Este año los mercados desarrollados se robaron el protagonismo a nivel mundial en el ámbito financiero.

Así lo demuestran las cifras. Según datos obtenidos de Bloomberg, el activo más rentable del año fue el índice de Wall Street S&P 500, que agrupa a las 500 empresas más representativas de la bolsa de Nueva York, que rentó 31,8%, incluyendo el pago de dividendos. A su vez, esto implica su mejor rendimiento desde 2013.

Incluso, durante las últimas semanas ha venido marcando máximos niveles históricos, al igual que los otros dos principales indicadores de Wall Street: Dow Jones y Nasdaq.

Esto ha sido impulsado, entre otros factores, por el optimismo sobre las mejores relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, datos económicos positivos y ganancias corporativas mejores a las esperadas.

Otro dato que confirma el buen año de los mercados desarrollados es que el índice MSCI EAFE, que agrupa a las principales bolsas globales, se elevó 22,4% en el año, su mejor rendimiento anual desde 2017.

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos, por su parte, obtuvieron un retorno 7,08%, lo que corresponde a su rentabilidad anual más alta en ocho años. A su vez, los bienes raíces de ese país anotaron un incremento de 27,9%, siendo su mejor registro anual desde 2009.

En el mercado de la renta fija, los bonos high yield globales se incrementaron en 12,4%, el retorno anual más elevado desde 2016, mientras que los bonos investment grade globales aumentaron 6,6%, lo que equivale al mejor desempeño en dos años.

Los commodities también exhibieron un ejercicio positivo. El índice Bcom, que agrupa a las principales materias primas, subió 8,4%, siendo su mejor desempeño anual en tres años. En la misma línea, el indicador BCOMP, que reúne a los metales preciosos, anotó un avance de 16,9%, su mejor ejercicio en una década.

El commodity que lideró los retornos en 2019 fue el petróleo WTI, ya que trepó 35,8% hasta US$61,7 el barril, la mayor variación positiva desde 2016. En tanto, el oro y la plata obtuvieron su mejor marca desde 2010, donde el primero subió 18,2% hasta US$1.514,88 la onza y la segunda 15,9% hasta US$17,92 la onza.

El cobre, por su parte, mostró un desempeño más moderado, pues solo se elevó 3,7% hasta US$2,80 la libra, su mejor marca desde 2017.

En tanto, la caja se elevó 2,44%, siendo su retorno más elevado desde 2008.