Los precios al consumidor de Brasil subieron más de lo previsto impulsados por los costos de los alimentos y el transporte, a medida que los encargados de política monetaria evalúan por cuánto tiempo extender los aumentos de las tasas de interés.
Los precios subieron 12,2% a mediados de mayo con respecto al año anterior, más que la mediana de estimaciones de 12,04% en una encuesta Bloomberg.
La inflación durante la primera quincena del mes llegó a 0,59%, informó este martes la agencia nacional de estadísticas.
La medida de dos dígitos afecta a los consumidores y empresas brasileñas y crea un dolor de cabeza político para el presidente Jair Bolsonaro a pesar de los esfuerzos del banco central para bajar los precios.
Mayores tasas
Durante el año pasado, los encargados de política aumentaron las tasas un total de 10,75 puntos porcentuales. Han dado señales de la probabilidad de al menos un aumento más previsto para junio, incluso pese al riesgo de frenar el crecimiento.
En respuesta al aumento vertiginoso del costo de la vida, los responsables de política monetaria, encabezados por Roberto Campos Neto, subieron la tasa Selic a 12,75% el 4 de mayo. Los legisladores también se están moviendo para aprobar una ley acelerada que limitaría los impuestos estatales sobre bienes y servicios como la gasolina y la electricidad antes de las elecciones de octubre.
Bolsonaro, que ocupa el segundo lugar en las encuestas, enfrenta una presión cada vez mayor de grupos clave, como los servidores públicos que exigen salarios más altos y los camioneros que quieren costos de combustible más bajos. Aún así, los economistas advierten que los subsidios adicionales o los recortes de impuestos podrían avivar aún más la inflación a largo plazo.
Campos Neto dijo anteriormente que los precios alcanzarían su punto máximo en abril. Los principales bancos de Wall Street pronostican que la tasa de inflación anual será superior al 9% a finales de año, muy por encima del objetivo de 2022 del 3,5%.