A dos días de que comience en Washington la segunda ronda de negociaciones entre China y Estados Unidos, la guerra comercial volvió a dar muestras del impacto negativo que tiene en la economía mundial. China y empresas fueron las golpeadas en esta ocasión, con un conflicto que de no llegar a su fin le traerá más de un dolor de cabeza a los mercados.

Ayer la Oficina Nacional de Estadísticas china informó que en diciembre las empresas del sector industrial del país se contrajeron por cuarto mes consecutivo. Aunque esto no impidió que se mantuvieron en terreno positivo en el conjunto del año, el aumento de 10,3% resulta muy acotado en relación al avance de 21% que registraron en el periodo anterior.

Estos datos no resultaron suficientes para impactar al valor del cobre, que ayer cerró con un incremento de 1,61%. Sin embargo, tras el cierre su cierre en Londres, los futuros transados en EEUU retrocedieron 1,67% al cierre de esta edición; la culpable: Caterpillar.

La fabricante más grande del mundo de maquinaria para la construcción y otros equipos de minería y energía, consiguió ganancias de US$2,55 por acción en el cuarto trimestre de 2018, las que quedaron por debajo de las expectativas del mercado, que anticipaban US$2,99.

La decepción respecto a los resultados de Caterpillar, que se considera un barómetro de la economía mundial, tampoco gustaron en Wall Street, que registró bajas en sus tres principales indicadores, liderados por el descenso de 1,11% en el Nasdaq. De esta manera, las bolsas neoyorquinas meten presión a las negociaciones de esta semana entre las dos mayores potencias económicas del mundo.

"Tanto las economía de Estados Unidos como la de China se están desacelerando, especialmente China por lo que a ambos países les interesa llegar a un acuerdo comercial antes de la fecha límite del 2 de marzo, incluso si algunos detalles aún deben ser resueltos después", señala a PULSO David Dollar, economista de Brookings y ex emisario económico y financiero del Tesoro de EEUU a China.

Dollar advierte que la falta de un acuerdo seria dañino para estadounidenses, chinos y países como Chile "que exportan a ambos". Además, deterioraría aún más la actividad en general, "tal vez hasta una recesión global", precisó.