“Necesitamos una inversión de US$ 50.000 millones en 30 años para cumplir nuestros compromisos internacionales en cambio climático, específicamente sus NDC (en inglés, “contribuciones nacionales determinadas”) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar la carbono neutralidad en 2050″. Este es uno de los desafíos de Chile que se abordarán desde la nueva Oficina de Finanzas Verdes del ministerio de Hacienda, de acuerdo a Cristóbal Gamboni, quién la lidera.
En la interna, denominan al estreno de este departamento como una “formalización” de un trabajo que venía desarrollando en la cartera desde varias administraciones atrás. Es por ello que parte con información y datos relevante sobre la mesa, como el monto que se requiere para avanzar en las metas de cero emisión.
De hecho, hace dos años comenzaron un programa piloto junto a la Dipres y el PNUD para identificar qué parte del gasto público se esta destinando a la tarea de combatir el cambio climático. “Hoy podemos decir que al menos en temas de programas vinculados a cambio climático en 2020 se gastó por lo bajo un 0,16% del PIB”, indica Gamboni, quien precisa que está cifra es un piso, “porque no considera el gasto de municipalidades, universidades y empresas del estado, entre otros”.
Asimismo, la nueva oficina maneja los datos obtenidos del sistema nacional de inversiones, según el cual en la actualidad hay al menos 217 proyectos que están vinculados a cambio climático. “Ya tenemos disponibles algunas cifras pero tenemos que seguir trabajando en eso, tenemos que hacer un barrido completo de este tipo de cosas y abarcar más allá de lo que la ley de presupuesto tiene como cobertura, para poder ver cuál es el verdadero cambio que está haciendo el gobierno en este materia”, indica Gamboni.
Al respecto, también precisa que tienen “varias iniciativas para mejorar la calidad de la información para la toma de decisiones”, contando además del trabajo con el PNUD, una participación en el comité de capital natural, qué lidera el ministerio de Medio Ambiente y en el que también estará el Banco Central.
Tareas de la nueva oficina
Integrado también por las economistas Daniela Buchuk y María Paz González, la Oficina de Finanzas Verdes estará encargada de canalizar inversiones hacia activos verdes. “Ahora que la situación se está volviendo insostenible, muchos países que crecieron contaminando mucho hoy se dan cuenta que ese no es un modelo de crecimiento que pueda mantenerse en el largo plazo y quieren redestinar muchos de sus recursos a iniciativas verdes y medidas contra el cambio climático. Entonces hay mucho flujo financiero dando vuelta, indica quien liderará el departamento.
“Hay mucha necesidad de impulsar no solo proyectos verdes, sino que también inversión responsable que se conoce como ESG (environmental, social and government). Entonces hay necesidad de levantar financiamiento y hay recursos dando vueltas por parte de gobiernos, privados y de organismos multilaterales”, agrega.
Entre los objetivos también se cuenta promover una innovación financiera nacional que respalde la trayectoria hacia el desarrollo sostenible del país y apoyar al Ministerio de Hacienda en las relaciones con organismos y organizaciones internacionales en materias de desarrollo sostenible y financiamiento climático.
De hecho, referente a ese último punto, cabe destacar que la oficina estará incluida dentro de la Coordinación de Finanzas Internacionales de la cartera, junto a la Unidad de Fondos Soberanos y la Oficina de la Deuda Pública, creadas en 2014.
“El área de asuntos internacionales ha estado muy activa en el trabajo de coordinación con otros países y con organismos multilaterales, por ejemplo liderando una plataforma contra el cambio climático al alero del BID, participando en reuniones para aunar criterios en base al acuerdo al artículo 6 del acuerdo de París y también participando en comisiones de gobiernos sudamericanos para trabajar en la coordinación intergubernamental y así también poder levantar fuentes de financiamientos”, relata Gamboni.
Asimismo, el relacionamiento internacional será fundamental para el desarrollo de una taxonomía verde, es decir, un lenguaje común para que el sector financiero pueda establecer cuál es o no un proyecto verde. “En eso otros países han avanzado, pero no hay una taxonomía estándar, por lo tanto mucho trabajo con otros países es intercambiar experiencias e información”, indica.
Otro objetivo de departamento será asesorar a otros órganos de la administración del Estado en materias relativas a desarrollo sostenible y financiamiento climático, instrumentos de mitigación y adaptación para el cambio climático y en otros temas relacionados a finanzas sostenibles.
Parte de esa labor, según Gamboni, incluye el “definir las características que debe tener un programa para que sea catalogado como inversión climática, establecer criterios que operará en todo el sector público, de manera que se amplíe la cobertura del piloto que tenemos para identificar el gasto en esta materia”.
Visión de Estado
El cabecilla de esta tarea no duda en reconocer que la creación de la Oficina de Finanzas verdes es fruto de un trabajo en el que han contribuido varias administraciones y que se dio continuidad durante el segundo periodo de Sebastián Piñera.
“El ministerio de Hacienda de Chile ya ha mostrado un compromiso con las finanzas sostenibles en esto, en un trabajo de muchos gobiernos. Se ha trabajado en aspectos como la mesa público-privada de finanzas verdes, participando en el directorio en la asignación de fondos verdes y en lo más reciente se hizo una emisión de bonos verdes. En esto fuimos pioneros en el continente y ya vamos por US$ 7.700 millones emitidos y se van a emitir más durante este año”, relata Gamboni.
Fue ante la diversidad de tareas en materia de cambio climático que se estaban atendiendo desde hace un tiempo en el ministerio de Hacienda que surgió la necesidad de “una estructura, para que todo pudiera canalizarse y abordarse de manera ordenada”.
En ese marco, aunque el estreno de la oficina tiene lugar cuando el gobierno va de salida, considera que puede ser un aporte para la transición. “El que hayamos formalizado esta oficina va a facilitar el traspaso de todo el trabajo que hemos estado llevando a cabo”, indica.