Isapres mejoran resultados en 2023: dos lograron ganancias y cuatro redujeron pérdidas
Las isapres elevaron sus ingresos en casi 10% y sus costos en solo en 3,3%. Pese a ello, expertos creen que la fragilidad del sistema persiste, especialmente porque no se ha aplicado el efecto del fallo GES de la Corte Suprema. Consalud y Nueva Masvida ganaron dinero y Colmena, Cruz Blanca, Banmédica y Vida Tres recortaron fuerte sus mermas. La isapre más reciente, Esencial, sigue en rojo en su segundo año de instalación en la industria. Hoy el sistema cubre a cerca del 13,7% de la población.
Tras el desastroso 2022, el 2023 fue un año de respiro para las antiguas isapres abiertas en términos financieros, pues todas mejoraron sus resultados finales. La única que empeoró su balance fue Esencial, la aseguradora de salud ligada a la Clínica Alemana que fue creada en 2022 y que no está afectada por los polémicos fallos de la Corte Suprema que tiene contra las cuerdas al sistema.
Tras dos años de pérdidas, el sistema de aseguramiento privado de salud presentó utilidades acumuladas por $7.226 millones (US$8,2 millones) en 2023, según las cifras dadas a conocer ayer por la Superintendencia de Salud. En el año anterior, había registrado un saldo negativo de $138.117 millones (US$157 millones), que se sumó al rojo de $ 148.465 millones (US$169 millones) del 2021. El último ejercicio en que el sistema exhibió ganancias acumuladas fue en 2020, cuando totalizó $82.548 millones (US$94 millones).
El sistema de salud privado sufre una crisis que algunos especialistas han calificado de terminal, debido a varios factores internos y externos que las han afectado después de la pandemia de covid-19, entre ellos, las alzas en los costos de la salud, la tardanza en ajustar sus costos operacionales y las masivas licencias médicas, que se sumaron a dos dictámenes del máximo tribunal del país que afectan directamente sus ingresos.
El primero, de noviembre de 2022, obligó a las isapres a devolver de manera retroactiva cobros en exceso por la aplicación de tablas de factores en los planes de salud distintas a la determinada por la superintendencia, una resolución que generó la discusión legislativa de una ley corta que permita la viabilidad del pago por parte de las aseguradoras. Y el segundo fallo le puso un precio máximo al paquete de Garantías Explícitas de Salud (GES), que según las isapres reduce en 12% sus ingresos.
Al cierre de febrero, las isapres contaban con 1.681.307 cotizantes, que cubren a 2.755.794 beneficiarios, según las últimas estadísticas de la superintendencia. Esto representa en torno al 13,7% del total de habitantes del país proyectado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para junio del 2024. En diciembre del 2022, el sistema tenía 1.901.844 cotizantes y 3.151.885 beneficiarios, es decir, en 14 meses ha perdido cerca de 400 mil.
Al desglosar las cifras del año pasado, dos de las seis aseguradoras abiertas antiguas presentaron utilidades y el resto redujo sus pérdidas de manera importante.
Esto, en un marco operacional que en general mejoró, pues los ingresos agregados del sistema aumentaron un 9,7% a $3.903.996 millones (US$4.450 millones), mientras los costos subieron 3,3%.
La isapre que mejor resultado exhibió fue Consalud, controlada por la Cámara Chilena de la Construcción a través de la sociedad ILC, que ganó $26.497 millones en 2023, revirtiendo la merma de $26.563 millones del año anterior. Fue seguida por Nueva Masvida, que en 2022 fue la única en registrar ganancias ($551 millones) y que el año pasado saltó hasta $8.944 millones.
Colmena, la isapre controlada por el grupo Bethia y la familia Trucco, recortó sus pérdidas drásticamente desde $26.031 millones a sólo $186 millones, gracias a un incremento del 16% en sus ingresos.
Cruz Blanca, la compañía filial del grupo británico Bupa y que en diciembre del 2022 eliminó su fuerza de ventas para hacer frente a la crisis, disminuyó su saldo en rojo
desde $42.963 millones a $2.486 millones, pese a que sus ingresos bajaron un 0,9%.
