La ansiedad es un riesgo laboral y forma parte de la vida de los operadores profesionales. Después de todo, incluso en los días buenos, siempre, en alguna parte, algo anda mal.
Pero cuando todo empieza a salir mal al mismo tiempo, la imaginación puede volverse loca. Como ahora, cuando a donde se mire, algo está explotando. En los productos básicos, es la caída récord del petróleo. En las acciones, son seis semanas de turbulencia en el S&P 500. Los mercados de deuda han sido sacudidos por la agitación que envuelve a General Electric y PG&E. Bitcoin acaba de caer 13%. Y Goldman Sachs, el famoso banco de inversión, atraviesa por la peor semana desde 2016.
Por sí solos, ninguno sería suficiente para incitar al pánico. Pero si entran en erupción todos juntos, y hasta los más canosos de Wall Street pueden comenzar a verse paranoicos. ¿Tiene GE algo que ver con Goldman? ¿Cómo influye el bitcoin en el mercado de valores? Los incendios forestales no tienen nada que ver con las convulsiones del crudo, pero ambas son malas noticias para los bancos.
"El riesgo de contagio se entiende. Lo que no se entiende es dónde y cómo están conectadas las cosas", señaló por teléfono Malcolm Polley, quien supervisa US$1.200 millones como presidente de Stewart Capital Advisors LLC en Indiana, Pensilvania. "Casi cualquier cosa puede crear pánico, crear contagio, y no tiene que ser algo que tenga sentido".
En el sistema nervioso global que conecta los mercados modernos, las sinapsis están fallando. Partió hace un mes y medio en las acciones, cuando el Nasdaq 100 comenzó una racha de caídas en 22 de 30 días. Luego el petróleo comenzó a tambalear, acumulando 12 días a la baja para completar la racha más larga de la historia. GE, que ya había caído 20% a mediados de octubre, ha visto sus acciones caer de más de US$13 a menos de US$8, mientras que sus bonos siguieron descendiendo el jueves. Una caída en Goldman eliminó US$12.000 millones de su capitalización de mercado.
Pero no todos son tan pesimistas. Después del otoño, la tasa de crecimiento de la economía y las ganancias corporativas probablemente se mantengan positivas por al menos los próximos dos años. En todo caso, es probable que la actual turbulencia del mercado obligue a la Reserva Federal a atenuar el ajuste monetario y al presidente Donald Trump a moderar su postura combativa sobre el comercio global, sostienen algunos estrategas e inversionistas.
Los inversionistas en acciones siempre están lanzando ataques y durante la mayor parte de los últimos dos meses la gente ha podido señalar a los bonos corporativos como un mercado cuyas señales son menos terribles y más relevantes para la salud económica mundial. De hecho, los diferenciales de crédito de los bonos de grado de inversión se mantuvieron en gran medida en un rango en octubre incluso cuando el S&P 500 cayó al borde de una corre|cción del 10%.
"Hemos visto una serie de historias idiosincrásicas como GE, GS, PG&E que no son necesariamente una señal de una corrección del mercado", señaló Dorian Garay, administrador de dinero en Nueva York de NN Investment Partners, que administraba 240.000 millones de euros a junio. "El crédito estadounidense y los fundamentos macro son sólidos como lo confirmaron los recientes indicadores macro y las ganancias", dijo.