Las inversiones sostenibles o socialmente responsables es un término que hace algunos años parecía tímidamente en las conversaciones de los analistas financieros e inversionistas. Sin embargo, ahora es parte obligada de cualquier ecuación que considere un horizonte de mediano y largo plazo.
El concepto de inversiones sostenibles fue formalizado en 2005 por Naciones Unidas, cuando publicó sus Principios de Inversión Responsable, y de ahí solo ha crecido. De hecho, casi un tercio de los activos a nivel mundial se gestionan incorporando criterios de sostenibilidad.
Desde Santander Asset Management (SAM) explican que “es un concepto que ha ido ganando terreno en el mundo de las inversiones, especialmente asociado a la preocupación por el avance del cambio climático, su impacto en el mundo y la forma de reaccionar de las empresas para contribuir al medio ambiente”.
Sin embargo no es la única preocupación, sino también lo social, por ejemplo, con la participación femenina en las empresas y un adecuado gobierno corporativo, velando por la debida entrega de información al mercado, entre otros.
En el mundo de las inversiones tener un foco en la sostenibilidad contempla incorporar criterios no financieros en la toma de decisiones, con el objetivo de tener una visión de largo plazo en cuanto a eficiencia económica, incorporando buenas prácticas en materias ambientales, sociales y gobiernos corporativos. Esto se conoce como ESG por sus siglas en inglés: Environmental, Social y Governance.
¿Qué significa ESG? “Se refiere a los tres factores centrales en la medición de la sostenibilidad y el impacto ético de una inversión en una empresa o negocio. Estos criterios ayudarían a determinar mejor el desempeño financiero futuro de las empresas”, explican en SAM.
E: Se centra en los informes medioambientales y en el impacto ambiental de las empresas, así como en los esfuerzos realizados por las compañías para reducir niveles de contaminación o emisiones de carbono.
S: Dice relación con la mentalidad en el lugar de trabajo. Por ejemplo: diversidad, administración, promoción de la participación de la mujer, así como a los vínculos establecidos con la comunidad.
G: Contempla las remuneraciones, derechos de los accionistas -en particular de los minoritarios- y la relación de los dueños con la administración de las empresas.
“Los criterios ESG son principalmente cualitativos y no financieros, por lo que son difíciles de medir o comparar”, detallan. De todos modos, existen métricas como la emisión de CO2, consumo de agua o accidentes laborales que permiten cuantificar los datos.
¿Cuál es el resultado de estas inversiones?
La evidencia empírica muestra que este tipo de activos son menos volátiles y más rentables. “Estudios recientes indican que habría una relación positiva, o al menos no negativa, entre la incorporación de criterios ESG y los resultados financieros de las empresas que los adoptan”, afirman desde SAM.
¿Qué ha hecho Santander Asset Management?
En Santander Asset Management “nos hemos adherido a estos Principios y nos hacemos parte de estos cambios de perspectivas que se está experimentando en las finanzas. Esto no es una moda, sino que llegó para quedarse y ya es parte no solo de la literatura especializada, sino también del quehacer económico”, sostienen.
“Además de haber incorporado estos criterios ESG en nuestra estrategia de inversión, fortaleciendo todo nuestro proceso de análisis y toma de decisiones, hemos lanzado el fondo Santander Go Acciones Globales ESG, 100% alineado a los criterios de sostenibilidad”, detallan.
Lo anterior, agregan, “además de hacernos más responsables con el cuidado del medio ambiente, el entorno social y la gobernanza, refuerzan nuestro permanente compromiso de entregar a nuestros clientes soluciones de inversión que agreguen valor sostenible en el tiempo”.