Indignación en La Moneda: el negativo balance presidencial ante una derrota inesperada y lapidaria
El Presidente acusó el golpe más duro que ha recibido por parte del Congreso en su primer año de administración. En La Moneda reconocen que el rechazo a una de las reformas emblemas del gobierno deja en entredicho el financiamiento clave para cumplir con el programa. Anoche, pasadas las 21.10, el Jefe de Estado se dirigió al país sin aclarar el camino legislativo que tomará. "Parece que el objetivo de algunos es golpear al gobierno e impedir los cambios, pero quiero decirles que se equivocan. No es al gobierno a quien golpean o le propinan una derrota, sino a millones de chilenos y chilenas que llevan años esperando un país más justo”, dijo.
Sus equipos lo habían alertado, pero fue tras el llamado de su ministro de Hacienda, Mario Marcel (Hacienda), cuando el Presidente Gabriel Boric terminó de aquilatar la derrota legislativa más importante en lo que va de su gobierno.
A sólo días de que se cumpla su primer aniversario como inquilino de La Moneda, el Jefe de Estado se indignó por un resultado que era totalmente inesperado para él: el rechazo por parte de la Cámara de Diputados -por dos votos- de la idea de legislar de la reforma tributaria, que ingresó en junio de 2022 al Congreso y con la que esperaba financiar el grueso de su programa, incluyendo la reforma provisional y las iniciativas que anunció él mismo ayer para una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
El enojo del Presidente era multifactorial. Por un lado, el Mandatario no entendía la actitud de los parlamentarios de la derecha que se opusieron de manera mayoritaria a dar luz verde a la tramitación de la iniciativa. Y, por otro, tampoco se explicaba que votos oficialistas no hubieran participado de una sesión tan crucial para el Ejecutivo -aunque estaban pareados- cuando habrían bastado un par de apoyos para dar vuelta un escenario que en Palacio reconocían ayer como “lapidario”.
Ese fue el caso de la diputada Claudia Mix (Comunes), quien se encontraba en una actividad de representación parlamentaria en el Golfo Pérsico. Fuera de ese criterio quedaba la diputada Lorena Fries (CS), quien se sometió a un procedimiento médico y se encontraba con licencia.
El escenario para La Moneda se volvía peor, considerando que la votación se había tensionado en la previa por un error de uno de sus propios colaboradores: el impasse por el que tuvo que disculparse el martes el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, quien fue acusado de maltratar a la diputada del Comité Ecologista Verde, Viviana Delgado. Tanto así que el propio Marcel y todo el comité político se encargó -durante la mañana- de dar señales de solidaridad en favor de la parlamentaria para evitar que el altercado tuviera un efecto negativo en el avance del trámite de la reforma. Delgado estuvo presente durante la sesión, sin embargo, salió justamente al momento de votar junto a sus pares de comité Pamela Jiles y Mónica Arce. Esos votos habrían hecho la diferencia, repetían ayer en el gobierno.
Pero quizás lo que más frustró al Presidente son los graves efectos políticos que tiene el rechazo del proyecto y que aún no termina de dimensionar.
Al rechazarse la idea de legislar, el gobierno no puede volver a tramitar por el plazo de un año una reforma con las mismas ideas matrices en la Cámara de Diputados, instancia por la que siempre ingresan las iniciativas relativas a tributos. La posibilidad de que el Presidente pudiera insistir ante el Senado por un quórum de 2/3 perdía fuerza al cierre de esta edición entre los ministros del comité político.
Marcel mismo dio señales en ese sentido tras lamentar el rechazo del proyecto en el Congreso. Sobre todo, porque tanto a él como al resto de los ministros les consta que el clima en la Cámara Alta no está para avanzar en los términos que propone el Ejecutivo. Más complejo se hace si se considera que el gobierno solo tiene 25 votos, incluyendo a independientes y la DC, por lo que estarían obligados a negociar previamente los parámetros con la derecha.
Con esa sensación de derrota llegó el Presidente, pasadas las 14.45 horas, al Grupo 10 de la Fuerza Aérea, para tomar un avión rumbo a la ciudad de Iquique. El jefe de Estado se mantuvo por varios minutos haciendo llamados y conversando con sus ministros para ver cursos de acción. Además, pese a que no tenía previsto hablar durante la jornada de este miércoles, le pidió a sus equipos organizar un punto de prensa después de su reunión con el gabinete regional. Pasadas las 21.10, el Jefe de Estado se dirigió al país sin aclarar el camino legislativo que tomará.
