La calma con la que partían el año los mercados, gracias a la firma de la fase 1 del acuerdo comercial entre China y EEUU agendada para el 15 de enero, se vio abruptamente interrumpida con noticias desde el Medio Oriente. El ataque ordenado por Donald Trump, que terminó con el asesinato del comandante de Irán, Qasem Soleimani, encendió rápidamente las alarmas en torno al suministro de petróleo.
Las preocupaciones radican en que si bien el ataque se perpetró en Irak, las prometidas represalias del país árabe podrían concretarse en un lugar decisivo para la oferta mundial de crudo. Al sur de las costas iraníes se encuentra el Estrecho de Hormuz, por donde están obligados a transitar todos los barcos con crudo del Golfo Pérsico, es decir, 22, 5 millones de barriles diarios, equivalente al 25% de la producción global.
Es esta oferta de gran envergadura la que queda vulnerable a las represalias de Teherán por la muerte del general del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, de acuerdo a Eurasia. Según señalaron en un informe posterior al ataque de Washington, Irán "reanudará el hostigamiento a los envíos comerciales en el Golfo y podría lanzar ejercicios militares para interrumpir temporalmente el envío".
Esto explica las inquietudes que agobian no solo de las grandes petroleras, que en Arabia Saudita y Emiratos Árabes se encuentran en alerta máxima, sino que también la de los mercados internacionales, que se pusieron a la defensiva ante un escenario geopolítico complejo, que viene a marcar el comienzo de 2020.
Mercados
Evidentemente, los movimientos más severos se observaron en el precio del petróleo, con alzas superiores a 3% tanto en el WTI, referente para Chile, como en el Brent, que cerraron en US$63,05 y 68,60 el barril, respectivamente.
En tanto, mientras los inversionistas buscaron refugio en el oro, que anotó un incremento de 1,15% hasta los US$1.546 la onza, vendieron posiciones en el cobre, que retrocedió 1,44%, cerrando en US$2,756 la libra.
Pero el principal producto de exportación de Chile no fue el único activo afectado. En medio de un alza en la volatilidad de 10%, la renta variable también tuvo una mala jornada, con bajas en los tres principales indicadores de Wall Street.
"Si los eventos actuales asustaron a los inversionistas y los llevaron a cuadrar las carteras de renta variable, la caída en los precios de las acciones bien podría ser espectaculares y los metales no serán capaces de sobrevivir a esa tormenta a corto plazo, incluso si en lo físico el escenario de demanda comienza a mejorar", escribió el CEO de Kingdom Futures, Malcolm Freeman, en una nota enviada a sus clientes.
Reacción en contexto
De todas maneras, cabe destacar que las variaciones observadas en la jornada de ayer no son particularmente sobresalientes. Particularmente si se le compara con el incremento de 15% que experimentó el precio del petróleo WTI el 16 de septiembre de 2019, luego del ataque a las instalaciones de Aramco en Arabia Saudita.
Es más, el año pasado se registraron incrementos de mayor consideración en el valor del crudo en respuesta a acontecimientos relativos a la guerra comercial.
"Es probable que veamos que los precios del petróleo suban un poco más, pero no veo grandes aumentos, a menos que haya escaramuzas, batallas y sabotajes en el Golfo Pérsico", dijo Tom Kloza, jefe de análisis de energía en Oil Price Information Service, quien tampoco cree que los recientes eventos provoquen mayores interrupciones en la producción petrolera de Irak.
Consultado por Market Watch, el analista plantea que la reacción "muy moderada" de los mercados sugiere que "los comerciantes profesionales no quieren cometer los mismos errores que cometieron después de los ataques de Abqaiq a mediados de septiembre en Arabia Saudita", evento que finalmente no resultó tan disruptivo en el mercado de crudo global.