El Banco Central (BC) comenzó la semana pasada su mayor intervención cambiaria de la historia. El mercado del dólar reaccionó con fuerza, pero el efecto en las tasas swap fue más diluido.

Las tasas de los swaps peso-Cámara a dos años cayeron solo 11 puntos base al 9,71%, por debajo del máximo del 10,05% de la semana anterior, pero por encima del 8,39% de principios de mes. Más notable aún es que las tasas a cinco años subieron 18 puntos base respecto de la semana anterior al 7,49%, aún cuando las tasas del Tesoro de EE.UU. cayeron.

El BC dio a conocer el 14 de julio un programa de intervención de US$25.000 millones, lo que provocó un fuerte repunte del peso desde mínimos históricos. Pero las ventas de dólares y un aumento en la tasa de política monetaria no lograron asegurar que la inflación se desacelerará pronto, o que se vislumbra el fin de una política monetaria más restrictiva.

“La parte más corta de la curva de swaps cayó porque un peso más fuerte debería reducir la presión en inflación, pero esa buena racha no fue suficiente para beneficiar a los swaps más largos”, dijo Sebastián Ide, gerente de la mesa de dinero del Banco de Chile. La parte larga de la curva estuvo más impactada por factores de riesgo local, dijo.

Los inversionistas siguen preocupados de que el peso vuelva a caer frente al dólar cuando finalice la intervención en septiembre, considerando que Chile acarrea su mayor déficit de cuenta corriente desde al menos 1997. También existe preocupación por la magnitud de la intervención, la que equivale a casi la mitad de las reservas del banco central.

“Los riesgos para la credibilidad futura del Banco Central podrían ser muy altos”, dijo Felipe Alarcón, economista jefe de EuroAmerica en Santiago. “Es fundamental que la intervención sea exitosa”, agregó.

Ventas diarias

A esto hay que sumar que la intervención esta semana será menor: US$150 millones diarios en el mercado spot y US$350 millones en forwards, en comparación con US$200 millones y US$500 millones, respectivamente, de la semana pasada.

Los breakevens de inflación a dos años, un indicador de las expectativas de precios durante ese período, cayeron al 7,1% la semana pasada, desde el 7,6% de la semana anterior.

“A pesar de la intervención del Banco Central y un dólar más bajo, todavía hay fuertes riesgos al alza para los precios al consumidor”, dijo Jaime Achondo, gerente general de la corredora de bolsa Fynsa. Entre estos están posibles aumentos en los precios del transporte y la energía, y mayor estímulo económico del gobierno.

El Presidente Gabriel Boric este mes anunció un paquete de ayuda adicional de US$1.200 millones, el cual el gobierno insiste que no impactará la inflación. Este se suma a un paquete de US$3.700 millones anunciado en abril. Además, el gobierno podría descongelar los precios del transporte público a partir de 2023, dijo el ministro de Hacienda, Mario Marcel.

Sin embargo, algunos piensan que los breakevens deberían comprimirse en las próximas semanas, ya que la inflación se acerca a un punto de inflexión.

“La inflación podría estar cerca de alcanzar su peak, siendo que la economía probablemente entre en recesión hacia fines de año”, dijo Mariano Álvarez, gerente de renta fija de LarrainVial. “Apostar por bonos nominales por sobre los indexados a IPC empieza a tener sentido”.