Hace algunas semanas, 76 Miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que representa más del 90% del comercio mundial, reafirmaron su compromiso por avanzar hacia una negociación multilateral ambiciosa en materia de comercio electrónico.
Este anuncio cristaliza un anhelo por el que Chile ha trabajado incansablemente en los últimos años: contar con reglas comerciales claras y ampliamente aceptadas para el comercio electrónico.
Esto permitirá que la promesa de democratizar el acceso a la economía global para cualquier persona con una buena idea y una conexión a internet sea finalmente realidad.
La negociación no será fácil. Proliferan medidas que van en contra de la arquitectura técnica de internet al impedir que la red pueda transportar información de un extremo a otro, exigiendo la localización de infraestructura en su territorio para permitir la operación, lo que redunda finalmente en discriminaciones.
Chile podrá aportar con su práctica en materia de comercio digital. Contamos con experiencia al haber incorporado capítulos vanguardistas de telecomunicaciones y de comercio electrónico y digital en nuestros recientes acuerdos comerciales. En estos, buscamos asegurar a los operadores acceso a los mercados de su interés sin discriminaciones y en condiciones de libre competencia.
El resultado esperado en el marco de la OMC podría establecer parámetros para que la tecnología y el comercio contribuyan a un crecimiento y desarrollo económico más inclusivos en el mundo.
Para reafirmar ese trabajo, Chile liderará también la labor relativa a comercio digital en APEC, este año donde seremos anfitriones del Foro, a través de la prioridad Sociedad Digital. Así, podremos influir positivamente en la agenda internacional, al consensuar posiciones y un relato común en un tema que por su propia naturaleza es transfronteriza, como lo es la economía digital.
La realidad chilena servirá para mostrar que el comercio digital no es solo una cuestión de países ricos, sino que es una oportunidad para avanzar en un comercio inclusivo, en que puedan participar todos aquellos que tradicionalmente han estado excluidos de participar en la economía global, como micro y pequeñas empresas.