La sensación que había al interior del comando del candidato del Frente Amplio (FA), Gabriel Boric, en las horas previas al cierre de las mesas en las primarias del domingo pasado, era que se estaría contando hasta los últimos votos de la última mesa. Esperaban un resultado estrecho y aunque la estrategia diseñada se hizo para ganar, fue una sorpresa no sólo la votación de su candidato, sino que la del pacto en general. Así relata Javiera Martínez lo sucedido antes de conocer los resultados que encumbraron a Boric como representante presidencial del bloque Apruebo Dignidad, venciendo con gran amplitud a Daniel Jadue (PC).
Martínez, coordinadora programática del comando del FA, es ingeniera industrial en Minas de la Universidad Católica, con un magíster en Economía Política de la University de Nueva York. Fue asesora en el gabinete del Ministerio de Educación entre 2014 y 2016, y su labor se centró en los proyectos de reforma educacional de Michelle Bachelet, calculando el impacto fiscal de algunas iniciativas de ley. En especial, trabajó en el proyecto de Nueva Educación Pública.
“Estamos ahora en una fase de evaluación, no estamos arriba de la máquina de nuevo para empezar la segunda patita de la campaña. Hay cosas que masticar y analizar los resultados”, comenta y adelanta que “en las próximas dos semanas ya deberíamos tener un plan de acción y coordinación más claro con Chile Digno”.
¿Y en ese plan está la incorporación de economistas como Javiera Petersen, Fernando Carmona o Ramón López, del comando de Jadue?: “Estamos recién en proceso de evaluación”, enfatiza, pero anticipa que “se necesitará bastante gente en los equipos, y ojalá personas con miradas distintas, con interdisciplinariedad. Si queremos un programa que hable de mayorías, se tendrá que integrar harta gente del pacto y también independientes”. Por lo mismo, Martínez explica que están abiertos a incorporar nuevas ideas. “Lo que hicimos primero fue presentar un manifiesto, que eran las líneas del programa que queríamos retroalimentar con la ciudadanía, especialistas y organizaciones sociales. Luego realizamos las propuestas programáticas. Ahora el programa debe tener dos procesos: uno, de profundización de los mismos temas que hemos ido proponiendo, y otro, avanzar a un programa que incluya materias de Jadue y de sectores independientes”, detalla. Todo esto, dice, con el objetivo de ampliar el electorado. “Necesitamos más de los 1,7 millones de votos para ganar la presidencial”, subraya.
¿Y en ese proceso ya tienen vistos algunos temas que se puedan incorporar del programa del PC?
-Durante la primaria se esbozaron diferencias, pero hay un norte común. Y ese norte común es bien amplio, porque se ve también reflejado en los resultados de la convención. Ahí hay temas como No más AFP, que es una bandera amplia programática.
Martínez cuenta que se trabajará para desconcentrar la cantidad de labores que tenían que asumir junto a Diego Pardow como coordinadores programáticos. “Había distintas tareas que se abordaban, desde la preparación de debates, insumos para el día a día, coordinación de los 35 equipos programáticos, la conversación de contenidos para comunicaciones, la conversación con los partidos y vocerías”, menciona.
¿El programa debe moverse más hacia el centro o hacia la izquierda para ampliar el electorado?
-Vamos a seguir construyendo un programa que tenga estas perspectivas transversales de feminismo, crisis climática y descentralización. Lo que estamos construyendo es un horizonte de transformaciones, y en este horizonte hay convergencias programáticas importantes en un sector bastante amplio. No más AFP, fin a las zonas de sacrificio, una banca para el desarrollo, son temas que se ven en el PC, el FA y el Partido Socialista. Soy optimista de la convergencia programática que pueda haber. No se trata de irse más a la izquierda o a la derecha, sino que hay un horizonte de transformaciones muy compartido, lo que explica la fuerza del Apruebo y la Convención Constitucional.
¿Ven riesgos de que votos del PC o de Chile Digno se vayan a una eventual candidatura presidencial de la Lista del Pueblo?
-Ahí tenemos una responsabilidad de ser convocantes con esos votos. No me cabe duda que el PC jugará un rol de liderazgo y que estará acá. No tengo dudas del apoyo que estamos construyendo como coalición. Hay que ser inclusivos y cohesionar a través de lo programático.
Entre las diferencias con el programa de Jadue está la gradualidad de la reforma tributaria. ¿Ustedes mantendrán la idea de subir la carga entre 8 y 8,5 puntos del PIB en 8 años o se abrirán a que sea más rápido?
