Jaime de la Barra y la alianza de Compass y Vinci Partners: “La oportunidad da para duplicar o triplicar el negocio en el mediano plazo”

Jaime de la Barra, vicepresidente de Compass Group.

El vicepresidente de Compass Group profundiza en los detalles y proyecciones de la fusión de la gestora de activos chilena con la brasileña, donde la primera tendrá el 20%. Cree que el contexto político y económico no pesó en la decisión, sino la oportunidad futura que se abre para ambas partes. Sobre la valorización de los activos, donde Compass resulta ser cerca de un cuarto de Vinci, señala que se explica por la eficiencia alcanzada por la firma brasileña.


El jueves, tras el cierre de los mercados, la compañía chilena Compass Group y su par brasileña Vinci Partners anunciaron una fusión que dará pie a un nuevo gigante de la gestión de activos en América Latina. Esta es la tercera alianza entre grandes nombres de esta industria financiera de ambos países, tras la de Celfin Capital y BTG Pactual en 2012, y la de Moneda Asset Management con Patria Investments en 2021.

La fusión fue valorizada en aproximadamente US$840 millones, pues la capitalización bursátil de Vinci, que cotiza en el Nasdaq, ronda los US$580 millones y el pago a los socios de Compass equivale a US$160 millones.

Entre ambos, que ganaron ingresos por comisiones por US$152 millones en 2023, manejarán activos por unos US$51 mil millones.

Al día siguiente del anuncio del acuerdo, aún se nota en la cara sonriente de Jaime de la Barra, vicepresidente y jefe de estrategia de inversión de Compass Group, que la del jueves fue una jornada larga pero satisfactoria, que terminó con una cena de celebración “muy sobria” en el Río de Janeiro Country Club de Ipanema.

Está contento, porque cree que es el mejor deal que podrían haber conseguido después de 28 años de haber creado la firma junto a Manuel José Balbontín, hoy su presidente, y de haber siempre mantenido la idea de no vender. Hoy enfatiza que con esta operación no venden, sino que se alían; por eso él y Balbontín integrarán el directorio de la nueva empresa fusionada. Y ratifica que ambas marcas se mantendrán y que Compass tendrá el 20% del conglomerado fusionado.

¿Cómo parte esta historia? Porque ustedes siempre dijeron que no venderían.

-En el pasado se nos habían acercado varias instituciones para comprarnos, pero lo que teníamos clarísimo es que no queríamos vender, sino potenciar la plataforma para hacerla más sólida y así seguir persiguiendo el sueño de ser un gran proveedor de soluciones de inversión americana, tanto para clientes latinoamericanos como para clientes globales, y una plataforma que ofreciera soluciones globales a inversionistas latinoamericanos.

Entonces, ¿quién se acercó a conversar, ustedes o ellos?

-Ellos se acercaron y nos encontramos con un grupo de socios, pues como nosotros Vinci también es administrado por un grupo de socios, que tenían una visión y una cultura muy parecida y alineada con la nuestra. Ese fue el punto de partida de una conversación larga.

¿Fueron dos años conversando?

-Nos conocimos desde hace dos años, pero trabajando en esto, un poco menos. No fue un crush, fue un proceso.

¿En qué momento se dieron cuenta de que efectivamente este negocio podría funcionar? ¿Cuándo se produjo ese crush que los hace cambiar la opinión histórica que tenían?

-Ha sido una evolución. En el mundo financiero de hoy, para ofrecer soluciones lo más sólidas posibles, necesitas una cobertura regional muy potente. Nosotros ya habíamos abierto una oficina en Brasil, pero la fortaleza de una organización como Vinci en Brasil cambia completamente la potencia de la organización para lograr ese desafío de ofrecer las mejores soluciones latinoamericanas a los clientes globales. Además, potencia mucho los equipos de inversión, fortalece los procesos de una organización más grande, abierta en bolsa en Estados Unidos, con recursos financieros muy potentes y, sobre todo, con un capital humano que tiene mucha experiencia en el mercado brasileño y europeo. Brasil es uno de los mercados financieros más competitivos y sofisticados, por lejos, de América Latina. Entonces, fue un paso relativamente natural.

Esta alianza, ¿es complementaria o suplementaria?

-Es altamente complementaria, porque la mayoría de las líneas de negocio que ellos operan se concentran en Brasil, y las que nosotros operamos están en México, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Miami en Estados Unidos.

