Javier Cueto y la medalla de oro de la cervecería Loa

Javier Cueto
Javier Cueto, fundador de la cervecera Loa.

El fundador de la cervecera independiente cuenta los pasos que ha tenido que recorrer para convertir a una de sus marcas en la mejor cerveza lager del mundo, según el World Beer Award realizado en Londres. En Money Talks contó su historia. Aquí, fragmentos de esa entrevista en primera persona.


“Que ‘Atrapanubes Pale Lager’ fuera premiada en Londres como la mejor cerveza lager del mundo por el Word Beer Award -el Oscar del mundo cervecero-, es el reconocimiento más importante que podíamos tener. Se trata de la competencia más importante y de prestigio de la industria, donde cada año llegan miles de cervecerías de los cinco continentes. Y ser elegido como la mejor en la categoría Lager Munich Helles es un doble mérito, porque es la categoría más competitiva y difícil de sobresalir y donde Alemania, con siglos de tradición en la producción de Lager, ha dominado históricamente la categoría”.

“Loa partió como idea el 2020. Con mi socio y amigo de la infancia, Nicolás Forti, siempre tuvimos ganas de hacer algo que nos apasionara, donde pudiéramos meter mucha energía y en algo que nos hiciera sentido. Se nos ocurrió pensar en la cerveza, y empezamos haciéndola en Buin y la vendíamos en Pichilemu. Fue un período de mucha calle, donde íbamos con nuestro carro shopero a distintos eventos y lugares. Una etapa de exploración, donde nos dimos muchos porrazos, pero también fuimos de a poco entendiendo el mercado y también nos dimos cuenta de que la gente respondía a nuestro producto y actitud. Claro, a esas alturas no dimensionamos en lo que nos estábamos metiendo, pero sí supimos que era algo a lo estábamos dispuestos a meterle energía y pasión”.

“Llega la pandemia y todo se cierra. Pero en vez de quedarnos con los brazos cruzados, lo tomamos como una oportunidad para aprender en serio del mercado. Hablamos con proveedores, maestros cerveceros, las cervecerías locales y comenzamos a entender que había un espacio para una cerveza artesanal de alto consumo. Y, lo más importante, queríamos y podíamos hacerlo”.

“¿Qué vimos? Que las marcas que existían eran bastante tradicionales y pensábamos que sí, aparte de producir una buena cerveza, podíamos innovar en la imagen del producto, en hacer una plata disruptiva, con una propuesta más propia para la venta, entonces podíamos soñar con construir una empresa”.

“Yo soy un apasionado de la venta, pero entendía que, sin un buen producto, no hay nada que vender. Hacer cerveza no es fácil y hacer una buena cerveza es muy difícil. Ahora, hacer una lager de calidad es muy complejo, porque al ser una cerveza ligera y muy suave, cualquier error se nota. Hay otros tipos de cerveza, como las negras o las amber en que su sabor es más fuerte y eso los errores, pero en la lager hay que ser muy prolijos”.

“El punto era que nosotros sabíamos más de emprender que de cerveza. En esto fueron muy importante dos viajes que hicimos con el Nico, donde aprendimos mucho de los insumos, la tecnología, de la calidad. Y entendimos las claves del negocio. La primera es la tecnología: si queríamos hacer en serio esto, debíamos tener una planta de producción que fuera de última generación. Y nuestra planta es de lo mejor que hay en el mercado”.

“Lo segundo es que no tenía sentido ponerse a estudiar cómo hacer una buena cerveza. Era mucho más eficiente concentramos en buscar un buen maestro cervecero. Y, con el tiempo, conseguimos a la Messi del mercado, que es Lutz Herdtle, que tiene mucha experiencia en el rubro. El premio en Londres nos dio la razón”.

“Pero si hacer una buena cerveza es muy difícil, venderla es igualmente complejo porque se trata de un mercado muy competitivo y con actores muy grandes. Nosotros siempre pensamos en el proyecto como algo de largo plazo, es decir, que fuera creciendo. Y para eso hay que vender. Por eso, desde el principio tuvimos una orientación a las ventas bajo un concepto que a mí me encanta: ser aguja, que es ser busquilla, estar presente siempre y no aceptar un no como respuesta”.

“También trabajamos mucho en la propuesta de valor de la marca. Si queríamos ser disruptivos, debíamos tener una propuesta diferente, que va desde la presentación hasta la forma como nos comunicamos con nuestros clientes. Por eso, si bien tenemos cinco tipos de cerveza fijos, que son la base del negocio, desarrollamos todos los meses una edición limitada con una receta nueva, con una etiqueta desarrollada especialmente por un artista nacional y con un lanzamiento donde llevamos música, una propuesta de comida y cultura. Incluso, el año pasado hicimos un festival en la fábrica donde llegaron más de 800 personas”.

“La idea mantener el espíritu fresco de la marca, probar y hacer cosas nuevas. Mostrar una marca humana, entretenida y disruptiva. Y también es un incentivo para el equipo, donde nos encanta probar e innovar, algo que nos ayuda a mantener las ganas y la energía con la que empezamos. Eso nunca se puede perder. Queremos ser una marca viva. Y este premio significa eso. Validar lo hemos hecho en estos casi cuatro años, pero también una inyección de energía increíble para todo el equipo para seguir con la misma fuerza del día uno”.

“Hoy, en solo cuatro años, somos una de las tres cerveceras independientes más grande del país. Vamos muy rápido y creciendo de buena forma. Pero nuestro sueño sigue siendo lograr que todo chileno, de Arica a Punta Arenas, pueda consumir una Loa. Para eso, ahora estamos con una ampliación de planta importante para producir unos 120 mil litros mensuales en la temporada alta, lo que ya es una planta grande. Queremos seguir creciendo y en eso, ahora, lo más difícil de este negocio es la distribución, que es muy cara, y que la tienen los grandes actores”.

“Hoy no estamos pensando en vender, por el contrario, queremos meterle más fuerza. Pero también entendemos que, por la naturaleza del negocio, si queremos cumplir el sueño de que todos chilenos consuman Loa, vamos a necesitar un socio estratégico que tenga distribución en todo Chile. Hoy no, pero no es una puerta cerrada”.

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