La inflación anual en Chile está en máximos en más de 27 años: 10,5%. La última vez que estuvo en esos niveles fue en agosto de 1994. La diferencia con ese momento de la historia era que los precios venían en una trayectoria descendente, dejando atrás los períodos inflacionarios de los años 70 y 80. En cambio, ahora, el escenario va todavía en alza, aunque la expectativa para el año tiende a moderarse.

Un reflejo del fuerte fenómeno inflacionario por el que atraviesa Chile queda plasmado en el hecho de que el registro del país se ubica en el quinto lugar más alto de América Latina, sólo detrás de Venezuela (222%), Argentina (58%), Brasil (12,1%) y Paraguay (11,8%), y superando a otras naciones como Uruguay (9,4%) y Colombia (9,2%).

A nivel global, el país está en la posición 25. Esa lista es encabezada por Venezuela. Su inflación interanual es de tres dígitos, el único país en el mundo en esta situación. En la medición interanual el IPC subió un 222,3%. El segundo país con mayor inflación es Zimbabue, con 96,4%, seguido por Turquía con 70% anual, y Argentina en el cuarto lugar con 58%, su mayor valor en tres décadas.

Cuándo la inflación en Chile volverá nuevamente a la meta del Banco Central de 3% es la pregunta que ronda ahora entre los analistas. Y la respuesta es que lo haría recién hacia fines de 2024, o incluso a principios de 2025, por lo que se anticipa que el proceso de desaceleración de las presiones inflacionarias será muy paulatino. Eso es lo que preocupa a los expertos y, por cierto, al Banco Central, por lo que subió la tasa de interés a 8,25%, su mayor nivel en 14 años.

El alto registro del IPC de abril (1,4%) elevó el peak estimado para la inflación anual. Si antes de esa cifra el techo rondaba el 10,5% a 11%, ahora el máximo que se espera supera el 12%, e incluso algunos lo ven en 13% hacia mediados de año.

En el corto plazo, el mercado tiene un rango de proyección de 0,9% a 1,4% para el IPC de mayo. Con ello, el registro anual se elevaría a entre 11,2% y 11,8% respectivamente. Mientras que, para el año, las perspectivas se sitúan entre 8,9% y 10,4%.,

18 Agosto 2021 Foto: Andres Perez

Factor externo o interno, ¿qué pesa más? Ante esta pregunta, los economistas afirman que no es sencillo de analizar, dado el contexto por el que se atraviesa y por la presencia ya de los llamados “efectos de segunda vuelta” que están presentes en la economía.

Felipe Alarcón, economista de Euroamerica, menciona que “hacia adelante la inflación derivada de alimentos, principalmente importados y de precios de combustibles, podría seguir liderando las alzas, aunque dada la estructura y nuestra economía local altamente indexada, los servicios también harán su aporte inflacionario, aunque en una cuantía menor”. Así, en su escenario base, tiene prevista una inflación de transables de 13,2% y para los no transables de 7,2%.

Fernando Suarez, senior Portfolio Manager en Fintual, afirma que “de acuerdo a nuestras estimaciones, vemos que, si solo consideramos las variables externas que están empujando los niveles de inflación en Chile, tales como la guerra entre Rusia y Ucrania y la estrategia “Covid cero” que está siguiendo China, y aislamos las variables internas, la inflación en Chile debería rondar en torno a un 6,4% para este año, mientras que las proyecciones del mercado son de un 9%. Por lo tanto, concluimos que ese 2,6% de diferencia se podría atribuir a factores internos explicados principalmente por los retiros previsionales y las ayudas por parte del Estado como IFE y otros bonos a empresa, que se realizaron durante el transcurso de la pandemia y que inyectaron mucha liquidez al mercado”.

Sergio Godoy, economista jefe de STF Capital, comenta quela inflación transable va a terminar en dos dígitos a fines de año, entre 10,5% y 11,5%, aunque menor que el nivel actual de 12,8%, lo que se explica mayormente por una disipación parcial del shock externo. Sin embargo, la no transable debiera mantenerse bajo los dos dígitos, entre 7% y 8%%”. Asimismo, el economista prevé que la inflación termine el año en 9,4%, mostrando que “la inercia inherente existente, hace muy difícil reducir la inflación de dos dígitos que estamos viendo y que el consumo privado sigue fuerte debido al efecto persistente de los tremendos estímulos realizados el año pasado”.

Para Tomás Flores, economista de LyD, “es probable que, a diferencia del año pasado, la inflación externa tendrá un rol predominante, aunque una nueva devaluación del peso podría tener un peso similar al observado en 2021″. Según Flores, “la inflación de transables llegaría a 10,5%, mientras que en no transables sería de 6,5% aproximadamente”.

Pavel Castillo, gerente comercial de Corpa, sostiene que “el año pasado la inflación en Chile, a grandes rasgos, estuvo explicada en 2/3 por factores internos. Para 2022, las presiones inflacionarias internacionales son más marcadas, principalmente en energía, alimentos y transporte. Por otro lado, la presión de la demanda interna va a la baja en Chile paulatinamente. Posiblemente veamos un escenario donde alrededor del 60% de la inflación sea de origen externo”.