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Informe de Materialidad 2024: Recomendaciones en la búsqueda de la sostenibilidad empresarial en Chile 

En un contexto marcado por la presión regulatoria, la transformación digital y una creciente demanda por eficiencia, el “Informe de Materialidad 2024” elaborado por la consultora Gestión Social, ofrece una radiografía precisa de los desafíos que enfrentan las empresas chilenas en el camino a la sostenibilidad.

El estudio recomienda que frente a múltiples estándares en criterios ESG (ambiental, social y gobernanza) y agendas crecientes, la clave está en priorizar con foco. Weedezign

La tercera edición del “Informe de Materialidad 2024”, desarrollado por Gestión Social, que recoge el análisis de 27 memorias integradas y más de 200 entrevistas a ejecutivos de alto nivel, revela un giro evidente en las prioridades del mundo empresarial: la sostenibilidad ya no se entiende solo como una obligación ética, sino como un pilar estratégico para la gestión del riesgo y la continuidad del negocio.

En línea con este nuevo punto de vista, la autora del informe y socia de Gestión Social, Paula García de los Ríos, sostiene que “cada vez son más las empresas que entienden que definir sus temas materiales, y realizar este proceso con foco y evidencia, permite no solo mejorar la calidad de sus memorias integradas, sino también alinear su relato corporativo con lo que realmente mueve la aguja para su negocio”.

Nuevas tendencias

El análisis identifica cuatro focos prioritarios para la planificación empresarial de cara a 2025: la presión regulatoria, la transformación digital y reconversión laboral, el envejecimiento poblacional con brechas educativas crecientes, y un mayor enfoque en eficiencia y rentabilidad.

En materia normativa, leyes como la de Delitos Económicos, la Ley Karin y la nueva normativa sobre protección de datos, están llevando a las empresas a maximizar sus esfuerzos en el cumplimiento. Esta carga, según el informe, ha desplazado recursos clave que antes se destinaban a innovación o estrategia. “El principal riesgo es que las empresas terminen haciendo más, pero entendiendo menos. Se pierde foco, se dispersan recursos y se diluye la capacidad transformadora de la sostenibilidad”, advierte García de los Ríos.

Paula García de los Ríos, autora del informe y socia de Gestión Social.

En paralelo, la irrupción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la automatización ha transformado radicalmente los perfiles laborales. Aunque muchas empresas ya están incorporando estas herramientas, el informe alerta sobre una brecha crítica en la reconversión del talento. “La automatización ha expuesto con claridad que el desarrollo del talento no puede seguir siendo un capítulo aislado en los reportes, para transformarse en una dimensión central de la estrategia empresarial”, plantea. Asimismo, indica que “incluir estos temas como prioritarios en la matriz de materialidad obliga a las empresas a invertir en capacidades, medir sus avances y rendir cuentas con consistencia”.

La importancia de una buena matriz de materialidad

Uno de los mensajes más potentes del informe es que, frente a múltiples estándares en criterios ESG (ambiental, social y gobernanza, en español) y agendas crecientes, la clave está en priorizar con foco. En este sentido, el uso de una matriz de materialidad bien diseñada se vuelve fundamental. “Ayuda a jerarquizar, comunicar con claridad y evitar la dispersión que termina restando credibilidad a los informes”, explica García de los Ríos.

La experta sostiene, además, que las empresas que integran el análisis material en sus ciclos estratégicos, logran anticiparse a riesgos y oportunidades. Esa capacidad de adaptación es lo que hoy genera rentabilidad y resiliencia, señala.

Cinco recomendaciones estratégicas

El documento concluye con una hoja de ruta clara para las organizaciones que buscan consolidar su sostenibilidad en un escenario desafiante. Entre las recomendaciones destacan: pasar del cumplimiento al liderazgo, anticipándose a normativas y alineándolas al propósito corporativo; invertir en capacidades críticas como tecnología, gestión de datos y formación; reconocer los límites y priorizar con foco, en vez de intentar cubrir toda la agenda ESG; reconfigurar el modelo de gestión de personas, con énfasis en inclusión generacional y reconversión laboral; y, por último, integrar sostenibilidad en el diseño del negocio, para que las decisiones operativas y financieras no sean ciegas a su impacto social y ambiental.

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