Empresas Iansa firmó con Banco Santander Chile un crédito sindicado estructurado en formato ESG (medioambiental, social y gobernanza, siglas en inglés), que alcanza los US$ 53 millones, los cuales serán utilizados para reestructurar pasivos financieros del grupo.
La tasa de interés del financiamiento está vinculada al cumplimiento de tres indicadores de tipo medioambiental que son de relevancia estratégica para Empresas Iansa: reducir en un 19% las emisiones de CO2, incrementar el uso de riego tecnificado en las hectáreas de remolacha plantadas –permitiendo un ahorro sustancial de agua– y, aumentar la revalorización de residuos a un 86% a 2025 en sus nueve plantas a nivel de Chile y Perú.
En esta ocasión, Moody´s ESG Solutions (ex Vigeo Eris) realizó la evaluación de la relevancia y objetivos de los indicadores propuestos por la compañía.
“Como Empresas Iansa tenemos una estrategia de sostenibilidad clara, que busca seguir creciendo de manera sostenible velando por el cuidado del medioambiente y el desarrollo social. Además, estamos comprometidos con la adhesión a siete Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda 2030 de la ONU”, comentó Vivian Budinich, gerenta de Marketing Corporativo y Sostenibilidad de Empresas Iansa.
Para Soledad Ramírez, gerenta de Asesoría Financiera de Santander Corporate & Investment Banking, Banco Santander sigue posicionándose como el principal impulsor de financiamiento sostenible en Chile, señalando que “Cada vez son más los clientes que han optado por vincular sus financiamientos a variables ESG. Como Banco buscamos apoyar a compañías que tengan la sostenibilidad en su ADN, como es el caso de Empresas Iansa, contribuyendo a fomentar una economía circular y buscando formas de producción más limpias”, explicó
Esta acción se suma a otras compañías que han sido apoyadas por el Grupo Santander en sus procesos de gestión y emisión de productos crediticios con un fuerte sello de cumplimiento a los principios de sostenibilidad y respaldo social, en línea con el compromiso de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, hacia una economía verde, movilizando 120.000 millones de euros de 2019 a 2025 y 220.000 millones entre 2019 y 2030 en financiación verde para ayudar a abordar el cambio climático.