Hermann González y reformas de Boric: “Seguramente habrá iniciativas que deberán postergarse por sus efectos en la inversión, en el mercado de capitales y en el empleo”
El Coordinador Macroeconómico de Clapes UC, e integrante del Consejo Fiscal Autónomo sostiene que los mensajes de responsabilidad fiscal que ha mostrado el Presidente electo "es una muy buena señal y es importante que se cumpla en los hechos". En ese contexto, dice que "si los ingresos estructurales resultan ser menores en la práctica, por la razón que sea, el gasto se ajuste de forma equivalente, de manera de cumplir con el compromiso que se asuma".
La atención de los economistas y del mercado en general sobre el nombramiento del futuro gabinete del Presidente electo, Gabriel Boric, es mucho mayor al de períodos anteriores. Y para Hermann González, Coordinador Macroeconómico de Clapes-UC, integrante del Consejo Fiscal Autónomo y exasesor de Hacienda se vio reflejado en la reacción que han mostrado el mercado. “Es fundamental que se nombre pronto al equipo económico, especialmente al ministro de Hacienda y que sea una persona con experiencia, con capacidad de diálogo y con ascendencia sobre el resto del gabinete, para que dé tranquilidad a los mercados y frene la destrucción de valor que estamos viendo”.
Por ello, para González, el plazos que dijo el Presidente electo de tener nombrado a su gabinete antes del 22 de enero es mucho por la magnitud de los cambios que se proponen, y por ello, enfatiza que “se requiere tener estos nombramientos en un plazo menor” al que han ocupado otros presidentes electos.
El Banco Central delineó un escenario complejo para 2022 y 2023, ¿cómo espera que esté la economía en marzo del próximo año cuando asuma el nuevo gobierno?
Los primeros meses de 2022 seguiremos teniendo buenas cifras de actividad impulsada por el consumo de los hogares y el efecto del exceso de liquidez generado por los retiros de fondos previsionales y las transferencias fiscales de este año. Sin embargo, también tendremos una alta inflación, alzas de tasas de interés y no habremos despejado la incertidumbre política-económica, especialmente derivada de la discusión constitucional, pero también la asociada a la implementación del programa del nuevo gobierno. Este escenario es muy adverso para la inversión, que podría caer más y por más tiempo que lo proyectado por el Banco Central y para la recuperación de empleo, que sigue pendiente.
¿Suscribe las proyecciones que se entregaron para 2022 y 2023?
En lo grueso sí, en el sentido que después de un año de exceso de gasto como fue este 2021, tendrá que venir un ajuste en los años siguientes que se traducirá en bajo crecimiento económico y caída de la inversión, al menos en 2022. Sin embargo, veo riesgos alcistas en el escenario de inflación delineado por la persistencia de shocks de oferta y el alza del tipo de cambio y estimo que el contexto de alta incertidumbre política y económica que enfrentaremos puede traducirse en escenarios aún más adversos en materia de inversión y actividad económica.
¿Qué medidas se deberían impulsar en el corto plazo para evitar un “frenazo” como el que proyecta el BC o incluso mayor?
Un ajuste más profundo puede evitarse si es posible que la inversión siga creciendo y que continúe la recuperación del empleo el próximo año. Ello requiere dar señales que entreguen certeza al sector privado local y a los inversionistas extranjeros de las condiciones que enfrentarán en los próximos cuatro años. También se requiere facilitar, en lugar de frenar, los proyectos de inversión que están próximos a materializarse. Por último, es necesario reevaluar la magnitud y temporalidad de aquellas medidas que están contenidas en el programa de gobierno y que pueden generar un impacto negativo en la inversión y en la creación de empleos.
Distintos economistas han señalado que es clave una pronta definición del equipo económico, y en especial del ministro de Hacienda para dar mayor certeza a los mercados e inversionista. ¿Comparte esa opinión de que se debe conocer pronto el nombre?
