El comercio ambulante es uno de los principales ilícitos que deben enfrentar las ciudades. En una batalla que parece de nunca acabar, cada municipio toma sus propias medidas para sacar a los vendedores de las calles y establecer más acciones de "urbanismo táctico", como cámaras y espacios restrictivos.
La última, la cruzada de Evelyn Matthei, alcaldesa de Providencia, para liberar a su comuna de este problema. Alejandra Luneke, investigadora del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica (IEUT-UC) y experta en la materia, señala que la clave para combatir este fenómeno es integrar y generar la infraestructura adecuada para regularizar a este tipo de comercio.
Además, hace un llamado para que se tomen más decisiones políticas al respecto.
¿Cuál es el impacto que genera el comercio ilícito en la ciudad?
-Se suele pensar que está directamente relacionado con la percepción de seguridad en el espacio público, a nivel de ordenamiento y usos sociales. En términos económicos, está el impacto que puede producir en el comercio establecido. Esas son las dos áreas donde, finalmente, más golpea este fenómeno.
¿Cuál es el punto de inflexión que motiva la persecución de los comerciantes ilegales?
-Esto está relacionado con la percepción de desorden en los espacios públicos, que es lo que ven las personas cuando transitan por las calles. La teoría indica que las zonas más ordenadas son entendidas como más seguras.
En términos de delitos objetivos, toda la información que tenemos no es muy contundente al respecto, porque erradicar el comercio ambulante como medida de control de seguridad urbana, depende de cada caso.
Es decir, ¿no siempre entrega buenos resultados para disminuir la ocurrencia de delitos situacionales?
-No porque yo erradique el comercio ambulante de la ciudad, van a disminuir los delitos. La teoría situacional depende del calle a calle y de los espacios. Eso es algo contundente.
Entonces, ¿qué le parecen las medidas que van en contra del comercio en las calles?
-Estas medidas que -en línea con la seguridad- se ejercen contra el comercio ambulante, no se pueden aplicar de manera estándar por toda la ciudad. Es una forma de actuar sobre los síntomas y no en la causa de fondo del comportamiento delictual.
¿Qué ocurre en el caso de Providencia?
-Con la nueva legislación y ordenanzas que se han generado en Providencia, se puede observar que este fenómeno se desplaza. Es decir, tanto el delito como el comercio ambulante. Entonces, para que esto funcionara adecuadamente, se deberían tomar medidas en toda la ciudad.
¿Cómo se debe hacer?
-Hay que ordenar el espacio urbano, pero eso no significa que sea necesario sacar el comercio ambulante a la fuerza. Esto se puede traducir en un reordenamiento, lo que involucra reubicarlos y formalizarlos. Si no fuera así, nuevamente vamos a estar actuando sobre los síntomas.
¿Existe alguna experiencia al respecto?
-Hay un caso muy antiguo en Santiago, que es el que se produjo con los carritos de Ñuñoa en Irarrázaval. Este era un comercio ambulante sobre la vía pública en los '90, al que se le entregó un espacio para que formalizaran su forma de trabajar.
¿Qué se hace en otros países?
-Las medidas a nivel internacional están relacionadas con la experiencia de Ñuñoa, pues no se persigue el comercio ilegal o ambulante. Ellos consideran que este fenómeno no está completamente asociado con la ocurrencia de más delitos, sino que trabajan para darles la oportunidad de reubicarse en un territorio comunal.
¿Qué evidencia existe al respecto?
-Un estudio de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y la Subsecretaría de Prevención del Delito, indica que el 81% de los sujetos que trabajaban en la calle declaró que nunca les habían ofrecido formalizarse y que el 70% sí estaría disponible para hacerlo.
Además, el 60% de los compradores estaría en desacuerdo con eliminar completamente este tipo de comercio. Por lo tanto, lo opinión pública estaría más de acuerdo con una normativa que se oriente a ordenar el espacio comunal que restringir este tipo de comercio.
¿Qué hay detrás del comercio ambulante?
-Existe una estructura de oportunidades de empleo, a la cual estos sujetos no pueden acceder. No estamos hablando sólo de inmigrantes o ilegales, sino que de ciudadanos chilenos que no tienen otra alternativa para obtener dinero.
¿Cuál es su principal crítica respecto a las restricciones que están tomando los municipios?
-Por las medidas que se están tomando en Providencia, Santiago, Estación Central y Ñuñoa, entre otros, no me queda claro cuál es el objetivo que persiguen los alcaldes.
¿Quieren disminuir la sensación de inseguridad? o ¿asegurar a los comerciantes instalados? Han sido ambiguos al respecto.
Entonces, ¿qué se debe hacer?
-Hay que dar una oportunidad laboral y reorganizar los espacios comunes en las zonas públicas. Es clave ser más creativos y no dar prioridad al uso de la fuerza o persecución.