“En esto debo ser sincero con ustedes, chilenos y chilenas: cuando el país comienza a mostrar señales de recuperación, cuando empezamos a salir adelante de una crisis larga, nuevamente hay un sector que intenta hacer que las cosas no cambien. Dejar las cosas tal cual y cómo están. Parece que no aprendemos de las lecciones del pasado. Parece que el objetivo de algunos es golpear al gobierno e impedir los cambios, pero quiero decirles que se equivocan. No es al gobierno a quien golpean o le propinan una derrota, sino a millones de chilenos y chilenas que llevan años esperando un país más justo”, dijo el Mandatario.
Y agregó: “este rechazo, sin embargo, es una buena noticia -como lo dijo el ministro Marcel- para quienes eluden impuestos de manera impune y vergonzosa y quienes los asesoran (...). Quiero hablarle directamente a quienes dicen haber votado en contra por ser una mala reforma. Esos mismos votos que usaron hoy día para negar la posibilidad de discutir esta reforma los pudieron haber ocupado para mejorarla (...). También le quiero decir a quienes nos escuchan que no es cierto, por más que lo repitan una y otra vez, que no hubo disposición al diálogo”.
En esa línea, recalcó que su gobierno no entrará en el inmovilismo y que buscará caminos para avanzar en un acuerdo. “Lamentablemente en estos episodios salen a relucir las diferencias más duras entre los sectores políticos que terminan en el peor sinsentido y que le hacen mal a los chilenos y chilenas. Quiero invitar a que esta fractura no nos domine y a que la superemos. Quiero que sepan que ocuparé todo mi liderazgo y pondré a todo mi gobierno a trabajar para construir una mayoría que sí haga posible esta reforma. Si no superamos esta prueba (...) sólo seguiremos alimentando una frustración que quienes nos están viendo en su casa tienen toda la razón de tener”.
En Santiago, en tanto, los equipos del Segundo Piso -liderados por Miguel Crispi- se encargaban de estudiar alternativas y contactarse con los partidos y parlamentarios. A la ministra del Interior, Carolina Tohá, por otro lado, el Presidente le encomendó quedarse en la capital para participar de los funerales del funcionario de la DGAC que falleció en un intento de robo en el aeropuerto, pero también hacer control de daños ante la contingencia. De hecho, la titular del gabinete citó la tarde de ayer a los partidos oficialistas para abordar esa y otras cuestiones como el ajuste ministerial que -si todo se mantiene como está planificado- el Presidente anunciará este viernes.
Mientras tanto, en los equipos de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) se analizaron bajadas comunicacionales para salvar -en algo- un día que esperaban que estuviera marcado por las buenas noticias en materia de género. La decisión fue salir a cargar el costo político a la derecha, dando cuenta de todas las medidas que quedarán sin financiamiento por el rechazo de la reforma.
“Quienes votaron en contra de la reforma tributaria le hicieron un gran daño al país”, se titulaba una minuta que hicieron circular entre parlamentarios oficialistas desde la Segegob, detallando una serie de iniciativas que no podrán concretarse, como el aumento de la Pensión Única Garantizada y el aumento del per cápita para la salud primaria, entre otras.
El hecho de que los ministros a cargo -como Marcel, pero también Ana Lya Uriarte (Segpres)- no hayan anticipado un escenario tan estrecho en la Cámara Baja también fue comentario en Palacio. Las mismas fuentes señalan que ambos se habían mostrado confiados en que el de ayer sería un mero trámite y, de hecho, tenían planificado dar la negociación mayor en la Cámara Alta. Así lo entendía el propio Boric y, por lo mismo, dicen en el gobierno, se sorprendió con el resultado.
Otras versiones en La Moneda aseguraban que el conteo el día martes en la noche daba dos votos arriba en favor de aprobar la normativa, sin contar a los exdecé que rechazaron -entre ellos Miguel Ángel Calisto y Joanna Pérez-, pero contabilizando a los ecologistas verdes que terminaron no participando de la votación. Pese a las gestiones de Uriarte con Delgado, no hubo caso para convencerla.
Lo que es un consenso en el Ejecutivo es que el golpe al Presidente no tiene parangón en lo que va de su gobierno y que lo deja en un pie complejo de cara al 11 de marzo, día en que tenía previsto inaugurar una nueva etapa enfocado en mejorar la gestión.
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