Ahora se puede construir un montón de cosas lujosas con sets de lego, por ejemplo, un portafolio diverso.
Coleccionar Legos –sí, los juguetes de plástico hechos de ladrillos entrelazados que se convierten en autos, castillos y robots– tuvieron mejores retornos que las grandes acciones, los bonos y el oro en las tres décadas que finalizaron en 2015, según un estudio de Victoria Dobrynskaya, profesora asistente de Escuela Superior de Economía de Rusia.
Si bien la premisa suena ridícula, es lo suficientemente seria para la academia, especialmente en un mundo donde los inversionistas intrépidos irán prácticamente a cualquier lugar para obtener retornos no correlacionados. Los Legos más antiguos a menudo se revenden en línea por precios varias veces superiores al original. En un caso extremo, un kit para Star Wars Darth Revan que se vendió en 2014 por US$3,99 se vendió en US$28,46 en eBay un año después, una prima de 613 por ciento.
Y mientras que las empresas de inversión cuantitativa pasan cientos de horas estudiando si factores como el tamaño y el impulso se traducen más allá del mercado de valores, para Dobrynskaya, quien escribió el documento con la estudiante Julia Kishilova, la inspiración fue menos teórica.
"A mi hijo le gusta jugar con Legos y tengo muchos en casa. En un momento pensé: ¿será que tengo un portafolio de inversión listo?", explica. "Sé que Lego no tiene nada que ver con los modelos multifactoriales a los que dedico mi tiempo. No significa que los rendimientos de los Legos no tengan absolutamente nada que ver con la inversión factorial. Te sorprenderá saber que sí".
En un artículo titulado "Lego: el juguete de los inversionistas inteligentes", Dobrynskaya analizó 2.300 juegos vendidos entre 1987 y 2015 para medir su rentabilidad a lo largo del tiempo. Encontró que las colecciones utilizadas para Castillos de Hogwarts y luchadores Jedi superaron a los bonos y las acciones estadounidenses de gran capitalización, con un rendimiento de 11 por ciento anual. Los juegos más pequeños aumentaron más que los de tamaño mediano, similar al efecto de tamaño en el modelo Fama-French (aunque la relación no es exacta).
"El beta del factor tamaño es estadísticamente significativo y la dinámica del índice de Lego que creamos para nuestra investigación es similar a la de ese factor", explicó Dobrynskaya por teléfono desde Moscú. "Los juegos de Lego no muestran una correlación significativa con las crisis financieras y pueden verse como una inversión atractiva con potencial de diversificación".
Pero no todos aman la ciencia. Algunos consideran que tratar de convertir a los Legos en un modelo de rendimientos factoriales es un poco tonto y crea la posibilidad de que el juicio humano distorsione los hallazgos. El primero de los peligros es la posibilidad de que todo se explique por casualidad, una crítica que se cierne sobre muchos modelos de factores.
"Si piensas en todos los académicos del mundo, hay muchos, y todos buscan algo interesante que decir que siempre estará relacionado con el factor Fama-French", asegura Roberto Croce, director general y gerente sénior de cartera de BNY Mellon. "Alguien va a encontrar una correlación, por simple azar".