Javiera Martínez ha estado desde un comienzo en la candidatura de Gabriel Boric. Lideró el equipo programático para enfrentar la primaria presidencial. Luego siguió firme en ese rol para la primera vuelta, posicionándose como experta en los temas tributarios y fiscales, rol que mantuvo para realizar los ajustes e incorporar los cambios propuestos por los equipos de Yasna Provoste y Marco Enríquez-Ominami. De hecho ella, junto al abogado Francisco Saffie, fueron los coordinadores de la Comisión Reforma Tributaria y Convergencia Fiscal.
Martínez es ingeniera industrial en Minas de la Universidad Católica, con un magíster en Economía Política de la Universidad de Nueva York. Fue asesora en el gabinete del Ministerio de Educación entre 2014 y 2016, y su labor se centró en los proyectos de reforma educacional de Michelle Bachelet, calculando el impacto fiscal de algunas iniciativas de ley. En especial, trabajó en el proyecto de Nueva Educación Pública. Actualmente es presidenta de Rumbo Colectivo, centro de pensamientos de Revolución Democrática.
En esta entrevista, critica el programa de José Antonio Kast, por incluir como recursos permanentes los ingresos que se podrán obtener por reasignaciones y por mayor crecimiento. “Nosotros proponemos instrumentos y tenemos supuestos de recaudación”, señala, y enfatiza que la propuesta de Boric es “fiscalmente responsable”. En ese sentido, asegura que “nuestro objetivo es recaudar en régimen el 8% del PIB y el 5% en el período de gobierno, pero tenemos que ir actualizando nuestras cifras según el contexto económico vaya cambiando”.
En el caso de que Gabriel Boric gane las elecciones de este domingo, ¿cuál es la señal o el principal mensaje que debería enviar al mercado?
-El mensaje que ha enviado durante la campaña: el sello de gobierno que quiere imprimir Gabriel Boric es uno que escucha, dialoga y se reencuentra. El próximo año será complejo en materia económica y por eso se debe enfrentar unidos. Esto va en línea con los mensajes que entregó en el Encuentro Nacional de la Empresa (Enade), luego de reunirse con la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), en las reuniones con pymes y con distintos actores del sector privado. El próximo gobierno tiene que ser de diálogo.
¿Dentro de ese mensaje debe entregar certezas al mercado y despejar rápidamente cómo se irán materializando las reformas?
-La campaña ha sido proactiva en ir generando certezas. Por ejemplo, no se subirá el impuesto corporativo, no se aumentarán los impuestos a las pymes. Además, la conformación del próximo Congreso es una oportunidad para dialogar y consolidar acuerdos que le den sostenibilidad a las políticas públicas que estamos proponiendo.
En el proceso de ajustes programáticos con los equipos de Yasna Provoste y Marco Enríquez-Ominami la reforma tributaria tiene ahora como objetivo recaudar 5 puntos del PIB en el período de gobierno. Esa meta sigue generando críticas por parte de algunos economistas y en especial de quienes están trabajando con José Antonio Kast. ¿Es realista realizar una reforma de esa magnitud?
-Yo soy crítica de la recaudación que incorpora el equipo de Kast. Nosotros proponemos instrumentos y tenemos supuestos de recaudación. El equipo de Kast hoy día lo que propone para su programa es reasignación del gasto, que sabemos que es difícil. Si bien hay espacio para poder hacerlo, es complejo comprometer un programa que se financie con reasignación de gasto. Lo segundo es que también es complejo asumir que una parte del programa se financia con mayor crecimiento. La manera responsable de hacerlo es que el crecimiento se incluya como holguras, pero no como un ítem de recaudación.
¿A su juicio no es responsable ese plan de financiamiento?
-A gastos permanentes ingresos permanentes y eso el programa de Kast no necesariamente lo hace. Además, pone la incertidumbre que, bajo ciertas condiciones, que no sabemos tampoco cuáles son, se bajen los impuestos. Esas dos cosas suman incertezas, en el sentido de que no se sabe qué es lo que se podrá financiar, o bien, qué medidas se está pensando dejar de financiar si eso sucede.
¿Y su reforma tributaria que pretende recaudar un 5% del PIB, es algo factible de cumplir considerando las perspectivas económicas que proyectó el Banco Central?
-Hemos sido responsables en el sentido de que nuestras proyecciones para la reforma tributaria fueron realizadas con los supuestos que tiene el Banco Central y la Dirección de Presupuestos. Ahora, en caso de ganar y ser gobierno, esos supuestos tienen que ser actualizados. El gobierno tiene 90 días para presentar su decreto de compromiso fiscal.
¿Pero ven riesgos de que dado el ciclo económico tengan que moderar o graduar más la reforma y en lugar de recaudar el 5% sea el 4% o el 3% del PIB en los cuatro años de gobierno?
-Nuestro objetivo es recaudar en régimen el 8% del PIB y el 5% en el período de gobierno, pero tenemos que ir actualizando nuestras cifras según el contexto económico vaya cambiando. Hemos sido responsables en ocupar las proyecciones de crecimiento que tienen las instituciones como el Banco Central, y eso se verá reflejado en el informe financiero que tenga el proyecto de reforma tributaria. Lo que nos interesa es poder tener la capacidad y holgura suficientes para poder realizar los cambios propuestos al país.