La reacción que tuvieron los mercados el lunes y que no se revirtió el martes fue muy negativa y tiene un significado muy claro respecto de los riesgos económicos que se visualizan, así como el impacto que se percibe tendrán las políticas del nuevo gobierno sobre los flujos de las empresas y el valor de los activos denominados en pesos. En este sentido, es fundamental que se nombre pronto al equipo económico, especialmente al ministro de Hacienda y que sea una persona con experiencia, con capacidad de diálogo y con ascendencia sobre el resto del gabinete, para que dé tranquilidad a los mercados y frene la destrucción de valor que estamos viendo. Esta destrucción de valor es algo que debe tomarse en serio porque afecta a todos los chilenos, por ejemplo, a través del valor de sus ahorros previsionales, así como por el encarecimiento del costo de vida. En relación con los plazos para esta decisión, no es comparable la magnitud de los cambios que se proponen, y la reacción de los mercados en esta elección es la contraria de la ocurrida tras la elección de Sebastián Piñera, de manera que se requiere tener estos nombramientos en un plazo menor.
¿La discusión de la reforma tributaria será clave para la recuperación o estancamiento de la económica?
La economía tendrá un periodo de ajuste en los próximos dos años, el cuál es inevitable después del exceso de gasto de 2021 y es independiente de la reforma tributaria. También es importante que las medidas que involucren mayor gasto público permanente tengan el financiamiento respectivo. Sin embargo, no podemos desconocer que una reforma de la magnitud que se propone, junto con las otras reformas estructurales que se llevarán a cabo (laboral, previsional, salud) generarán incertidumbre, aumentos de costos y efectos adversos para algunos sectores que se traducirán en postergación de proyectos de inversión que van más allá del necesario ajuste que debe tener la economía a partir del próximo año.
¿Cuál cree que debería ser la mejor forma de discutirla para aminorar los impactos?
Lo primero es que debe haber una discusión técnica e informada sobre la estimación de los efectos en recaudación, en actividad económica y progresividad del sistema tributario que tienen las medidas que se proponen. De ahí, se debe priorizar aquellas con menor impacto económico, dada la situación que estará enfrentando el país. Seguramente habrá iniciativas que deberán postergarse por sus efectos en la inversión, en el mercado de capitales y en el empleo y otras que deberán hacerse de forma muy gradual o condicional, para permitir que las empresas se adapten como el alza del impuesto verde. Adicionalmente, se debiese considerar medidas transitorias de estímulo a la inversión privada, para enfrentar el período de discusión de reformas estructurales con menores costos económicos.
¿Es una buena señal que desde el equipo de Boric se esté enfatizando en la responsabilidad fiscal?
Es una muy buena señal y es importante que se cumpla en los hechos.
Desde el equipo económico de Boric han señalado que se tomará como punto de partida el déficit fiscal estructural del 3,9% en 2022, y comenzar con una reducción del 0,5% a partir de 2023, ¿es viable esa meta?
Es una meta cuyo cumplimiento, por la forma que funciona la regla fiscal, dependerá del crecimiento de tendencia y el precio de referencia del cobre de los próximos cuatro años, de los mayores ingresos que se reciban de la reforma tributaria y de los compromisos de gasto que se asuman. Lo importante es que para cumplir la meta que defina el gobierno, el gasto público se ajuste a los espacios de ingresos estructurales que vaya teniendo.
Para ambas metas tiene incorporado el supuesto de que la reforma tributaria se aprobará en 2022, porque se incorporaran esos recursos ya en 2023, ¿es realista hacer proyecciones considerando ingresos de ese proyecto?
Las proyecciones deberán actualizarse en la medida que se vaya teniendo más información, idealmente manteniendo como ancla el compromiso de consolidación fiscal y estabilización de la deuda pública en niveles sostenibles. En ese contexto, es deseable que, si los ingresos estructurales resultan ser menores en la práctica, por la razón que sea, el gasto se ajuste de forma equivalente, de manera de cumplir con el compromiso que se asuma.
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