Inventarios alcanzan nuevos máximos en abril, pero informe anticipa una desaceleración desde fines del segundo trimestre
De acuerdo a un reporte del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, un factor que permite anticipar la disminución de los inventarios son las expectativas de las empresas que tienen una perspectiva negativa en cuanto a la inversión y, por ello, se convertirá en un factor adicional de incidencia negativa para el PIB en 2022.
La economía creció 7,2% en el primer trimestre de este año. Si bien todavía se mantiene un cierto dinamismo que ha sorprendido a los analistas y al propio Banco Central, esa expansión fue la más baja desde el primer trimestre de 2021, cuando la actividad tuvo una nula variación.
Las expectativas de los analistas prevén que a contar de fines del segundo trimestre se comenzará a sentir con más fuerza la desaceleración de la actividad, acentuándose aún más desde agosto hacia adelante, para terminar el año con un Producto Interno Bruto (PIB) expandiéndose entre 1,5% y 2%.
Un factor que permite analizar cómo vendrá el ciclo económico son los inventarios. De acuerdo a un estudio realizado por el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), la variación de los stocks se ha comportado de manera procíclica en los últimos años, es decir, “las empresas han respondido en línea con la variación de la producción a nivel nacional para la mantención de sus niveles de inventarios”.
De acuerdo a este análisis, en la literatura se han expuesto, a grandes rasgos, dos teorías que explican el rol de los inventarios en el ciclo económico: la primera es la teoría de la suavización de la producción, que establece que las empresas mantienen las existencias para suavizar la producción en el tiempo, y así reducir costos frente a una incertidumbre en la demanda, lo que significa que la producción es menos variable que las ventas y, por tanto, la inversión de inventario es contracíclica con respecto a las ventas.
La segunda, según describe el OCEC-UDP, es la teoría de evitar el desabastecimiento, la cual establece que las empresas mantienen el inventario para evitar la pérdida de oportunidad de realizar posibles ventas, ya que la producción toma tiempo y las empresas son incapaces de responder rápidamente a shocks en la demanda. De esta manera, las empresas tienen incentivos a mantener stock para responder a cambios inesperados de la demanda, por lo tanto, la producción tiene mayor volatilidad a las ventas y la inversión en inventario es procíclica.
¿Y cómo se ha comportado en Chile? “La variación en inventario como porcentaje del PIB ha mostrado un comportamiento procíclico en los últimos años, es decir, las empresas responden de igual forma a la producción a nivel nacional para decidir la mantención de sus niveles de inventario. Esto se relaciona con la segunda teoría expuesta y con la evidencia empírica que sostiene la literatura de inventarios”, expone el reporte.
En ese escenario, el informe realizado por el economista senior Cristóbal Gamboni y la investigadora Carolina Molinare, menciona que “la variación de existencias como porcentaje del PIB ha aumentado sostenidamente desde 2021. Parte importante de la caída en inventarios en el segundo semestre de 2020 habría respondido a los retiros, que produjeron un shock de demanda que no fue cubierto por completo por una mayor oferta, echando mano a las existencias”.
Si bien de acuerdo a cifras del INE, en abril se habrían alcanzado nuevos máximos, con crecimientos mensuales de 5,5%, 4,4% y 3,6% para los inventarios de la industria manufacturera, comercio y minería, respectivamente, el estudio prevé una desaceleración que se hará más marcada hacia fines del segundo trimestre, normalizando sus niveles y, en consecuencia, convirtiéndose en un factor adicional de incidencia negativa para el PIB en 2022.
En este aspecto resaltan que los niveles de producción, como las expectativas de las empresas, hacen indicar que los inventarios comenzarán a ajustarse a la baja desde el presente mes de junio. Según menciona este análisis, en el Informe de Percepción de Negocios de mayo 2022, presentado por el Banco Central, “varios consultados informan que gran parte de los problemas de stock del año pasado en el comercio ya se corrigieron, e incluso en ciertos casos se reconocen excesos de inventarios, y en minería, las expectativas continúan positivas a más largo plazo, pues el dinamismo de la demanda y el escaso aumento previsto para la oferta deberían mantener acotados los inventarios y elevados los precios”.
Así, las expectativas de inventarios del Indicador Mensual de Confianza Empresarial, IMCE, para industria y minería, apuntan a un ajuste a la baja en 2022. “Las disminuciones anuales de un 1% y 9,3% en el Imacec de abril para la industria y la minería, respectivamente, apuntan en el mismo sentido”, concluye el informe.
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