La inflación anual de Argentina subió a un nuevo máximo de 30 años en septiembre, al tiempo que los legisladores luchan por controlar algunos de los aumentos de precios al consumidor más rápidos del mundo.
Los precios al consumidor en la segunda nación más grande Sudamérica tuvieron un aumento anual de 83%, según datos del Gobierno publicados este viernes. El alza estuvo por debajo del nivel actual de 83,45% en Turquía. La inflación mensual se situó en un 6,2%, por debajo de las estimaciones de los economistas de un aumento del 6,7%.
“Es el segundo mes consecutivo en el que logramos reducir la inflación, pero es un número que todavía no me conforma ni mucho menos”, dijo el ministro de Economía, Sergio Massa, al margen de un evento en Washington DC. “La obsesión nuestra tiene que ser trabajar todos los meses para seguir recorriendo la escalera descendente”.
Los inversores perciben que el Gobierno de Argentina carece de una estrategia creíble para anclar tanto los precios como la moneda, que ha bajado un 32% en lo que va del año, la mayor caída en América Latina, a pesar de los controles impuestos.
En cambio, el presidente Alberto Fernández ha optado por una mezcla de pasos tradicionales y no convencionales. Su Administración ha implementado congelamientos temporales de precios, controles de divisas y restricciones a la importación. Recientemente creó nuevos impuestos a los viajes al exterior con motivo del Mundial de Catar el próximo mes y para conciertos, acumulando una lista de tipos de cambio informales.
Los economistas encuestados por el banco central de Argentina prevén que la inflación alcance el 100% a fines de este año.