Tras la auditoria que reconoció que el ranking de competitividad Doing Business no había perjudicado a Chile en los gobierno de Michelle Bachelet, el Ejecutivo, por medio del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, comentó que "los resultados de la auditoria independiente demostraron que nunca hubo manipulación de los datos del informe Doing Business en contra de Chile" y agregó que "desde un principio me parecieron inconcebibles las declaraciones de Paul Romer. Ha quedado en evidencia que eran falsas e irresponsables.
Cabe que recordar que el hoy jefe de cartera de Hacienda estuvo en medio de esta polémica tras su paso como parte de la mesa de consejeros del organismo que fue cuestionado a principio de año. Además algunos actores politicos denunciaron que también existiría una cercanía entre Cristián Larroulet y Arturo López Claros, el encargado de realizar el ranking cuestionando en su momento.
Si bien el informe identificó aspectos que debieran ser mejorados o modificados, "encontró infundados y sin sustento los alegatos previos sobre la integridad del informe y el equipo de Doing Business", señaló el organismo en una declaración.
Asimismo afirmó que el índice Doing Business "sigue siendo una herramienta única e invaluable para los países que buscan mejorar su clima de negocios, y creemos que en el futuro será un informe aún más sólido y necesario".
Tras la publicación del informe, se pone fin a la trama que comenzó el 13 de enero luego que Paul Romer, que en ese entonces se desempeñaba como economista jefe del Banco Mundial, señalara en una entrevista con el diario Wall Street Journal, que las modificaciones realizadas a la metodología del ranking Doing Business, habrían sido manipuladas con una cierta intencionalidad política para perjudicar a Chile en los gobiernos de Michelle Bachelet.