La consultora McKinsey estima que el 2025 el Internet de las Cosas (IoT), podría contribuir a la economía global con unos US$11,1 trillones. Del mismo modo, el estudio Worldwide Internet of Things Forecast, 2015-2020, elaborado por IDC, señaló que entre 2013 y 2020 la base instalada de IoT se triplicará, alcanzando 30 billones.
Ambas cifras reflejan el impacto que tendrá el IoT en el mundo y especialmente en el desarrollo de las ciudades inteligentes.
¿Pero qué ocurrirá en Latinoamérica?
De acuerdo a las proyecciones, en las ciudades de la región también podremos apreciar este verdadero "boom tecnológico" y hacia el 2020 veremos un aumento considerable en el gasto que realizarán para transformarse digitalmente. Y es que en su mayoría, comenzarán con la implementación de soluciones relacionadas a seguridad pública, infraestructura y energía o transporte inteligente.
Es indiscutible que el IoT será primordial para optimizar la eficiencia de las operaciones y servicios al interior de las ciudades, beneficiando en el corto y mediano plazo a las personas que viven en urbes, las que actualmente representan el 55% de la población mundial.
Gracias a la creciente instalación de sensores en la ciudad, automatizaremos un sinfín de procesos y actividades que facilitarán la vida de las personas. Es así como se acentuará la adopción de tecnologías para medir el consumo de energía de manera automática y conectarse a un sistema de control central basado en la nube.
Del mismo modo, veremos nuevos sistemas para controlar la iluminación y seguridad pública, el tránsito o el retiro de basura, además de aplicaciones para encontrar estacionamientos o modernizar los tradicionales sistemas de courier.
A raíz de lo anterior, la generación de datos crecerá exponencialmente. Como proveedores de Servicios Digitales, nuestro desafío será habilitar una red - como una especie de sistema nervioso - que permita dar vida a las múltiples interacciones que requiere una ciudad con la integración total de los datos que se generan en ella y crear un verdadero "círculo virtuoso".
No importa si esos datos provienen del sector público o privado, todo deberá considerarse integralmente con el fin de obtener nuevas eficiencias en cada una de las tareas que se decida automatizar.
Las smart cities están requiriendo de mucha innovación. Afortunadamente, las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) que las impulsarán ya se encuentran disponibles.
Todo lo anterior continuará permitiendo la integración de personas, procesos, cosas y datos, de manera segura, con el fin de lograr la optimización en el uso de los recursos, y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos
Desde mi punto de vista, las sólidas redes de proveedores que brindan conectividad a millones de dispositivos móviles y sensores; las soluciones cloud, que garantizan la flexibilidad y disponibilidad de enormes capacidades de almacenamiento, procesamiento y seguridad; así como las arquitecturas de Big Data que habilitan un análisis dinámico y en tiempo real de los datos, son las que están articulando la forma de vivir en esta nuevas ciudades.
Si bien su evolución es paulatina, transformará nuestras ciudades y nuestra forma de interactuar con ellas, y nos plantearán nuevos desafíos y un entorno digital, más seguro y más informado, para crear una mejor ciudad, sustentable y eficiente.