Argentina registró este jueves su tasa de inflación mensual más alta en ocho meses, lo que complica el camino para entregar un plan de estabilidad como parte de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
Los precios al consumidor registraron un alza intermensual de 3,8% en diciembre, por debajo de las expectativas de los economistas que pronosticaban un 4,1%. Desde hace un año, la inflación ha aumentado 50,9%, según datos gubernamentales publicados el jueves. Esta es la segunda vez desde 2019 que Argentina cierra el año con una inflación anual superior al 50%.
La estrategia de Argentina para enfriar la inflación -con estrictos controles de divisas y congelaciones de precios- es una parte central de las negociaciones con el FMI para reprogramar los pagos de una deuda de cerca de US$40.000 millones con el banco. Sin avances importantes en dos años, las conversaciones llegaron a un punto muerto la semana pasada cuando el Ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que el FMI está proponiendo recortes de gastos que frenarían la recuperación económica de la nación después de la pandemia.
Sin un nuevo acuerdo para reprogramar los pagos, Argentina aún debe realizar un pago al FMI de US$2.800 millones el 22 de marzo, algo que muchos analistas ven como una fecha límite para llegar a un acuerdo considerando las escasas reservas del banco central.
Funcionarios en la Administración del presidente Alberto Fernández han modificado algunos aspectos de su estrategia de inflación poco ortodoxa, pero han ampliado otros. La semana pasada, el banco central elevó su tasa de referencia por primera vez en más de un año. Por otro lado, las autoridades monetarias aceleraron el ritmo de devaluación controlada del peso, conocida como “crawling peg”, después de meses de desacelerarla en un intento fallido de tomar medidas drásticas contra los precios.
Pero a principios de esta semana, el Gobierno extendió un programa de control de precios hasta el 7 de abril, que permite que los precios de más de 1.300 artículos para el hogar solo aumenten un 2% mensual en promedio, muy por debajo del ritmo de las previsiones mensuales de inflación.
Economistas encuestados por el banco central estiman que los precios en Argentina suban casi 55% este año.