San Pedro de Atacama: Pueblo semidetenido, cero ingresos, pero esperanza puesta en el retorno
Desde cerca de las 9.00 hasta las 18 horas se instala diariamente un equipo de funcionarios gubernamentales a la entrada de San Pedro de Atacama para controlar a todos lo que entran y salen del epicentro de una de las zonas más atractivas para los turistas del mundo. El Valle de la Luna, los salares, la Quebrada de Jerez, el Pucará de Quitor, los Géiseres del Tatío son solo los puntos más famosos de decenas de lugares para estar varios días en el interior de la Región de Antofagasta. Hoteles de lujo como Explora Atacama, Tierra Atacama y Alto Atacama son parte también de este ecosistema. Todos, con entre un 85% y 90% de huéspedes extranjeros… en condiciones normales.
Pero al nerviosismo de un pueblo que desde la década de los 90 comenzó a acostumbrarse a vivir del turismo, con la llegada de gente de otras latitudes que se terminó radicando en la zona, se agrega un factor adicional: un alto nivel de contagio por coronavirus. “La mayoría de los habitantes de San Pedro debe ir periódicamente a Calama, donde hay altos índices de personas con Covid, ya que la minería no ha parado. Eso nos ha afectado mucho a nosotros”, relata una alta fuente del Hotel Explora Atacama.
Además, afirma que han tenido que cerrar sus operaciones y que, de común acuerdo, hicieron una reducción de sueldos de todos los trabajadores durante los primeros cinco meses desde que se inició la pandemia, partiendo por el gerente general. “Esto nos permitió mantener el empleo, pero ha habido cero ingresos”, dice la fuente, agregando que la operación de San Pedro de Atacama incluye a 150 trabajadores.
Pero a pesar del panorama, hay muchas esperanzas en la reapertura, y el gremio del turismo, hotelería y gastronomía ya está organizando y creando instancias de conversación con las autoridades para “levantar al pueblo”.
En este contexto, Miguel Purcell, director ejecutivo y uno de los dueños del hotel Tierra Atacama, plantea que, ya pensando en el verano, tendrán que cambiar su modelo de all inclusive para ser más flexibles y, así, adaptarse al bolsillo del turista nacional. “Por ejemplo, la idea es que si alguien va a nuestro hotel, pueda hacer expediciones o no con nosotros. Como sea, estamos pensando en que en San Pedro se pueda hacer un turismo más masivo”, sostiene Purcell.
Para hacerse una idea, la tarifa base de este hotel en condiciones normales es de $735.000 por persona por dos noches (habitación doble).
Tanto Explora Atacama como Tierra Atacama siguen recibiendo reservas, pero bajo la modalidad “flexible”, al igual como lo hacen las líneas aéreas.
Otro hotel de lujo de la zona es Alto Atacama, perteneciente al grupo Tánica (los mismos dueños del hotel Hangaroa). Las operaciones en este establecimiento se suspendieron en marzo y han optado por enfocar su estrategia comercial en el mercado nacional, a la espera de la reactivación.
“Alto Atacama también se acogió a la Ley de Protección al Empleo y un pequeño grupo de colaboradores continúa en el hotel para su mantención básica y realizando otras mantenciones más específicas de este establecimiento”, detallan desde este grupo, que también tiene más áreas de negocios, como la inmobiliaria y agua mineral Puyehue, entre otros.
Torres del Paine y Puerto Natales: Noviembre y diciembre son los meses tentativos para la reapertura
-Es una de las principales postales de Chile. El Parque Nacional de Torres del Paine y sus famosos “cuernos”, entre otras imágenes, atraen a miles de turistas de todo el mundo que quieren conocer este finis terrae sudamericano. Según los principales operadores turísticos, este lugar, junto con Puerto Natales, estaba lleno de visitantes en los primeros días de marzo. Pero cuando terminó el mes, no quedaba nadie. Chile cerró las fronteras el 18 de marzo. Este parque nacional, el 17.
“Por primera vez en la historia abriríamos en invierno. Entonces, para nosotros, fue peor”, dice Timothy Dhalleine, encargado de RR.PP. del grupo que es dueño de Cascada Expediciones (operador turístico) y EcoCamp Patagonia, el conocido hotel cuyas habitaciones tienen forma de domos y se encuentra en pleno parque. Tuvieron que hacer procedimientos de emergencia para evacuar a pasajeros y contestar cientos de llamadas, “tratando de mover las fechas más que cancelarlas. Fue una situación triste para ellos”, cuenta.
