400 vendedores”, acotó.

Dificultades

El gerente general de Grupo Nuestros Parques sostuvo que uno de los mayores problemas que enfrentan son los “funerales de alto impacto”. El ejecutivo pide a las autoridades una mayor coordinación y a los parlamentarios que buscan legislar sobre el fenómeno, que conozcan más este mercado.

“A los parlamentarios que buscan regular los narcofunerales les pediría con mucho respeto que conozcan este mercado y acudan a los involucrados. La Fiscalía Nacional Económica hizo un muy buen trabajo. Lo ideal es que entiendan todo el proceso, porque a quien le cargan la mano es al cementerio, que es receptor final”, señaló.

“De repente te cuesta saber a qué cementerio van. ¿Son de alto impacto? ¿Son narcofunerales? Existe mucho desconocimiento del proceso funerario, que comienza con el velorio y termina en el cementerio. Nosotros recibimos el cortejo, autos y un cajón cerrado. Por desconocimiento te meten a todos al mismo saco y no tenemos ninguna influencia en el velorio ni en su duración ni en el trayecto”, acotó.

Según el ejecutivo, durante los funerales de alto impacto los familiares o amigos de la persona fallecida se suben a las esculturas, llegan saltando, gritando y saltan las murallas. Frente este tipo de eventos, deben tomar contacto de manera preventiva con las funerarias y han coordinado el trabajo con sus guardias, pero no tienen mucho que hacer.

“Los gallos cortan la reja, lejos del guardia a 40 metros. Entran parrillas, piscinas y toldos. Nosotros los cementerios somos un mini Chile. En su interior, existen barrios buenos y barrios duros. Yo ya no tengo cara para pedirles que saquen el toldo. Tenemos que hacer vista gorda, pero los hemos empezado a fustigar legalmente a través del reglamento interno”, señaló Vargas.

“Sufrimos lo mismo que una ciudad, pero no podemos actuar como ella. Antes no se hablaba de los narcofunerales o narco casas. Hoy los narcos se mezclaron con las barras bravas”, denunció.

Por otro lado, el ejecutivo cuenta que en el mercado también existen otras dificultades. “Hoy no debieras poder construir ningún cementerio en Santiago. Hoy también los vecinos tienen mucho más poder y, por lo tanto puedes tener todos los permisos y te bloquean. Pero legalmente no se puede construir un cementerio nuevo. Tienes que ir fuera de Santiago a Lampa o Colina”, añadió.