Algo que llama la atención es que ustedes sean el tercer actor chileno del negocio de gestión de activos que se asocia con un operador brasileño, después de Celfin con BTG y Moneda con Patria. ¿Qué encuentran los brasileños en los chilenos o viceversa?

-En el caso nuestro, va más allá de Chile. Hay que recordar que tenemos operaciones relevantes en México, en Argentina y en otros mercados. Entonces, en el caso de por qué a Brasil le interesa el resto de América Latina, y esta es quizás la primera transacción que es de Brasil y el resto de América Latina, es porque ven el mismo potencial que nosotros vimos hace muchos años de tres tendencias que se dan en el mercado. Por ejemplo, de la necesidad de llevar activos no tradicionales a los inversionistas privados e institucionales de la región, que en el mundo han tenido un gran desarrollo. Además, la tendencia de la institucionalización del ahorro privado, de que los inversionistas privados ya están acostumbrándose a ahorrar a través de vehículos más institucionales. Y junto con ello, la globalización de las carteras de inversión de los inversionistas latinoamericanos. Entonces, en esta combinación hay una complementariedad también de las experiencias, estructurando un modelo de negocio que aprovecha esas tendencias.

Y allí ambos tienen especialidades distintas.

-Claro, Vinci tiene una experiencia muy relevante en activos alternativos. Y nosotros la tenemos en la institucionalización del ahorro a los clientes privados y en la internacionalización de las carteras de nuestros clientes en todos los segmentos: institucionales, intermediarios, clientes privados. Hay una complementariedad en ese expertise que claramente genera mucho valor.

Los atractivos activos alternativos

Cuando hablan de activos alternativos de Vinci, ¿a qué se refieren?

-Estamos hablando de private equity, deuda privada, infraestructura e inversiones inmobiliarias. Todo en Brasil.

Sobre las proyecciones de crecimiento de la operación fusionada, ¿cuánto creen que debieran crecer en ingresos este año o el próximo?

-La oportunidad da para duplicar o triplicar el negocio en el mediano plazo.

¿Qué papel jugó el contexto político y económico de Brasil y Chile para una operación de estas características? En Brasil, la economía con Lula ha ido en alza, y en Chile, está débil.

-No tiene absolutamente nada que ver, porque la complementariedad de los modelos de negocios, las oportunidades y las tendencias que vemos para el futuro en el mundo de las inversiones en América Latina y en el mundo, hacen que esta combinación tenga sentido en cualquier contexto político.

Ahora, no es lo mismo aliarse con un brasileño en una economía cayendo que en una subiendo.

-Lo que pasa es que al final hay tantas oportunidades, porque estas tendencias que mencioné, en América Latina algunas están más avanzadas que otras, pero, en general, hay mucho potencial todavía para el futuro. Entonces, lo que vemos es una oportunidad futura.

Ellos son más eficientes

La valorización de los activos de Compass suma en torno a los US$160 millones, de acuerdo a los pagos que recibirán los 22 socios de la firma chilena repartidos entre Santiago, Lima, Nueva York, Miami, México DF, Buenos Aires y Sao Paulo: 11.783.384 millones de acciones de Vinci clase A (unos US$ 121 millones) y US$ 31,3 millones en efectivo, en forma de acciones ordinarias rescatables de Vinci clase C.

Compass administra más del doble de activos que Vinci y ustedes están mucho más diversificados, estando presente en muchos más mercados. Sin embargo, en la valorización son poco menos de un cuarto de ellos. ¿Dónde está la diferencia?

-Está en lo que usted mismo describió, que hace que ellos tengan una operación muy, muy eficiente. Al estar en un solo país y en un negocio principalmente de activos alternativos, eso hace que tengan un modelo de negocio que es más eficiente.

¿Cuál es la participación que tienen los socios en Compass y cuánto va a recibir cada uno?

-Somos todos parte de una compañía que va a tener ese 20%. La información de cuánto tiene cada socio no es pública. Todos los socios operativos de Compass, que somos 22, pasamos a ser socios de Vinci en una entidad.

En el acuerdo se señala que ciertos accionistas de Compass tienen derecho a una retribución de hasta un 7,5% adicional de participación en la empresa fusionada, sujeta al logro de ciertos objetivos, que se pagará en acciones clase A de Vinci hasta 2028. ¿Esa es una señal de que podrían irse en 2028? ¿Por cuánto tiempo están pensando mantenerse en la firma?

-Para siempre. Esa retribución en cinco años es sólo un tema de incentivos.

