Jack Mosa (58 años) llamó a Salvador Said (56 años) antes de la elección de directorio de 2019. El primero era un accionista minoritario cuya familia había comprado títulos de Parque Arauco desde hace más de una década. El segundo, miembro de la familia controladora de la empresa operadora de centros comerciales.
Los dos tuvieron una conversación personal. Respetuosa, dicen quienes conocieron esa comunicación. Pero directa: Jack Mosa quería entrar al directorio de Parque Arauco, y Salvador Said le advirtió que aquello podía ser un problema. Mosa es accionista de Pasmar, una empresa que también opera centros comerciales, pero a otra escala, en el sur del país. Mosa decidió entonces postular a un director externo. Y escogió a Fernando Massú, quien entró en abril de 2019.
“He estado concentrado en muchos proyectos, por lo mismo nuestro interés ha sido contribuir con capital humano que fortalezca el directorio de Parque Arauco. Por eso en 2019 pensamos en Fernando Massú, director de reconocido prestigio e independiente”, explica Jack Mosa a Pulso.
La muerte de José Said Saffie, en julio de 2020, obligará este año a renovar anticipadamente la mesa. Y Mosa quiere ir por más. Hoy tiene un asiento en la mesa de nueve integrantes y pretende un segundo. Será, señala un accionista de la empresa operadora de centros comerciales, “la votación de la discordia”.
Las dos familias se conocen. “Tuve una relación de respeto y consideración con don José Said y también me he relacionado cordialmente con Salvador”, dice Mosa. Los Said visitaron alguna vez la casa del padre de Jack Mosa, el empresario de origen sirio Aziz Mosa, en Puerto Montt.
Los Said provienen de Palestina. José Said consideraba a Aziz Mosa un comerciante capaz y competente. Distinta es la relación entre sus dos hijos: Salvador respeta a Jack Mosa, pero no lo quiere en el directorio de la compañía fundada al amparo del primer gran mall del país, abierto en 1982.
Primero, porque no comparte un estilo de negocios que arrastra polémicas. Pero más importante, por el interlocking, un vínculo que se produce entre dos empresas competidoras cuando comparten directa o indirectamente personas en sus cargos ejecutivos relevantes o en su directorio. Pasmar tiene seis malls en Puerto Montt, y en la Región de Los Lagos; y Parque Arauco opera 15 centros comerciales en Chile.
Aunque no son competidores directos y operan en territorios distintos, en Parque Arauco se oponen a que alguien de la misma industria se siente en su mesa: tienen proveedores similares y trabajan con los mismos locatarios, plantean. Con ello, Mosa en el directorio de Parque Arauco podría tener acceso a información estratégica para su propio negocio.
Mosa niega esa opción: “Se trató durante cinco meses de instalar la idea de un supuesto interlocking, lo que siempre supimos que era falso, ya que Pasmar no compite con Parque Arauco al estar en mercados absolutamente distintos”.
La Fiscalía Nacional Económica le dio la razón y el jueves determinó que Pasmar y Parque Arauco no compiten en los mismos mercados, dada la distancia geográfica de sus operaciones.
Y si bien en 2019 los Said recibieron de buena forma a Fernando Massú, un exgerente del sector bancario al que consideran independiente, ahora la apuesta de Mosa podría ser distinta... Mosa podría postularse como candidato. “Tengo el mismo derecho que cualquier otra persona para ser director de Parque Arauco (...) Ser director de Parque Arauco es algo que aún no descarto”, revela a Pulso.
Una historia de cruces
El fuerte contraste entre el verano y el invierno fue la base del interés de Jack Mosa Shmes (casado, 4 hijos) en el desarrollo de malls. El empresario llegó desde Siria en 1973, a los 10 años, junto a sus padres y hermanos -Aníbal, hoy presidente de Blanco & Negro, y Fabiola- a instalarse en Frutillar, y luego en Puerto Montt.
Sus cercanos recuerdan que el frío del invierno, sumado a la falta de infraestructura, lo llevaron a proyectar el negocio de centros comerciales en el sur. Mas que mal, sus padres -fallecidos trágicamente cuando Jack tenía 19 años- habían tenido supermercados y almacenes, por lo que el retail lo conocía de cerca. Él optó por centrarse en lo inmobiliario. Sus dos hermanos quedaron a cargo de los negocios originales y Jack se lanzó solo en el rubro de los malls.
A fines de los 80, Mosa llegó a la oficina desarrolladora Orlando Sáenz y Cía., ligada al actual director y accionista de Parque Arauco, Orlando Sáenz. Su oficina había sido la creadora del primer centro comercial de Chile: Parque Arauco Kennedy. Y Mosa buscaba ayuda. Conocedores de esa conversación recuerdan que su intención era conseguir asesoría para levantar un centro comercial en Puerto Montt.
