EL altiplano de la Región de Tarapacá, a más de 4.400 metros de altura, cobija a la segunda minera privada más grande del mundo y la segunda de mayor producción en el país -tras Escondida-, Doña Inés de Collahuasi.
Al igual que toda la industria, la faena -cuyos controladores son las multinacionales Glencore y Anglo American- está operando con una disminución de las dotaciones, para reducir riesgos entre los trabajadores por el coronavirus. A cargo del plan de emergencia está Jorge Gómez, presidente ejecutivo de la empresa desde diciembre de 2012 y quien acumula casi 30 años de experiencia en la industria, en empresas como Codelco, Los Pelambres y Mantos de Oro. En estos años, incluso ha sonado para presidir Codelco, pero él se ha mantenido firme en la compañía.
En entrevista con PULSO, asegura que sortear la crisis sanitaria es un desafío inédito para la empresa, que el año pasado registró una producción superior a las 565 mil toneladas -casi el 10% de toda la producción de cobre del país- el nivel más alto en los más de 20 años de operación.
Sobre cómo cambian las perspectivas para 2020 producto de la crisis, asegura que las metas se revisarán constantemente, así como eventuales cambios al programa de inversiones contemplado originalmente.
¿Cómo están enfrentando esta emergencia?
-Nuestro desafío ha sido cuidar la salud de nuestras personas y ayudar a la región a enfrentar la pandemia. Para ello hemos contado con el fuerte compromiso de toda nuestra organización, que ha entendido la seriedad de la situación y está aplicando con gran disciplina las medidas de protección a la salud que hemos debido implementar en la manera de trabajar y de convivir en faena, así como de cuidarse en sus hogares y en los traslados. En ello hemos tenido el importante apoyo de las dirigencias sindicales, quienes representan el objetivo de los trabajadores de resguardar su salud y a la vez nuestro espacio laboral.
Para apoyar a la región en el combate efectivo de la pandemia, estamos implementando un plan por US$2 millones para duplicar la capacidad sanitaria instalada de Tarapacá, y atender a los pacientes con Covid-19 en las etapas de diagnóstico, atención primaria, cuidados intermedios y cuidados intensivos.
Aportamos el primer equipo PCR para realizar exámenes de diagnóstico de la enfermedad, que ya está operando, disminuyendo radicalmente el tiempo de espera para obtener resultados, además de equipamiento médico para el Hospital Regional y el Puesto de Atención Médica Especializada del Ejército, incluyendo respiradores mecánicos.
¿Qué medidas han tomado con trabajadores y contratistas?
-Una vez que se declaró la Fase 4 del coronavirus en el país, comenzamos a disminuir progresivamente nuestras dotaciones para mitigar la exposición a riesgos de contagio, teniendo como primer propósito resguardar la salud de nuestros trabajadores propios y contratistas.
Establecimos una barrera sanitaria estricta antes del ingreso a nuestras instalaciones, sanitización intensiva de infraestructura y medios de transporte y un sistema de termografía inteligente que identifica a quienes tienen fiebre, así como el uso de mascarillas en zonas de trabajo, áreas comunes y transportes.
Redujimos temporalmente la dotación en faenas, con teletrabajo para los mayores de 60 años, colaboradores con enfermedades crónicas y los que pueden cumplir funciones de manera remota. Adicionalmente, hemos informado oportuna y constantemente a las personas de las medidas y de las situaciones que hemos debido enfrentar.
¿Cuál ha sido el rol del equipo ejecutivo?
-Como equipo ejecutivo hemos estado personalmente y de manera permanente en nuestras faenas, viviendo junto a nuestros trabajadores los cambios implementados, evaluando su efectividad y determinando nuevas líneas de acción.
Y hemos invertido mucho tiempo en planificar todos los escenarios posibles que nos pudiesen afectar, generando para cada uno de ellos sus respectivos controles, de manera de no improvisar cuando cualquiera de estos escenarios sucediera.
Contamos con un comité de crisis que sesiona todos los días de la semana, y toda la línea ejecutiva y supervisora participa para asegurar el cumplimiento de las medidas enfocadas en el resguardo de la salud del personal propio y contratistas. De ese modo, cada día surgen oportunidades para mejorar nuestra respuesta ante esta contingencia, sin renunciar a poder seguir realizando nuestra actividad.
¿Qué aprendizaje cree que dejará toda esta situación?
-No sabemos cuánto va a durar esta crisis ni cómo va a evolucionar, pero hemos reforzado nuestra convicción en nuestro modelo de gestión, abordando esta epidemia como un riesgo crítico y nuevo, que debemos administrar.
Ha sido clave el trabajo colaborativo entre el equipo ejecutivo, nuestros sindicatos y contratistas. La minería es una industria resiliente y creativa en la búsqueda de soluciones, dado que trabajamos siempre en condiciones muy adversas. El plan de emergencia que hemos desplegado es fruto del trabajo de siete años en los que hemos mejorado los indicadores de salud, productivos y financieros, y que nos ha permitido estar en una posición sólida para enfrentar este difícil momento.
Estamos conscientes de que en algún momento volveremos a una situación de mayor normalidad y que, hasta donde nos sea posible, el cumplimiento de nuestros compromisos con nuestros trabajadores, contratistas y comunidades, reforzará nuestros lazos en el futuro, aspecto esencial para el desarrollo de una organización como la nuestra.
¿Cómo están planificando el resto del año?
-Cada vez es más claro que viviremos esta contingencia sanitaria por un buen tiempo. Por lo tanto, junto con seguir reforzando las medidas de protección de la salud de todos, debemos estar preparados para convivir con ellas posiblemente hasta muy avanzado el año o hasta el término de él, buscando retomar aspectos del desarrollo de nuestra compañía, a nivel productivo, de proyectos y de organización que por ahora hemos debido postergar o ralentizar.
En términos productivos, ¿cambiaron las metas?
-Eso lo vamos a revisar constantemente, pero a la fecha no hemos tenido que hacer cambios significativos. Es más, en marzo de este año cumplimos las metas, logrando el primer trimestre un aumento del 16% de producción con relación al mismo período del año 2019. La evolución de la contingencia sanitaria es aún incierta, por lo que es algo que deberemos ir analizando con el paso de las semanas.