Maquinarias operando en la planta de la SQM en el Salar de Atacama, en la región de Antofagasta, Chile.

Cobre y litio: “La política más verde de Chile” para reimpulsar el crecimiento

El anuncio de la fusión coincide con el seminario anual de inversiones de Compass, titulado este año “Inversión en tiempos de cólera: estrategias para el cambio”, que se realizará este martes 12 de marzo en el hotel W. Allí, los expositores Andrea Tokman, Oscar Landerretche y Klaus Schmidt-Hebbel, reflexionarán sobre la manera en que Chile pueda retomar el crecimiento económico. “Todos los ojos están puestos en cómo volver a crecer. Y para crecer, la inversión es clave. Y hemos visto cómo la inversión se ha ralentizado en los últimos años”, dice De la Barra.

Y, a su juicio, ¿cómo Chile puede volver a crecer?

-Hay que eliminar las trabas innecesarias a los proyectos, recuperar la seguridad jurídica y la seguridad física, pues cuando no hay seguridad, se altera la ecuación de evaluación de riesgo y se le aplica una tasa de descuento. Entonces, hay que dar las condiciones para que, en esa ecuación, los riesgos sean más bajos y los beneficios más altos.

Pero se observa que los extranjeros siguen invirtiendo en Chile y son los chilenos los que se van.

-El mundo de las inversiones hoy día es globalizado. Y se dan oportunidades para inversionistas de países donde están muy concentrados y vienen a invertir a países emergentes. Con la incertidumbre, por ejemplo, que hay respecto a China, hay mucha gente mirando a América Latina como un lugar interesante. El fenómeno que estamos viendo en México es impresionante, o sea, el traslado de inversiones desde China a países como México, donde hay un boom de inversión.

Y en Chile, ¿dónde están las oportunidades?

-Cuando uno habla con los inversionistas globales, hay cierto consenso de que la descarbonización del mundo pasa por la electrificación. Y en eso Chile tiene recursos naturales, como el cobre y el litio, que juegan un rol fundamental, y ahí hay una oportunidad gigantesca. Por eso es tan importante que se den las condiciones para proveerle al mundo lo que necesita para descarbonizar. Quizás la política más verde que Chile podría implementar es la de acelerar y dar incentivos para que esos sectores se sigan desarrollando.

En cuanto a las reformas que se discuten en Chile, en la previsional, ¿cuál debiera ser el camino que debería adoptar la autoridad?

-Aquí hay que volver a revalorizar el valor del análisis técnico serio. Y si uno mira estos análisis serios, hay un consenso mundial en que para el problema de las pensiones la única repuesta es ahorro y una rentabilidad adecuada de ese ahorro. Por tanto, lo razonable es que la mayor parte de esos recursos vaya a ahorro y que esos ahorros sean manejados por instituciones que tengan los incentivos para generar mejores rentabilidades, lo que se da en el sistema de AFP.

Respecto a la tributaria, lo que se plantea hoy apunta a reducir la elusión y evasión, y las exenciones.

-Hay un ejemplo bien interesante: con la reforma del 2014, todas las expectativas de recaudación no se cumplieron. Aquí el problema es que la base tributaria es muy baja, que la informalidad es alta y que falta fiscalización en el IVA.

Al seminario de Compass vendrán varios expertos en inversiones globales. ¿Por dónde debieran ir las tendencias inversoras este año?

-La economía global está pasando por un momento de recuperación ya más definitiva tras la pandemia. Y ahí lo sorprendente es la capacidad de la economía americana de salir de una forma muy virtuosa, en que la inflación no se acelera, el empleo sigue muy dinámico y la economía crece. Un escenario perfecto. Y en el otro extremo del mundo, en China, vemos que las expectativas de que superaría a Estados Unidos como la mayor economía mundial se han visto frustradas, porque ha habido errores de implementación en política sanitaria (con el Covid), en política económica (por un abandono al fomento del crecimiento y la certeza jurídica) y en política exterior, donde China toma posiciones que generan desconfianza en el mundo de las inversiones. Esto hace que el mundo sea complejo, pero que mejore, que, ante innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial, aparece el dinamismo de Estados Unidos como una ventaja competitiva notable. Entonces, ante la economía mundial hay que ser selectivos, pues ya no va a operar con dos motores potentes funcionando bien sincronizados, sino que con un motor funcionando en forma óptima y otro goteando aceite.

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