Los precios que pagan los consumidores estadounidenses registraron en junio el mayor aumento desde 2008 y superaron todas las proyecciones, al tiempo que mostraron que los mayores costos asociados a la reapertura de la economía siguen alimentando las presiones inflacionarias.

El índice de precios al consumidor subió un 0,9% en junio y un 5,4% respecto al mismo mes del año pasado, según datos del Departamento de Trabajo publicados este martes.

Excluyendo los componentes volátiles de alimentos y energía, el denominado IPC subyacente también subió un 0,9%. Así aumentó un 4,5% desde junio de 2020, el mayor avance en noviembre de 1991.

Las previsiones medias de una encuesta de Bloomberg a economistas indicaban un aumento del 0,5% en el IPC general del mes anterior y un aumento interanual del 4,9%.

Vehículos usados

Los vehículos usados representaron un tercio de la ganancia en el IPC el mes pasado, dijo el gobierno.

El enorme aumento en el IPC de junio también se debió en gran parte al repunte de los precios en categorías asociadas con una reapertura más amplia de la economía, incluidas las estadías en hoteles, arriendo de automóviles, vestuario y pasajes aéreos.

Las expectativas de que esos aumentos se normalizarán ayudan a explicar la opinión de la Reserva Federal de que la inflación es transitoria.