La respuesta fue negativa. La firma estaba muy vinculada con Parque Arauco, por lo que no podían ayudarlo, aunque el desarrollo fuera en el sur de Chile. “Hace más de 20 años, en medio de un proceso inmobiliario con varios actores, nos reunimos. En ese entonces, don Orlando me dio una muy buena impresión como persona y profesional”, reconoce Mosa.
En 1995 se creó Pasmar, inaugurando un año después el primer gran mall en pleno centro de Puerto Montt: Mall Paseo del Mar, a lo que se sumaron cinco centros comerciales más y tres power center.
Reconocido como una persona intensa, Jack Mosa viaja todas las semanas a Santiago, los domingos no trabaja y practica deporte a diario. “Necesito gente que haga que las cosas pasen”, es una de sus frases más repetidas. Sus reuniones son ejecutivas. Exige que el trabajo se cumpla. Uno de sus asesores, de hecho, fue también del mundo de Parque Arauco: Gonzalo Quinteros, quien fuera ejecutivo de la firma de los Said y luego director de filiales, trabajó por años con Mosa. Hoy, Jaco -como le dicen en la industria- dice que ha tenido contacto con el grupo Said en las últimas semanas. “Con la cordialidad de siempre”, puntualiza.
La votación de la discordia
Parque Arauco tiene nueve directores y la familia Said eligió cinco en la última elección de 2019. Aunque controla junto a otras familias el 25,47% vía Inmobiliaria Atlantis, alianzas tácitas con otros accionistas pequeños le permiten acercarse al 40%. En 2019, el grupo eligió a José y Salvador Said, Rodrigo Muñoz (gerente general de Inversiones Caburga), José Domingo Eluchans y Orlando Sáenz. Por fuera, pero cerca de ellos, se eligió a Guillermo Said Yarur, cuya familia tiene cerca del 8%. Las AFP eligieron a Luis Hernán Paul y Ana Holuigue. Y al noveno lo escogió Mosa: Fernando Massú.
En ese tiempo, Mosa tenía cerca del 7%. Pero en 2020 comenzó a comprar más acciones, sin advertir sus movimientos a la familia Said, una hostilidad que los molestó. Cuando superó el 10%, en agosto, debió informarlo públicamente y desde esa fecha siguió tomando posiciones, hasta llegar al 13,2% que hasta marzo ha reportado.
“Se dio una coyuntura favorable en cuanto al precio de la acción de Parque Arauco que nos llevó a aumentar nuestra participación desde el 7% al 13% actual. Nos extraña que ello haya dado origen a tantos trascendidos a través de la prensa, porque ese relato solo le resta a Parque Arauco”, opina Mosa.
En el grupo Said creen que los intentos de Mosa por sumar un segundo representante serán infructuosos: para elegir a cada director estima que se requiere acciones cercanas al 8,2%. Y con su porcentaje actual, Mosa necesariamente requiere sumar otros apoyos para agregar otro director.
El controlador de Pasmar lleva ya algunos días llamando a otros accionistas de Parque Arauco -principalmente fondos- para buscar apoyos en torno a un nombre. “Hemos buscado consensos para elegir un segundo director”, reconoce Mosa. Asegura que hay buenos candidatos. No da detalles, aunque enfatiza que debe tener experiencia en centros comerciales. Y no descarta que pueda ser él mismo.
“Hemos sido muy transparentes al señalar que lo nuestro es una inversión de largo plazo y que nos interesa poder alcanzar consensos para incluir un segundo director con un perfil muy específico: conocimiento del negocio, porque es lo que Parque Arauco necesita, pero no vamos a forzar esa situación”, enfatiza.
Los Said creen que lo que pretende Mosa es rentabilizar su apuesta por Parque Arauco: estiman que el costo promedio de sus compras es cercano a $ 1.400 por acción y hoy se transa a unos $ 1.305. Y venderlo se hace más complejo cada vez que eleva el tamaño de su paquete accionario.
Una opción sería que los controladores adquirieran la participación de Mosa para reforzar su posición, pero no es algo que les interese, ya que tienen asegurado el control. Otra es una alianza con Mosa, lo que ha sido resistido frontalmente por la familia Said. “No queremos vincularnos con él”, dicen.
Mosa niega tajante tal visión: “Eso no es cierto. Somos accionistas de Parque Arauco desde hace muchos años, porque tenemos confianza en el futuro de esta compañía y siempre hemos participado en las juntas de accionistas”, dice. “Tenemos la convicción que reforzando el buen directorio que ya tiene Parque Arauco, se puede mejorar considerablemente la operación”, añade.
La junta de accionistas donde se resolverá la disputa se realizará el 23 de abril: justo nueve meses después de la muerte de José Said.