El coronavirus aumentó los desafíos de los sistemas de pensiones en el mundo, producto de la crisis económica y medidas como los retiros de fondos en algunos países, como Chile.
Esa es parte de la conclusión del Informe de Perspectivas sobre Pensiones 2020 de la Ocde, publicado este lunes en París y que da cuenta de las dificultades que tendrán las naciones para hacer frente a las pensiones.
De acuerdo con el informe, desde antes del Covid-19 los sistemas de jubilación enfrentaban desafíos como el aumento de la edad de la población, lo que hace que se tengan que financiar más años; menor porcentaje de personas entrando al mercado laboral, además de un entorno de bajo crecimiento de la economía y los salarios, menor retorno de la inversión de activos tradicionales y bajas tasas de interés, lo que ya está impactando fuerte en los sistemas con beneficios definidos y contribuciones definidas, así como a los sistemas de retiro público y privado.
Y el Covid-19 empeoró aún más la situación. Al escenario anterior, la pandemia aumentó los riesgos de que la gente no sea capaz de ahorrar lo suficiente para la jubilación. En algunos sistemas “apoyar las promesas de ingresos en las pensiones en el contexto actual sumará presiones en las finanzas públicas, que ya están apretadas debido a los cambios demográficos”, indicó la institución. “Más aún, las medidas bien intencionadas para proveer alivio de corto plazo permitiendo que la gente acceda a sus ahorros previsionales antes de que llegue su edad de jubilación, es muy probable que tengan un efecto perjudicial en los ingresos de las pensiones futuras, particularmente, cuando ese acceso es concedido de manera amplia e incondicional”, sentencia la Ocde, en directa alusión a la forma en la que se permitieron en Chile.
De hecho, la institución destaca que debido al coronavirus, “Australia, Chile, Francia, Islandia, Perú, Portugal, España y Estados Unidos han levantado restricciones o ampliado las condiciones para que los cotizantes tengan acceso a esos ahorros para afrontar los desafíos de corto plazo del Covid-19 en las finanzas individuales”. De ese grupo, en el caso de Australia, Chile y Perú, los ahorros han podido ser retirados desde las cuentas obligatorias, mientras en los otros países nombrados, las medidas se han referido solo a los ahorros voluntarios.
También las condiciones han sido distintas. En Australia y España se ha permitido a algunos cotizantes a retirar fondos si han quedado desempleados. Australia también lo ha permitido a los trabajadores que han experimentado una reducción de horas laborales superior a 20 y a los independientes que han bajado sus ingresos en más de 20%. Portugal ha permitido retiro de fondos voluntarios solo en casos como enfermedad, asistencia a algún familiar o desempleo. Así, solo Chile y Perú, destaca el informe, permiten retiros anticipados “desde cuentas individuales obligatorias sin ninguna condición (...) Islandia también lo permite sin condición, pero solo de las cuentas voluntarias”. En Chile, además, el mayor porcentaje de cotizantes ha realizado los giros.
La Ocde indica que el acceso a estos fondos tiene que solo una medida “de último recurso y basada en circunstancias excepcionales”.
Cambios de fondos
Otro punto en el que pone el acento el informe de la Ocde es en los cambios masivos entre fondos de pensiones, alertando sobre los problemas y riesgos de no tener una regulación adecuada de este tema.
Es más, el informe global de la organización trae un cuadro respecto de la situación chilena, en la que indica que “los asesores financieros no regulados en Chile explotan la sobreconfianza al publicitar sus recomendaciones, intentando anticiparse al mercado. Los inversionistas operan más frecuentemente cuando intentan anticiparse al mercado, siguiendo estas recomendaciones financieras no reguladas”.
De hecho, afirma que esta “sobreconfianza” en las habilidades de operación ha contribuido al aumento “excesivo” de las operaciones en Chile.
El volumen de transferencias se ha ido incrementando con los años, “llegando a 28,5% del total de los activos invertidos en 2019 y cambios diarios en la misma dirección han representado hasta 20% del total de valor de los fondos”, indicó la entidad.
Además, señala que el éxito de uno de estos asesores se debería a la rentabilidad de una de sus primeras recomendaciones. Por lo que los inversionistas pueden estar usando eso como referencia de una probable rentabilidad, “la que parece ser producto en gran parte del azar”, afirmó la Ocde. Asimismo, agrega que seguir las recomendaciones de boca en boca puede ser contra los propios intereses de los inversionistas.
La entidad dijo que hay una correlación negativa en Chile entre cambios frecuentes y el desempeño de las inversiones, implicando casi 62 puntos base menos.
También agregó que las estrategias de inversión por defecto típicamente empleadas por los sistemas de pensiones son más efectivas para proteger los ingresos de las jubilaciones que estrategias más riesgosas.
Los movimientos masivos también obligan a las gestoras a vender barato y comprar caro, exacerbando las caídas de los mercados y no permitiendo ningún beneficio de la recuperación de los precios de los activos.