Inditex registró en el primer trimestre de su ejercicio fiscal 2020, transcurrido entre los meses de febrero y abril, las primeras pérdidas de su historia. Un resultado neto negativo de 409 millones de euros, frente a los 734 millones que ganó en el mismo periodo del año pasado.

La crisis del coronavirus, factor que explica estos números, ha provocado algo inédito desde al menos 20 años, cuando el gigante textil gallego salió a Bolsa en 2001 y empezó a reportar resultados trimestrales. Anteriormente tampoco registró números rojos en un ejercicio fiscal. La textil sí ha logrado un ebitda positivo de 484 millones, un 70% inferior.

La crisis del coronavirus ha provocado una revisión de la estrategia de Inditex, que implica acelerar la digitalización y cerrar más tiendas. La compañía explica que durante el primer trimestre ha incluido una provisión de 308 millones por su programa de optimización de espacio, mediante el cual cierra tiendas de menor tamaño para aglutinarlas bajo establecimientos de mayor superficie. Sin la provisión, las pérdidas habrían sido de 175 millones.

Este plan de optimización, que inició en 2012, concluirá en 2021 y contempla hasta entonces el cierre de entre 1.000 y 1.200 tiendas, a un ritmo de 500-600 anuales. En paralelo irá abriendo 150 nuevas más grandes cada año.

Menos ventas

El Covid-19 también ha provocado otro hecho histórico para la textil: su primera caída de ventas en un periodo comparable. Las mismas fueron de 3.303 millones de euros, por los casi 6.000 de hace un año, y empeora el avance que la empresa dio a mediados de marzo, coincidiendo con sus resultados anuales. Entonces, Inditex reportó una caída de los ingresos del 24% en la primera quincena de aquel mes, registrando los primeros impactos de la pandemia. Pero entonces las más de 1.500 tiendas que tiene en España, su principal mercado, continuaban abiertas. Finalmente la caída reportada es del 44%.

A cierre del primer trimestre, Inditex solo contaba con 965 tiendas abiertas de las más de 7.400 tiendas que tenía en su red. Una situación que ha podido remontar, y a 8 de junio Inditex ya tenía 5.743 abiertas en 79 mercados, el 78% del total. Sin embargo, la caída de ventas totales en mayo fue del 50%, mientras que entre el 1 y el 8 de junio el retroceso ha sido del 34%. En los mercados donde las tiendas ya estaban plenamente abiertas, la caída de ventas aún fue del 16%, lo que muestra que no basta con la reapertura para que se recobre ni de lejos la normalidad comercial.

El canal de venta online sí se ha mantenido abierto durante el confinamiento, registrando un crecimiento de las ventas del 50% en el primer trimestre, lo que ha permitido en parte amortiguar la caída en el periodo.

Pese a ello, la empresa sí ha confirmado el pago de un dividendo con cargo al beneficio de 2019 de 0,35 euros, un 60% inferior al repartido el año pasado. Además suspende el reparto del dividendo extraordinario de 1 euro en la parte prevista para este año. Este iba a ser abonado en 2019, 2020 y 2021, pero ahora lo será en 2019, 2021 y 2022.

El primer trimestre fiscal de Inditex ha coincidido con las semanas más duras de la crisis, las que transcurrieron desde la segunda mitad de marzo y durante todo el mes de abril, con un confinamiento total en España y, por tanto, el cierre durante esos días de cualquier actividad comercial no alimentaria. La compañía que preside Pablo Isla ya provisionó 287 millones por el impacto de la crisis en los inventarios.

Durante los últimos meses Inditex ha tenido que afrontar decisiones de un importante calado. La principal, el acometer o no un ERTE por fuerza mayor a cerca de 25.000 trabajadores de sus tiendas. Algo que primero vinculó a la duración del estado de alarma: si continuaba a partir de mediados de abril, lo aplicaría. Después, a la vista de que los planes de desescalada contemplaban las primeras reaperturas en mayo, canceló cualquier ajuste de este tipo. Esto ha provocado mantener el grueso de sus costes laborales en un periodo en el que solo se mantenían los ingresos del comercio electrónico, todavía lejos de ser suficientes para compensar esos costes.

Inditex también acudió a sus bancos de confianza para ampliar sus líneas de liquidez y reforzar su escudo anticrisis. La textil contaba a 31 de enero de 2020 con una caja de más de 8.000 millones, un colchón de seguridad importante para garantizar su viabilidad pese a la crisis. A 30 de abril, la compañía conservaba una posición financiera neta favorable de 5.752 millones, que compara con 6.660 millones un año antes.

Esa posición se descompone en 3.401 millones en caja y equivalentes (5.307 millones un año antes), 2.506 millones en inversiones financieras temporales (1.477 millones un año antes) y 155 millones de deuda financiera (frente a 124 millones a 30 de abril de 2019).