-Durante la campaña no tuvimos tiempo para conversar punto por punto los temas, pero ahora vamos a tener ese espacio para exponer los argumentos técnicos de cada una de las propuestas. Compartimos el norte, pero tenemos matices en la velocidad de su aplicación. Ahora tendremos más calma para ir viendo las diferencias, que son más de ingeniería de detalles.
La reforma impositiva de Michelle Bachelet buscaba elevar la carga tributaria en tres puntos del PIB. Ese proyecto fue bastante criticado y generó tensiones. ¿Qué escenario anticipan para este debate?
-La reforma tributaria es un proceso que reconocemos que necesita rigurosidad técnica, capacidad de interlocución y de escuchar, pero creo que habrá las mayorías parlamentarias para poder legislar. Lo importante es que mientras antes comencemos a construir esa reforma tributaria, es mejor, para llegar lo más preparados posible en caso que Gabriel gane las elecciones y tener esa propuesta el 11 de marzo para empezar rápidamente con el trabajo legislativo.
¿Se han puesto en el caso de que no se logre la proyección de recaudación que tienen?
-La economía es una ciencia social y no una exacta. Uno tiene metas de recaudación, hace informes financieros y trata de que reflejen lo más fielmente lo que hace la Dirección de Presupuestos. Pero siempre hay un margen de error, porque también dependerá del momento de la economía.
¿Será un proyecto prioritario?
-Es uno de los primeros proyectos que queremos tramitar. Esto es importante, porque se entiende que las reformas tributarias causan estrés en los mercados. Por eso, es clave entregar certezas de lo que vamos a hacer, para que esa información la integre el mercado. Nos interesa llevar este proceso de manera transparente, con un buen trabajo prelegislativo, porque entendemos que una reforma tributaria no se puede hacer todos los años. Lo peor que puede pasar es hacer una reforma tributaria y que después llegue otro gobierno y la cambie, y ahí empezamos en un proceso de incertezas tributarias muy complejo. Entregar información de lo que se quiere hacer genera certezas.
La reforma es bastante ambiciosa, porque aborda varios temas. ¿Tienen pensada cuál sería la forma de legislar, en el sentido de si optarían por varios proyectos o por una gran reforma que incluya todos los puntos?
-Ese tipo de ingeniería de detalles es el que tenemos que empezar a trabajar. Tiendo a pensar que es mejor legislar paquetes completos, porque se necesita ver la panorámica total. Es mejor en ese sentido, pero puede haber prioridades distintas dentro de un mismo paquete legislativo.
¿Cómo evitar una fuga de capitales y una baja de la inversión con un programa que el empresariado podría considerar hostil?
-Lo primero es transmitir certezas, por eso queremos ser muy francos y transparentes de lo que queremos hacer. Eso ayuda al mercado. Lo segundo es que Chile será un país más próspero y feliz cuando existan derechos que hoy no están garantizados y un país más cohesionado socialmente. Eso será muy bueno para la inversión extranjera. Chile sigue siendo un país robusto macroeconómicamente, incluso con todo lo que ha pasado con el Covid. El proceso que estamos viviendo sólo traerá cosas buenas para el país. El ser un país más cohesionado socialmente ayudará a que la inversión extranjera no se vaya.
¿Tienen algún foco para potenciar la inversión privada?
-Nosotros en nuestro programa tenemos una invitación hacia el mundo privado. Está toda nuestra mirada de un Estado emprendedor, que no es uno que se pone a hacer empresas estatales de todo tipo, sino que coordina y hace invitaciones a los privados. Así abrimos espacios de colaboración y oportunidades de negocios importantes. Un ejemplo concreto es que la transformación digital que Chile necesita no se puede hacer sólo a través del Estado; por ello, el Estado pondrá incentivos y hará invitaciones para que el sector privado nos pueda ayudar a terminar con la brecha digital. Necesitamos a los privados para salir adelante; el Estado no se la puede solo, pero claramente con reglas diferentes. No será un Estado en función de lo que necesita el privado, sino que el Estado pueda coordinar a los privados para poner por delante los desafíos que necesita Chile.
Esta semana se conoció que tuvieron una cita con Endeavor y otros representantes de emprendedores. ¿Piensan tener reuniones con los grandes empresarios?