Respecto de los trabajadores, comenta que no fue tan complejo, porque la mayoría se desempeña por temporada (noviembre a marzo). “Pero tuvimos que suspender a mucha gente antigua en la empresa”, agrega. En condiciones normales, entre ambas operaciones (Cascada y EcoCamp) cuentan con cerca de 70 personas en la zona y en temporada alta (noviembre a marzo) llegan a 100, con una cantidad de 75 pasajeros diarios solo en el hotel de Patagonia, alcanzando un 95% de ocupación, de los cuales cerca del 90% son extranjeros. No tuvieron que acogerse a créditos del gobierno o a una inyección de recursos extras, porque “aún hay capital suficiente”, dice el ejecutivo de esta compañía, de propiedad de sus fundadores Yerko Ibelic, Javier López y Nani Astorga.
Pero ya anunciaron que reabrirán el 26 de noviembre y la estrategia es captar a los visitantes nacionales y residentes con un 45% de descuento en su clásico programa “Cinco días W Trek”, quedando en cerca de $ 400 mil por persona. “Es una oportunidad para enfocarnos en este tipo de turistas”, indica Dhalleine.
Otro hotel de alta gama es Tierra Patagonia (del mismo holding de Tierra Atacama, Tierra Chiloé y Ski Portillo). Miguel Purcell, director ejecutivo de los cuatro lugares y parte de una de las dos familias dueñas del holding junto a los Matetic (entre otros accionistas minoritarios), indica que han aprovechado todos los beneficios estatales para subsistir, como los créditos Covid y la Ley de Protección al empleo. “Un 90% de nuestro personal (350 personas) se ha acogido a reducción de jornada o suspensión laboral… Ha sido duro”, reconoce Purcell.
El 15 de diciembre es la fecha tentativa para la reapertura. “Más del 90% de nuestra clientela es extranjera, entonces tenemos que reinventarnos y hacer productos atractivos para los chilenos. De hecho, ya hay muchos reservando y esta es la gran oportunidad de que conozcan Patagonia”, señala Purcell, quien cree que cuando abran llegarán, con suerte, a vender un 30% en comparación a un año normal.
En un periodo normal los precios de este hotel van desde $ 1.200.000 por persona, para tres noches en habitación doble.
Por su parte, en The Singular Patagonia, emplazado en Puerto Natales. Tomás Sahli, su CEO, relata que han aplicado los beneficios del Fisco, “pero echamos de menos beneficios sectoriales que respondan al real requerimiento de la industria”, precisando que cerca de 95% de sus pasajeros es extranjero. En temporada alta alcanzan un 90% de ocupación y en baja, un 70%. “Tenemos una política muy conservadora de financiamiento, lo que nos ha ayudado, pero hay gastos fijos importantes, como contribuciones, mantención de servicios, etc.”, dice.
Por eso, ahora también apuntarán al mercado local. Por lo general, en temporada peak el programa “complete experience” (all inclusive) es de US$ 625 por persona. Y aunque no hablan de porcentajes de descuentos, ofrecerán “paquetes atractivos para el público chileno. Como sea, soy optimista”, indica Sahli.
Rapa Nui: Más aislados que nunca
-Para un territorio que vive del turismo, que el último vuelo comercial haya sido en marzo no es algo fácil de digerir.
En Rapa Nui existen principalmente dos hoteles top de línea: Hangaroa y Explora. Con respecto a este último, contactados por Pulso Domingo, decidieron no hablar de sus tres hoteles en Chile por el momento.
Por su parte, Jerónimo Edwards, gerente general de Hotel Hangaroa Eco Villa & Spa, comenta que “sin duda, esta etapa de suspensión de operaciones ha sido muy triste para todo el equipo. Pero estamos muy optimistas que cuando las condiciones lo permitan, creemos que en la isla tendremos una rápida reactivación del turismo, debido principalmente a los visitantes nacionales”. Estima que “de a poco, dependiendo de cómo evolucione la pandemia en el mundo, iremos incorporando a turistas de mediana y larga distancia”. A este hotel llega un 50% de turistas extranjeros.
Se acogieron a la Ley de Protección al Empleo, con una suspensión inicial del 80% de sus colaboradores (de cerca de 100), “pero hemos complementado lo que reciben, para que no sea menos de un 60% de lo que ganan en condiciones normales”, explica Edwards. También han utilizado los créditos Fogape.
Mientras tanto, han estado haciendo remodelaciones en las habitaciones y otras dependencias, además de preparar protocolos de Covid para cada área del hotel, además de certificarse al respecto a nivel mundial. “Con esto también queremos proteger a la comunidad rapanui, porque sabemos que estar en un territorio insular como este lo hace muy frágil”, dice el ejecutivo de este hotel perteneciente al Grupo Tánica.
“La flexibilidad será clave en este período en nuestra estrategia comercial, por lo que tendremos que tener ofertas muy móviles de cara a este turismo nacional que esperamos. De hecho, tenemos reservas flexibles donde los clientes pueden cambiarlas hasta seis días antes del check-in, seleccionando otra fecha hasta fines del 2021”, señala Edwards, aunque no tienen una fecha clara para volver a operar.