Los ganaderos del este del Estado de Oregón (EEUU) tenían muchas dificultades para obtener información sanitaria oportuna sobre su ganado. Esa fue la razón por la que Melissa Brandao fundó HerdDogg, una empresa de tecnología que diseñó una etiqueta inteligente que se coloca en la oreja para recopilar información sobre la salud de un animal, datos como el peso, enfermedades o fertilidad, así como su ubicación. Este es uno de cientos de ejemplos en todo el mundo de cómo el Internet de las Cosas (IoT en inglés) y la computación en la nube (cloud computing)ingresan al rubro agropecuario. Especialmente ahora, con la profundización de los efectos del cambio climático.

De hecho, durante esta semana se realizó en Santiago la Expo Chile Agrícola, organizada por Fucoa. Uno de los temas principales fue el denominado agro 4.0, enfocado básicamente en la agricultura inteligente. "Gracias al desarrollo de tecnologías cada vez más avanzadas, el sector agrario está atravesando una transformación digital que apunta a garantizar la seguridad alimentaria, la sustentabilidad y cómo enfrentar el cambio climático", comenta Álvaro Eyzaguirre, director ejecutivo de Fundación de Innovación Agraria (FIA).

Actualmente los agricultores, si bien tienen como principal foco sembrar y cosechar, han debido desarrollar otras habilidades como, por ejemplo, la de programadores, operadores de drones, desarrolladores de robots y analistas de datos. Esto, con el fin de hacer más competitiva, eficiente y productiva su labor dentro del campo para aumentar la producción alimentaria. "Esta agricultura inteligente, con sistemas de alta tecnología para cultivar alimentos de forma limpia y sostenible, le permite a la industria la correcta gestión de cultivos, abarcando actividades de monitoreo, control automático de sistemas, reducción de costos y mejoras en procesos" comenta Claudio Ortiz, gerente comercial de Cisco Chile.

Otros de los beneficios que ha traído la implementación de estas tecnologías es que ha hecho posible que la tierra se mantenga fértil todo el año, reducir el uso de agua, controlar el tiempo y los niveles de luz solar, y disminuir el uso de fertilizantes y herbicidas, con el objetivo de que los alimentos sean de mayor calidad y más inocuos.

Gracias al IoT, el sector ha podido automatizar funciones, lo que ha demostrado su valor para tareas repetitivas, como el riego, permitiendo a los agricultores enfocarse en funciones estratégicas.

De hecho, un estudio de The World Government Summit, una plataforma global dedicada a dar forma al futuro de los gobiernos de todo el mundo, estima que en 2020 se aplicarán 75 millones de dispositivos IoT a la agricultura a nivel mundial. Asimismo, asegura que un predio de tamaño medio generará alrededor de 4,1 millones de datos diarios.

Pero uno de los grandes problemas que muchas veces existe en el mundo agrícola y ganadero es la conectividad. Sin embargo, gracias a la tecnología satelital se pueden utilizar los teléfonos inteligentes para aquellas zonas donde los operadores tradicionales de telecomunicaciones no están presentes, como el desierto, cordillera o mar. Esto, gracias a una tecnología desarrollada por Tesacom, compañía de soluciones de comunicación para sitios remotos, con dispositivos (iSavi o Iridium GO!) que actúan como verdaderos hotspots, pero que emplean conexión satelital.

En otras palabras, se crea una cobertura WiFi donde no hay conectividad tradicional. O bien, se mezcla lo mejor de ambos mundos. "Se trata de equipos que son muy fáciles de manejar y portar, y que se conectan rápidamente al satélite, pudiendo ser transportados en una mochila o bolso", dice Juan Pablo Pelizza, gerente de Pre y Post Venta de Tesacom Chile.