En caso de que no se logre la recaudación esperada, no se podrá avanzar al mismo tiempo en todas las materias. En ese sentido, ¿cuáles serán las prioritarias?
-Esa es una conversación que se tendrá que tener una vez que se asuma como gobierno. Acá hay un compromiso de ir comprometiendo gastos permanentes a medidas que tengamos ingresos permanentes. Y esa priorización es política, pero a partir de lo que hemos ido escuchando desde la ciudadanía y entre los especialistas es que los gastos en pensiones y salud parecieran ser los más urgentes.
¿Cuáles serán las primeras medidas económicas del gobierno de Boric para los primeros 100 días?
-Hay una línea de trabajo y una ruta bien clara que son las medidas para generar mayor crecimiento, mejorar la productividad y generar empleo. Eso es uno de los mayores aportes del Consejo Asesor Económico. Ahí nosotros teníamos un plan original de reactivación que fue fortalecido luego de este trabajo. No sólo es un plan de reactivación, sino que se hace cargo del sobrecalentamiento de la economía. Queremos pasar de una economía que crece por consumo a una que lo hace por inversión. También se fortalecerán los subsidios al empleo femenino, inversión verde y medidas para las pymes, tanto para ayudarla en liquidez, como en capacitación y reconversión laboral.
Y en cuánto a los proyectos de ley, ¿cuáles serán los primeros en ingresar?
-Hay cierta claridad de la urgencia de la reforma tributaria, porque es la columna vertebral para los proyectos que vienen después. También sabemos que hay una urgencia en el tema de pensiones, pero queremos hacer un diálogo social antes de ingresar el proyecto, para que sea factible de avanzar y ser aprobado. Y hay un compromiso por la transformación digital.
En materia fiscal, ¿cuáles son los supuestos con que están trabajando? ¿Tienen ya alguna trayectoria de convergencia para equilibrar las cuentas públicas?
-En lo fiscal, ambas candidaturas se han comprometido con una convergencia del déficit fiscal estructural y una estabilización de la deuda. La diferencia está en cómo se realiza. Ahí nuestra propuesta es más responsable, porque proponemos una reforma tributaria para hacer esa reducción paulatina del déficit, versus la candidatura de Kast que propone financiar su programa en base a reasignaciones y la insistencia en rebajar los impuestos. Si bien tenemos trayectorias fiscales similares, creo que la de nosotros es más realista.
¿Cuál es el supuesto que tienen incorporado?
-Tenemos varias simulaciones al respecto con los parámetros que hoy día están disponibles en línea de la convergencia intermedia presentada en el informe del Consejo Fiscal Autónomo (CFA) y la recaudación de la reforma tributaria. Esto significa tomar como punto de partida el déficit fiscal estructural del 3,9% en 2022, y comenzar con una reducción del 0,5% a partir de 2023. De acuerdo al último Informe de Política Monetaria, una de las fuentes de incertidumbre hoy es la sostenibilidad de las finanzas públicas en el tiempo. Para despejar cualquiera duda y si las condiciones sanitarias lo permiten: no vamos a tener expansión del gasto público en 2022 y desde 2023 iniciaremos una reducción del déficit del 0,5% del PIB por año. Para lograrlo, es fundamental un aumento gradual de los ingresos permanentes a través de la reforma tributaria. Para enfrentar de manera responsable el próximo gobierno es fundamental no salirnos del marco presupuestario y aprobar la reforma tributaria. Con ese cuadro esperamos que la deuda pública se ubique entre el 44%-46% del PIB al final del gobierno.
¿No es riesgoso que la reducción del déficit fiscal incorpore los recursos de la reforma tributaria?
-Soy optimista. Cuando uno conversa más allá del calor electoral, hay un consenso en que es necesario hacer una reforma tributaria. Se tiene que viabilizar la propuesta de cambios que la ciudadanía espera y para eso se necesitan recursos permanentes.
Con este plan, ¿despeja las dudas que existen de que el proyecto de Boric no es fiscalmente responsable?
-La candidatura de Gabriel Boric es la de la responsabilidad fiscal. Hoy día la responsabilidad fiscal pasa por mejorar nuestra estructura tributaria en términos de aumentarla y que sea más justa, que sea más progresiva. En segundo lugar, es respetar el marco de la Ley de Presupuestos 2022.
Un tema que tuvo repercusiones el jueves fueron las críticas que realizó el presidente de la Multigremial Nacional, Juan Pablo Swett, quien dijo que la candidatura de Boric pone en riesgo de quiebra a miles de pymes, ¿qué le responde?
-Nos hemos reunido con las pequeñas y medianas empresas. A lo largo de la campaña nos hemos juntado con muchos gremios, y tenemos una línea de trabajo permanente. Tenemos múltiples medidas, entre ellas de carácter tributarias, de compras públicas, subsidios directos, perfeccionamiento de pago a 30 días y menos burocracia. Hay que escuchar lo que las mismas micro y pequeñas empresas salieron a decir el mismo jueves a través de una declaración pública. Es un acto de campaña electoral más que una realidad de nuestra propuesta.