Un equipo de investigadores de Ingeniería y de Arquitectura de la Universidad Católica (UC) exploró los beneficios de los techos y muros vegetativos en Chile, tanto en la moderación de las altas temperaturas como en la eficiencia energética de las edificaciones.
Según la investigación, este tipo de alternativas, bien implementadas, con una superficie de un barrio que abarque el 30% o 40% de los techos, permitiría reducir de dos a tres grados Celsius la temperatura en las ciudades.
Los autores del estudio sobre esta “infraestructura verde” dan cuenta de las formas en que esta innovación permite a las ciudades enfrentar los impactos del cambio climático. En este caso, protegiendo a las personas con mayor riesgo frente al “efecto de isla de calor urbano”, al enfriar el aire.
El catastro evidencia que los techos y muros vegetativos se han utilizado principalmente en proyectos de centros comerciales (26,9%), salud (19,2%) y oficinas (15,4%). Además, si se agrupan todas las edificaciones de uso comercial (centros comerciales, oficinas, edificios corporativos y hoteles) suman un 57,7% de los proyectos implementados de cubiertas vegetativas. “No es claro el propósito de la incorporación de techos y muros vegetativos en edificios de uso comercial. Su incorporación en este tipo de proyectos puede responder, en su mayoría, a una estrategia de mostrarse sustentable, más que aprovechar los beneficios de las cubiertas vegetativas, así como también puede ser una respuesta a requerimientos de la Certificación LEED (sello sustentable para edificios) en que las cubiertas vegetativas son una estrategia para obtener puntos de certificación asociados a reducir el efecto isla de calor urbano y control de escorrentías de aguas lluvias”, explica el estudio.
Según el profesor de Ingeniería UC y uno de los coautores del informe, Sergio Vera, “en los últimos años, ha surgido un movimiento global para hacer que las ciudades sean más sustentables y resilientes al cambio climático, a través de más áreas verdes y medidas de eficiencia energética para los edificios”. En este sentido, Vera plantea que los techos y muros vegetativos son un alternativa concreta y esencial para una planificación urbana que permita enfrentar los impactos climáticos que se avecinan en el horizonte para muchas ciudades.
Para hacerse una idea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 61 mil personas murieron por causas relacionadas con el calor en 35 países europeos durante el último período estival. Esto, luego de las consecuencias que dejó el último verano en el hemisferio norte, con temperaturas extremas.
Pero este tipo de estructura verde, también presenta deterioros con el tiempo. Según la investigación, estos son multifactoriales, donde es crucial la falta de un diseño con propósito, “tal como podría ser mejorar la eficiencia energética del edificio, el confort urbano, y/o capturar contaminación atmosférica. A esto se suma la falta de considerar el diseño de cubiertas vegetativas como un proyecto en el cual se defina el rol de un encargado y el hecho de que las diferentes especialidades suelen no trabajar colaborativamente”, concluye el estudio.
Beneficios de techos y muros vegetativos
Enfrían el aire: mitigan el “efecto de isla de calor urbano”, ayudando a que las ciudades sean más resilientes al clima y protegiendo a las personas con mayor riesgo a este fenómeno.
Reducen los costos de energía: mejoran la regulación de temperaturas en edificaciones durante verano e invierno, lo que reduce el uso de aire acondicionado, por ejemplo.
Protegen de las inundaciones: pueden retener y absorber agua durante los eventos de precipitaciones, al contar con plantas que ayudan a la absorción de la humedad de forma segura.
Filtran el agua: permiten eliminar elementos contaminantes del ambiente que pueden afectar la calidad del agua potable.
Reducen el estrés: brindan un alivio para los residentes de una ciudad, a través de numerosos beneficios fisiológicos que tiene estar cerca de la vegetación.