-Hemos tenido reuniones con Convergencia de Pymes, con cooperativas y también con pymes. Vamos a seguir conversando. Aquí hay una diferencia con la candidatura de Sebastián Sichel. Él es el candidato de los empresarios, pero de los grandes empresarios, de la concentración de mercados que tiene Chile. Nosotros hemos apostado por desconcentrar el mercado. La disponibilidad a conversar siempre estará, pero vamos a legislar en favor de las pymes, los emprendedores y las cooperativas.
¿Su foco estará puesto en establecer vínculos con este tipo de empresarios y no con la CPC o la Sofofa, por ejemplo?
-El trabajo prelegislativo se tiene que hacer con todos, pero el problema que hay es que en Chile se escucha de sobremanera a un grupo sobre el otro. Hoy día creemos que existe una excesiva concentración de mercado en Chile. Sin duda, las grandes empresas son importantes para las capacidades productivas del país, pero el tema es que tenemos muy pocas grandes empresas y todas muy conectadas entre ellas. Nos gustaría que las medianas empresas y las pequeñas puedan crecer y transformarse en grandes empresas, pero el problema es la concentración de mercado, y en eso no nos vamos a perder.
La agenda laboral también es bastante amplia y toca varios temas. ¿Tienen considerado avanzar en paralelo con una reforma laboral y otra tributaria, o irán en distintas etapas?
-Hay un trabajo prelegislativo que tenemos que hacer, que es superimportante. Uno de los problemas que ha tenido este tipo de reformas es que no hay una buena discusión antes de llegar al Congreso. Esos trabajos prelegislativos tienen que ser mejorados.
¿No les preocupa que al impulsar esta serie de reformas el crecimiento se pueda trancar y ser aún más bajo de lo que se proyecta?
-La reforma tributaria es una de las prioridades legislativas, pensiones también. Una conversación que tenemos que tener, de cara a la primera vuelta presidencial, son las prioridades legislativas. Lo importante es que vamos a empezar ahora un proceso de diseño de gobierno.
El gobierno proyectó un crecimiento promedio para los próximos cuatro años del 2,7%. ¿Qué medidas tienen en su programa para impulsar la actividad económica en el corto plazo?
-Presentamos una propuesta de reactivación económica con dos focos. El primero es de participación laboral femenina, que tiene tres partes: reformular los subsidios Regresa y Contrata para que sean uno solo, pero con menos requisitos. El segundo es que estos subsidios se complementen con los programas que hay sobre cuidado de niños y niñas, porque entregar subsidios a mujeres sin redistribuir las labores en los cuidados, no será efectivo. Y como tercer punto, haremos un programa de reconversión laboral, pensando en maximizar el paso de la informalidad a la formalidad laboral de las mujeres. El segundo eje es inversión pública verde, que trae un montón de otras cosas en la cadena de crecimiento. Ahí hay un plan de adaptación a la crisis climática. Estamos pensando en infraestructura para los bordes costeros, infraestructura para el agua potable rural y para la generación residencial de energía. También infraestructura para que la cultura vuelva a reactivarse.
¿En su propuesta de pensiones se mantiene o no la capitalización individual, más allá de que las AFP se eliminan?
-La discusión de las pensiones ha estado muy atrapada en el debate paramétrico, en el sentido de cuánto es para capitalización individual, cuánto es solidario, pero hoy tendremos la oportunidad única de discutir un sistema de seguridad social. Nosotros creemos que la capitalización individual tiene que disminuir. Estamos en discusiones para definir la reducción y la gradualidad. El modelo ideal es que sea un fondo colectivo.
¿Cuál es el costo total del programa y las fuentes de financiamiento? ¿Durante los primeros años se recurrirá a deuda y Fondos Soberanos?
-El costo total del programa es de entre 8 y 8,5 puntos del PIB. Se distribuye aproximadamente entre un tercio para pensiones, otro para derechos sociales y otro a Estado emprendedor, ciudad y crisis climática. Creemos que será necesario ocupar primero deuda, para después tener una convergencia.
¿Tienen algún país de referencia, de modelo a seguir?
-Hay varios países: Suecia, en pensiones; Finlandia, en transformación productiva; Corea del Sur, en la transformación tecnológica, y hay cosas de Portugal y de Uruguay.
¿Al mirar el programa de ustedes y el de Sichel se puede concluir que el país se juega dos modelos de desarrollo distintos en las elecciones de noviembre?
-Efectivamente, hay dos visiones de país. Una del Apruebo y otra del Rechazo. Nosotros aspiramos a ser la candidatura del Apruebo, que es la que quiere transformaciones con un horizonte de tranquilidad, pero transformaciones importantes para el país.P