IPSA: expectativas versus realidad
EL cuentakilómetros ya marca mitad de 2018, lo que da una buena oportunidad para hacer un chequeo más exhaustivo al IPSA. Y dado que para el desempeño de las bolsas es fundamental el balance entre expectativas y realidad, decidimos contrastar lo que piensan las mismas compañías de este índice con lo que está esperando el mercado.
Así, realizamos una consulta anónima a las 22 compañías más grandes del IPSA, lo que nos dio una oportunidad única de conocer en detalle la visión que tienen las mismas empresas sobre lo que ha sido el año y sus expectativas para los próximos meses. Uno de los puntos más destacables fue que el 48% de las firmas señaló que el primer semestre fue mejor a lo que se proyectaba en el último presupuesto, mientras que el 57% espera que el presupuesto 2019 sea corregido al alza. Esto coincide con la mejora que hemos visto en los últimos meses en las encuestas del Banco Central, que pone a Chile a la cabeza de la región en términos de reactivación económica. De los distintos sectores, resaltó el optimismo en las empresas de materias primas y banca, mientras que, en línea con nuestras expectativas, los principales riesgos se relacionan con la mayor incertidumbre sobre Argentina y Brasil.
Mirando la otra parte de la ecuación, ¿cuánto de esta visión positiva está reflejada en las expectativas de utilidad del mercado? El consenso de crecimiento en utilidades está en torno al 25%, muy por sobre el promedio histórico de 10% y prácticamente nulo crecimiento en los últimos cuatro años. Y las mismas compañías parecen creer que esto es demasiado: el 10% de los consultados espera una expansión para 2018 en línea con el consenso, comparado con el 38% bajo éste. Aunque esto podría asustar a más de alguno, creemos que se trata más bien de un tema de muestra. Sin embargo, cerca del 60% de esta expansión se explica por el sector forestal y de banca, los que a su vez sólo representan al 25% de las empresas consultadas. Por lo que en esta ocasión, y dadas las positivas dinámicas que se vislumbran en ambos sectores, su voto vale más que el de otros.
Ahora, para cuajar las expectativas con la realidad, hicimos un análisis comparando el rendimiento de la bolsa en los últimos tres meses y el impacto teórico que causaría el aumento de la incertidumbre en la región sobre el valor de las compañías. Este modelo nos muestra que de la corrección de 4% en lo que va del año, el 70% es por incremento en las tasas de descuento y 30% por la fuerte depreciación de las monedas Latam (especialmente el peso argentino y real de Brasil). El único sector que muestra una diferencia importante entre expectativas de mercado y realidad pareciera ser el eléctrico. Para aquellas eléctricas con exposición a Chile las expectativas de las compañías son positivas, el consenso parece estar algo más optimista en términos de utilidades, y nuestro modelo muestra un efecto positivo de la depreciación del peso chileno. Sin embargo, el rendimiento de las acciones va en sentido contrario.
En conclusión, salvo excepciones, las expectativas y realidad parecen caminar de la mano, y la descompresión de múltiplos del IPSA en lo que va del año ayuda a limitar el riesgo a la baja en caso que el pesimismo regional contagie a Chile.
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