En la primera sesión semanal de Wall Street, los inversionistas dejaron claro que las dudas persisten en Argentina, pese al nuevo programa económico del gobierno y la renegociación del programa que sostiene el país con el FMI. En consonancia con sus pares emergentes, el peso argentino cayó 1,2%, mientras que el riesgo país escaló 8% y el rendimiento del bono a 10 años en dólares avanzó 16 puntos bases hasta 10,7% (el de EEUU está en 2,9% y el de Chile en dólares en 3,7%) .

La incertidumbre persiste, de acuerdo con el análisis Gabriel Torres, analista de la calificación soberana de Argentina en Moody's, quien aseguró a PULSO que "hay un gobierno que está buscando reducir desequilibrios macroeconómicos grandes, pero cuando haces eso muchas veces tienes costos económicos", agregando que "en situaciones como esta no hay soluciones fáciles, es una cuestión de balancear riesgos". En ese marco, precisó: "Por ahora no hemos cambiado la calificación, por ahora es un B2 'estable', pero ese 'estable' está encontrando muchos riesgos".

En efecto, en este punto no hay claridad de la profundidad de la recesión, como tampoco si la oposición respaldará un presupuesto para 2019. Por otra parte, aunque no está sellado el nuevo acuerdo con el Fondo, ayer por la tarde su directora gerente, Christine Lagarde indicó que hubo avances en las negociaciones con el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, y que las "discusiones continuarán ahora a nivel técnico", subrayando que el "objetivo común es llegar a una conclusión rápida para presentar una propuesta al Directorio Ejecutivo del FMI".

Pero la compleja situación persiste e incluso motivó a que Donald Trump se comunicara telefónicamente con su par transandino, para dar el "firme apoyo de EEUU a Argentina durante este momento tan difícil". Además, sostuvo que ambas naciones son "aliadas estratégicas" y que confía "en el liderazgo" de Macri.

Pese a este espaldarazo, no hay certeza sobre el futuro. Torres sostiene que en "un escenario optimista sería que a esta altura del año que viene veamos un crecimiento, aunque sea trimestre y trimestre, y que hayan tenido éxito en reducir un déficit fiscal, no sé si exactamente como quieren pero que haya una clara transición a un déficit menor".

El otro escenario, plantea el analista, es que "el riesgo está en que la economía sea aún peor de lo que esperamos y que pasen un par de cosas: que la problemática y el conflicto político aumenten al punto de que empiece a afectar la gobernabilidad y las políticas públicas o que, sea tal, que haga difícil reducir el déficit".

En tanto, economistas consultados por el banco central pronostican una caída del PIB de 1,9% en 2018, versus el 0,3% del sondeo previo. También empeoraron las perspectivas de inflación, de 32% a 40%, y del peso frente al dólar, de $30,5 a $42 para fin de año.