Banmédica, propiedad de la estadounidense United Health Group, recortó a la mitad sus pérdidas, hasta $16.619 millones, debido a un alza del 10,8% en sus ingresos. Vida Tres, su isapre hermana, también filial de UHG, redujo en casi 58% su resultado negativo pasando de $8.306 a $3.533 millones, con un incremento del 10,6% en sus ingresos.
“Estos números muestran que la parte de la crisis del sector explicada por la pandemia empieza a quedar atrás, pues cae el gasto en licencias médicas, aumentan los ingresos por cotizaciones legales y el sueldo promedio imponible”, dijo Pablo Eguiguren, director de políticas públicas de LyD. “Pero cinco de siete isapres están operando a pérdida. Obviamente, esa situación no es sostenible en el tiempo”, agregó.
Esencial, la isapre más nueva del sistema, fue la única que elevó sus pérdidas al más que duplicar los $2.528 millones del 2022 hasta $5.391 millones en 2023. El alza se explica por un alza de costos mayor a la de sus ingresos, en una fase de instalación de la empresa más reciente del sector, que tiene menos de dos años desde su creación.
Entre las isapres cerradas, la que lideró los resultados fue Fundación, la aseguradora de los trabajadores del BancoEstado, que revirtió las pérdidas por $369 millones del año pasado y alcanzó ganancias por $1.453 millones. Fue seguida por Isalud, la isapre de los empleados de Codelco, que ganó $618 millones después de los $410 millones en utilidades del 2022. La única de las cerradas que redujo sus utilidades fue Cruz del Norte, de los trabajadores de SQM, que tuvo ganancias por $62 millones en 2023 después de los $47 millones el año anterior.
Escenario crítico aún
La mejoría general del sistema no cambió la mirada de los expertos respecto a la compleja situación por la que atraviesan las aseguradoras. De hecho, prevén un 2024 complicado.
“Si nada más sucede, las pérdidas (de las isapres) crecerán en 2024: a partir de enero, los ingresos por GES cayeron en promedio un 13% y si bien desde marzo se está aplicando el reajuste del ICSA (Indicador de Costos de la Salud que cada año establece la superintendencia y que permite un tope de alza para las isapres) es por un monto menor (promedio del sistema es de 4,4%). De hecho, las únicas dos isapres con ganancias en 2023, Consalud y Nueva Masvida, son las más afectadas por la caída en los ingresos del GES. Probablemente en el primer trimestre de este año ambas hayan tenido pérdidas”, calculó Eguiguren.
“La situación sigue siendo crítica. Si bien bajó el gasto en licencias médicas, hubo un aumento en los costos pagados en prestaciones de salud. Si bien todas mantienen los mínimos legales de patrimonio, liquidez y garantía, los resultados son estrechos. Por ejemplo, en liquidez debe ser un índice mayor de 0,8 y en promedio alcanzan 0,9 (las siete isapres abiertas). En garantía debe ser mayor a 100% y para 2023 bajó 0,2% llegando al 101,2%”, resaltó Jorge Acosta, director del Programa de Salud del Instituto Res Publica.
Los expertos recordaron además que aún falta por aplicar el dictamen por tabla de factores, en veremos por la discusión de la ley corta, que podría complejizar aún más la viabilidad de las aseguradoras, pues se trata de una carga adicional ante la obligación de financiar las devoluciones y porque los ingresos volverán a disminuir ya que la Tabla Única de Factores establecida por la superintendencia, “implicará menores ingresos”, dijo Eguiguren.
“Más allá de estas cifras, sigue la espada de Damocles por la aplicación del fallo tal y como lo ha interpretado la superintendencia. Si se aplica tal y como se establece y se exige una devolución de US$ 1.400 millones, eso automáticamente genera la caída del sistema. En el 2023 no se aplicó el fallo, sí se subió el precio base y el reajuste del GES (de 47% promedio). La rebaja del GES partió recién en enero y se va a reflejar en 2024″, asegura Manuel Inostroza, exsuperintendente, profesor de la UNAB y hoy director de la isapre Esencial.
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