Jorge Atton y la venta de la red de fibra óptica de Telefónica: “Está cambiando el mapa”
El exsubsecretario de Telecomunicaciones cree que el traspaso del control de la mayor red de fibra óptica de Chile a un inversor global hará más racional la inversión en el sector, elevará la competencia y redundará en menores precios.
Fue el subsecretario de telecomunicaciones entre 2010 y 2014, época en que se promulgó una nueva ley de antenas que, entre otras cosas, promovió lo que ocurrió después: las empresas operadoras se deshicieron de su infraestructura de telefonía móvil y la vendieron a gigantes internacionales.
La tendencia ahora se profundiza, cree Jorge Atton, un ingeniero que en 2018 fue también intendente de La Araucanía. Ayer, Telefónica anunció que venderá el 60% de su filial InfraCo al gestor de fondos estadounidense KKR y mantendrá el 40%: esa filial será la dueña ahora de una red de fibra óptica que pasa por cerca de dos millones de unidades inmobiliarias.
La operación está valorada en unos US$ 1.000 millones. Para Jorge Atton, también lo que vive la industria es similar a lo que ocurrió en el sector eléctrico: una desintegración vertical que, cree, traerá beneficios para los consumidores chilenos.
“Es un cambio bastante relevante y es la tendencia mundial, en el fondo la desintegración de la infraestructura de telecomunicaciones. El primer cambio fue forzado por cambios legislativos, que es la famosa ley de antenas, que privilegió la colocalización y el uso de la infraestructura común y por eso mismo las compañías -incluso Entel, que era la más reacia, fue la última en hacerlo- han vendido su infraestructura de torres. El segundo paso que se visualizaba, que es lo que está pasando en el mundo, es que en vez de instalar 4 o 5 redes de fibra óptica a las casas, se está privilegiando el uso de una sola infraestructura común que es la red que va a dominar a largo plazo. Claramente ni los cables de cobre telefónico, ni el cable coaxial, tienen la capacidad para transmitir la información que se requiere para los grandes volúmenes de uso de internet”.
¿Qué efecto tendrá en la industria la operación de Telefónica?
- Este cambio que hizo Telefónica, que desintegró, separó su infraestructura de última milla, la distribución a las casas y oficinas, en otra compañía, va a privilegiar el uso de una sola red, abierta a terceros. Además del contrato que tenga esta nueva compañía con Telefónica-Movistar, este servicio se va a ofrecer a otras compañías. Eso significa, al final del día, menos sobreinversión, lo que redunda en que los chilenos vamos a pagar, en el mediano y largo plazo, menos costos de infraestructura. Significa además mucha mayor competencia. Hoy la probabilidad de poderse cambiar es difícil porque los edificios, los condominios están por lo general en una sola red y una red alternativa tiene un costo muy alto. Los usuarios van a poder cambiarse sin tener estas restricciones que hoy existen desde el punto de vista físico.
Eso hará un mercado más competitivo, podrían aparecer otros operadores más chicos, que podrían entrar arrendando esta infraestructura de esta compañía mayorista, por llamarle de alguna manera. Va a cambiar el mapa. ¿Qué significa esto? Telefónica tiene la mayor cantidad de casas pasadas con fibra óptica y con la inyección que se está haciendo habrá un operador importante mayorista que va a dar un servicio a todos los operadores del servicio final. Y eso tendrá beneficios para la gente, mayores servicios, menos precio.
¿Deberían otros operadores -como VTR, Entel, GTD- hacer lo mismo, vender a un tercero o a esta misma compañía sus redes de fibra óptica?
- La lógica apunta a que no tiene ningún sentido, si tenemos una fibra óptica que tiene capacidad para poder transmitir una enorme cantidad datos de alta velocidad, mantener el mismo modelo y que se empiecen a desintegrar las compañías. No tiene mucho sentido si ya está la casa conectada hacer otras redes. Eso va a llevar a que se van a racionalizar las inversiones. Entel va a ser un muy buen player porque como tiene menos fibra óptica conectada a las casas, según los datos de la subsecretaría, es un gran ganador porque va a poder usar esta infraestructura y al final la competencia se va a dar por quien te da el mejor servicio al menor precio. El otro que podría seguir este modelo es GTD, que en regiones tiene una posición importante, en el sur sobre todo, y podría ser un competidor para esta alianza entre Telefónica y KKR. Lo lógico es que GTD hiciera lo mismo: abrir sus redes y que la competencia sea por calidad de servicio más que por infraestructura.
¿El modelo de negocios está cambiando radicalmente?
- Total. Esto es muy parecido a un modelo eléctrico, donde Endesa era dueño de las centrales, la transmisión y la distribución. Se desintegró completamente y se creó un negocio mucho más competitivo. Comienzas a usar las redes comunes. Aquí el gran ganador es Chile porque así como la tendencia es que no tengas cinco antenas en un cerro para telefonía móvil y tengas una o dos que le preste el servicio a todos, la misma lógica va en la fibra óptica. Va a ser mucho más racional el uso de la infraestructura. Los chilenos al final vamos a pagar un menor precio porque vamos a tener una inversión en infraestructura mucho más racional.
¿Y la rentabilidad de las empresas ya no estará en función de los activos físicos?
- La rentabilidad va a venir por los servicios y por la eficiencia del modelo de negocio del punto de vista de atención a clientes y servicios de valor agregado, entregar más megas o más contenidos. La integración con el contenido, por ejemplo, es relevante. Aquí lo que debería haber es la alianza de las empresas de telecomunicaciones con los grandes players desde el punto de vista de los contenidos, HBO, Disney, etc. Esa es la competencia que viene, por servicios y no por redes, que es nefasta al final del día, porque tiende a una sobreinversión.
¿Qué riesgo corre Telefónica al no tener el control de la red?
- La mirada de Telefónica fue ver cómo es más eficiente. Y en vez de estar gastando plata en instalar redes, duplicando infraestructura y todo lo que significa, es mejor vender a terceros, ser parte de esa propiedad, estar en ese negocio -y tendrá una cierta rentabilidad, porque sigue con el 40% de la nueva empresa-, pero su foco va a ser el servicio. Al final lo que los usuarios eligen es eso: una buena respuesta desde el punto de vista de la calidad, más que andar instalando infraestructura de fierro y cemento.
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