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La transición energética es parte de las estrategias para cumplir con nuestros compromisos ambientales. Para ello se ha ido abarcando desde diferentes áreas, donde la gestión de la energía debe ir a todo nivel, apuntando a un cambio cultural, donde serían fundamental los liderazgos al interior de las organizaciones. Así lo señalaron los invitados al programa HUB Sustentabilidad del Pulso La Tercera.

En esta oportunidad el eje central fue la transición energética que Chile está llevando a cabo, cuáles son los puntos críticos, la nueva normativa y los desafíos que depara eficientar los consumos y cambiar la matriz energética.

El panel estuvo compuesto por: Luis Felipe Ramos, subsecretario de Energía; Vannia Toro, gerenta de EMOAC, empresa filial de Copec que comercializa energía 100% renovable y asesora en temas de Sistema de Gestión de Energía; y Álvaro Pérez gerente de Mowi, empresa multinacional, presente en 26 países, dedicada a la producción del Salmón cultivado fueron los encargados de contar cómo están viviendo la transición energética y los desafíos que conlleva.

Durante el encuentro se habló sobre los desafíos que tiene el país en la transición energética, que a juicio de Ramos, “nos encontramos en una segunda etapa en la transición, ya que incorporaron las energías renovables no convencionales y ahora se están aumentando para que estas energías sean la principal fuente y con ello avancemos a la descarbonización al 2050″.

Avanzar en estas materias no es algo simple, para ello se requiere una planificación de manera estratégica, con una hoja de ruta clara, donde en primer lugar estaría un diagnóstico de las fugas de energía y de esta manera poder actuar en la eficiencia. En ese sentido resultan clave los Sistemas de Gestión de Energía (SGE), que en términos simples es un conjunto de herramientas de una empresa que interactuan entre sí para asegurar una mejora continua en el desempeño energético (uso de energía, eficiencia energética y consumo). De esta manera, cada organización establece cómo mide su desempeño energético para mejorarlo en el tiempo.

Ha sido el caso de Mowi que señalan como uno de los dolores la matriz energética ya que sus precios son altos. “La producción está en lugares aislados y remotos donde llegar tiene un consumo energético bien alto. Cuando uno implementa un sistema de gestión va mejorando los procesos, porque hoy día estamos preocupados de los consumos, pero con esta ley, estamos midiendo y tratando de eficientar procesos que van a reducir el uso de combustible también o electricidad. Pero ese dolor sigue existiendo”, indica Pérez.

Para Toro, transicionar energéticamente hacia una economía baja en emisiones lo primero que hay que considerar es la producción de energías en base a fuentes renovables, y en ese sentido, considera que Chile ha tenido grandes avances: " por ejemplo, el 62% de la matriz energética fue producida por energías renovables, si se considera la hidráulica y si solo se considera la solar y eólica, es un 28%. Entonces hay que hacer crecer esa matriz que hoy es baja en emisiones y que también pueda ser accesible en distintas zonas del país. Lo clave es que para hacer un SGE hay que mirarlo como una inversión, pero no como un producto, sino que se tiene que ver como un cambio en la organización, en un cambio de hábitos en las personas, en su cultura”, señala.

Coincide Pérez quien señala que “si bien Chile tiene muchas oportunidades y ventajas, las claves son las personas, en el cambio de hábitos básicamente, y eso es lo que te instaura un sistema de gestión de energía que te permite tener metodologías a través de procedimientos. Nosotros venimos acostumbrados a una forma de hacer las cosas y cuando se impone algún nivel de restricción lo primero es negar y decir que no se puede. Por lo que tienen que haber un convencimiento y un cambio cultural a nivel de dirección. No basta con llegar al nivel operativo. Tiene que ser a nivel transversal, pero el directorio y la alta dirección de la compañía tiene que estar muy convencida de esto”.

En ese sentido Toro plantea las oportunidades que tienen los consumidores con capacidad de gestión de energía (CGE) donde habrían muchas acciones donde va a tener impacto “ dentro de la meta de carbono neutralidad más menos le 50% equivale a acciones de reducción y el otro 50% captura y en particular se determina que el impacto que puede tener la eficiencia energética sobre esa reducción alza el 35% de esas reducciones de emisiones. Así de importante es”. Además agrega que estas oportunidades son llevadas a términos económicos desde el punto de vista de las decisiones de operación . “Por ejemplo en este primer análisis, uno detecta que hay ciertas cosas que pueden hacer con niveles de inversión bajo, como por ejemplo una compañía que deja prendida su caldera durante los fine de semana ,o que sea un turno en específico que tiene esta conducta, este hábito y cambiarlo, no requiere inversión. Hay otro tipo de oportunidades que son operacionales, aprovechar procesos necesitan de calor y necesitan frío para otro y lo hacen de manera aislada. Si tú juntas estos dos procesos, el desecho de uno, lo ocupas como el insumo del otro, tiene beneficio de ahorro económico y después tienes oportunidades que ya son recambios tecnológicos, que son inversiones más, más grandes en capital y que tienen que ser mirado con una visión de largo plazo para poder implementarla.”

En definitiva lo que plantea es que lo que produce con menos energía, baja sus costos y ”es más competitivo desde el punto de vista medioambiental, está tomando una acción contra el cambio climático porque reduce las emisiones de de CO2. Desde el punto de vista de la imagen corporativa, es una empresa con foco sustentable, le permite acceder a nuevos mercados. Cada vez más los mercados ponen esto como requisito. Los mismos clientes finales ponen requisitos y es importante que las empresas consigan sus sellos. Y finalmente, el punto de vista operacional. El hecho de estar siempre mirando cómo hago las cosas te permite estar a la a la vanguardia en los cambios tecnológicos ya y tener metodologías para evaluarlo. Se trata de ir acompañando a los clientes a eficientar sus procesos”, señaló la gerenta.

En ese contexto, Pérez comparte su experiencia sobre lo que ha significado partir con la implementación de su Sistema de Gestión, “hemos podido sacarle provecho a la herramienta de eficiencia energética. Partimos al año pasado en marzo, antes que pasara a la obligación de implementar un sistema de gestión. Entonces, teniendo información, estableciendo que son rápidas las medidas para poder reducir, posteriormente, planes rápidos y sin invertir nada todavía, porque ni siquiera estás hablando de inversiones. Estamos hablando solamente de mejora de procesos y las inversiones vendrán a futuro. Por lo tanto, aquí lo más importante es creerse que el sistema de gestión de energía es una herramienta de gestión que ayuda, que reduce costos, que valora la reputación corporativa, que nos prepara justamente para nuestros competidores. Hoy en día, los clientes están súper preocupados del nivel de CO2 de los productos, entonces nosotros tenemos una responsabilidad súper importante”.