Semanas después de poner en marcha los vuelos nacionales en la aproblemada Argentina, la aerolínea de bajo costo con sede en Santiago JetSmart desestimó informes de que podría presentar una oferta por los activos de una aerolínea brasileña en bancarrota y señaló que su expansión al resto de la región será gradual.

"A largo plazo nuestra visión es bien simple: queremos ser el low cost líder de toda Sudamérica", comentó el director ejecutivo de la compañía, Estuardo Ortiz, en una entrevista con la radio Pauta Bloomberg en Santiago. Desmintió un reporte del periódico brasileño Valor que afirma que la aerolínea y Qatar Airways consideran presentar ofertas por los activos de Avianca Brasil.

JetSmart, propiedad de Indigo Partners, firma de capital privado con sede en Phoenix, Arizona, comenzó sus operaciones en Chile en 2016, controla actualmente un poco más del 16% del mercado nacional y ha transportado más de tres millones de pasajeros, detalló Ortiz. El crecimiento no ha ocurrido a expensas de los rivales locales Latam Airlines o Sky Airline, sino por convencer a más personas de volar en lugar de viajar en bus.

"No ha habido robo de pasajeros, nuestros competidores han transportado más pasajeros", indicó Ortiz. El total de pasajeros nacionales se disparó en términos interanuales un 46% en el primer trimestre en Chile y JetSmart experimentó un salto del 120%.

La aerolínea también opera vuelos internacionales a Perú y Argentina y comenzó a ofrecer vuelos nacionales en este último país hace dos semanas. Planea permanecer en el país vecino, pese a la alta inflación y la desaceleración económica. Los argentinos vuelan menos de un tercio que los chilenos, por lo que el potencial es enorme, afirmó Ortiz.

La expansión también se vio influenciada por la decisión del gobierno en 2018 de permitir a las aerolíneas utilizar el aeropuerto de El Palomar, otrora base militar, como terminal de bajo costo.

Era una "oportunidad histórica. Éste era el momento independiente de las condiciones de mercado," para ingresar a Argentina, aseguró Ortiz. "Va a ser largo plazo, va a tomar cinco, seis o siete años establecer una operación robusta".