La inflación de México se aceleró ampliamente en línea con las estimaciones de los analistas en julio al ritmo más rápido desde principios de 2001, mientras se espera que el banco central anuncie esta semana un segundo aumento consecutivo de 75 puntos básicos a su tasa de interés clave.

Los precios al consumidor subieron un 8,15% el mes pasado en comparación con un año antes, levemente más rápido que la estimación mediana de los economistas encuestados por Bloomberg, de 8,14%, informó elste martes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En la comparación mensual, la inflación se desaceleró de 0,84% en julio a 0,74%, frente a la estimación mediana de los economistas de 0,73%.

La inflación básica, que excluye elementos volátiles como los combustibles, fue de 7,65% en el mismo período, por encima de la estimación mediana de los analistas de un 7,61%. La inflación ha seguido aumentando a pesar de las nueve alzas de tasas consecutivas del banco central para un total de 375 puntos básicos desde junio del año pasado.

Las cifras siguen preocupantes, dijo Janneth Quiroz Zamora, subdirectora de Análisis Económico de Monex Casa de Bolsa. “Se mantienen aumentando a pesar de los movimientos que ya se han hecho desde junio del año pasado por parte del Banco de México”, añadió.

Otra gran alza

Los 22 analistas encuestados por Bloomberg estiman que el banco, conocido como Banxico, aumentará las tasas en 75 puntos básicos el jueves. El banco apunta a una inflación del 3%, más o menos un punto porcentual.

El alza de 75 puntos básicos del mes pasado fue el mayor incremento desde que Banxico comenzó a tener una meta de tasa clave en 2008. La junta del banco, encabezada por la gobernadora Victoria Rodríguez, dijo que pretende seguir subiendo la tasa de referencia y evaluará tomar las mismas medidas contundentes si las condiciones así lo requieren.

“Banxico se preocupará por la gran lectura básica. Esperamos un aumento de 75 puntos básicos el jueves con riesgos de un aumento de 100 puntos básicos”, dijo Carlos Capistrán, economista jefe de Bank of America para México y Canadá.

El gobierno dice que ha recortado 2,6 puntos porcentuales de la inflación general mediante el gasto este año dde alrededor de US$28.000 millones en medidas para controlar los precios, incluido un subsidio al combustible y un pacto de precios con los principales productores de alimentos. El gobierno comenzó a reducir el gasto en subsidios a los combustibles el mes pasado cuando los precios de la gasolina en Estados Unifos cayeron más del 30% desde su máximo de junio.

De acuerdo con una encuesta de Citibanamex publicada la semana pasada, los economistas pronostican que la inflación finalizará el año en un 7,74%, por encima de una estimación anterior del 7,68%, con la tasa de referencia en un 9,5%.

La economía de México superó las expectativas de los analistas en el segundo trimestre, con un crecimiento de 1% frente a los tres meses anteriores. El Producto Interno Bruto (PIB) aún no se ha recuperado a los niveles previos a la pandemia.

Los bancos centrales de América Latina ayudaron a prevenir una crisis cambiaria al iniciar fuertes aumentos de tasas el año pasado, lo que también ayudó a contener la inflación hasta en dos o tres puntos porcentuales, dijo en junio el director del Banco de Pagos Internacionales, Agustín Carstens, a Bloomberg News.

Las principales economías de la región han tenido problemas para mantener bajos los precios, ya que la invasión rusa a Ucrania a fines de febrero ha hecho que los costos de los alimentos y la energía aumenten cada vez más, y debido a que los problemas en la cadena de suministro que han persistido durante la pandemia continúan afectando los negocios.

Precios en Brasil caen tras medidas para inflación de Bolsonaro

Los precios al consumidor de Brasil registraon la mayor caída en julio desde 1980 después de que el presidente Jair Bolsonaro recortó los impuestos a los servicios públicos para controlar el creciente costo de vida y aumentar sus posibilidades de reelección.

Los datos oficiales publicados el martes mostraron que los precios al consumidor bajaron 0,68% en el mes, más que la media de estimaciones de una caída de 0,65% por parte de analistas encuestados por Bloomberg. Fue la mayor baja mensual desde el inicio de la serie de datos en 1980. Respecto a un año, los precios subieron un 10,07%.

A menos de dos meses de las elecciones generales, Bolsonaro ha puesto todo el peso de su cargo en aliviar las dificultades económicas y recuperar terreno frente a su rival de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva. Las encuestas muestran que los brasileños culpan ampliamente al presidente por la inflación de dos dígitos y que Lula obtendría una victoria.

Al mismo tiempo, el Banco Central de Brasil elevó la tasa de referencia 11,75 puntos porcentuales desde marzo de 2021 en respuesta a una serie de choques debido a los precios de alimentos y combustibles. Los responsables de política monetaria han señalado que considerarán un aumento final en septiembre.

En conjunto, esos esfuerzos están comenzando a dar sus frutos, ya que la inflación anual se enfrió desde el 11,89% de junio. Los precios aún se mantienen muy por encima de los objetivos de 3,5% y 3,25% para este año y el próximo, respectivamente.

Las medidas antiinflacionarias de Bolsonaro incluyeron topes en los impuestos a la gasolina y la electricidad, mientras que el Congreso aprobó miles de millones de dólares en asistencia en efectivo para los pobres.

No está claro cuánto impulsará la ayuda la posición de Bolsonaro entre los votantes. Los economistas advierten que corre el riesgo de aumentar los precios a largo plazo.