En los 11 años que lleva al frente de la Reserva Federal en St. Louis, James Bullard ha estado en todas las posiciones dentro de los grandes debates en el seno del banco central estadounidense.
Ha argumentado en favor de los esfuerzos agresivos para impulsar la economía y, otras veces, se ha opuesto a ellos. Ha criticado a sus colegas por hacer muy poco para acelerar la inflación baja y por no actuar para mantener a raya el crecimiento de los precios.
A sus 58 años, Bullard se ha ganado una reputación de molestoso en los círculos de la política monetaria, pero la revista The Economist le situó una vez entre los 10 economistas más influyentes.
No obstante, en los últimos tres años, antes de la elección del presidente Donald Trump, se ha vuelto tal vez el mayor defensor, de las tasas de interés bajas en el seno de la Fed.
Esta posición ha llamado la atención de Trump y de otros miembros de su gobierno, mientras el mandatario carga contra la entidad para que baje los tipos, aunque por razones diferentes.
Para el jefe de la Fed en St. Louis, Estados Unidos está entrampado en una rutina de bajo crecimiento, en contraste con la retórica de "la mejor economía del mundo" de Trump.
Pese a todo, la coincidencia en el deseo de relajar la política monetaria podría estar a punto de impulsar la influencia de Bullard.
Trump anunció sus planes para nombrar a Christopher Waller -uno de los principales colaboradores de Bullard- en la Junta de Gobernadores de la Fed, un economista que comparte al menos parte de los puntos de vista de su jefe.
Se especula con la posibilidad de que Bullard sea un candidato para dirigir la Fed si Trump es reelegido.
Bullard "es un líder realmente duro en el sistema de la Reserva Federal", afirmó el mes pasado el asesor económico jefe de Trump, Larry Kudlow, días después de que el mandatario lanzó duras críticas contra los funcionarios de la entidad y su jefe, Jerome Powell.
También coincidió con una nueva disensión de Bullard ante la decisión de la Fed de rebajar las tasas en un cuarto de punto, ya que él quería duplicar el recorte.
Se trató de su segunda opinión discordante sobre la rebaja de tipos desde junio. "A veces he estado en el punto medio en el comité. A veces he estado en el extremo de cualquiera de las dos partes del espectro, dependiendo de la situación económica", dijo Bullard la semana pasada, tras un evento de la Cámara de Comercio de Illinois.
"Creo que he demostrado mis credenciales en lo que se refiere a defender mis puntos de vista", añadió.
¿Dónde aterrizará?
La voluntad de Bullard de mantener una mente abierta sobre cómo funciona la economía es valiosa en un comité donde el "pensamiento grupal" puede ser un riesgo, dijo Nathan Sheets, exempleado de la Fed y actual economista jefe en PGIM Fixed Income.
No obstante, esto puede ser complicado para los inversionistas, que buscan predictibilidad. "Sus puntos de vista tienen una base intelectual (...) y a los que observan a la Fed les viene bien pensar en lo que está diciendo", comentó Sheets.
"La pregunta es, si prosigue con su camino a lo largo del tiempo, ¿podría aterrizar en un lugar diferente?". Esta es una pregunta que deberá considerar Trump mientras intentar moldear una junta de la Fed más a su gusto.
Bullard, un nativo de Minnesota con un doctorado Economía en la Universidad de Indiana en Bloomington, aterrizó en la Fed de St. Louis en 1990.
Sus raíces se hunden en el corazón de Estados Unidos, en contraste con los currículums de Wall Street y universidades costeras que suelen prevalecer en la Fed. Si bien es considerado como un independiente en política monetaria, no es menos cierto que la discusión entre sus pares ha ido acomodándose hacia sus posiciones.
Desde 2015, la mediana de las expectativas entre las autoridades de la Fed en relación a las tasas de interés a largo plazo han bajado en un punto porcentual, mucho más alineadas con la visión del mundo de Bullard.
"Creo que, hablando en general, tanto los mercados como partes del comité se han acercado a mi punto de vista", dijo Bullard en una entrevista a principios de septiembre. "Puede que no usen el mismo lenguaje, pero creo que se han acercado", agregó.