Los analistas de JPMorgan Chase & Co. están empezando a considerar las crecientes interrupciones a las exportaciones de Rusia, y el último recuento de daños por sanciones del banco estadounidense muestra que el “colapso” de la economía podría ser comparable a las consecuencias del default del país en 1998.
Ahora se espera un desplome de “máximo a mínimo” en el producto interno bruto ruso de alrededor del 11%, “en línea con la caída registrada en la crisis de deuda de 1998″, dijeron los economistas de JPMorgan en una nota a clientes. Las sanciones impuestas al banco central, junto con el corte del sistema de mensajería global SWIFT, crearon obstáculos para la capacidad de Rusia para vender petróleo y gas, según JPMorgan.
“Los ingresos por exportaciones de Rusia se verán afectados y es probable que las salidas de capital sean inmediatas a pesar de su gran superávit de cuenta corriente”, dijeron. “Las importaciones y el PIB colapsarán”.
La invasión del presidente Vladímir Putin a Ucrania ha desatado la incertidumbre en los mercados de petróleo mundiales, y los compradores evitan hacer negocios con Rusia, ya que Estados Unidos y otros buscan aislarla de los mercados financieros. Los operadores están ofreciendo el crudo emblemático de Rusia con un descuento récord en un intento de atraer compradores.
Mientras tanto, las restricciones sin precedentes al Banco de Rusia han limitado su capacidad para defender el rublo, que ya ha bajado más del 30% frente al dólar este año. En cambio, los encargados de política monetaria subieron la tasa de interés a más del doble a 20% y endurecieron los controles de capital.
“La presión a la baja sobre el rublo y la fuga de capitales están empujando al banco central ruso a aumentar drásticamente las tasas e imponer controles de capital”, dijeron los analistas de JPMorgan. “Las sanciones socavan los dos pilares que promueven la estabilidad: la prtección derivada de las reservas de moneda extranjera del banco central y el superávit de cuenta corriente de Rusia”.
Los ingresos por petróleo y gas han proporcionado un salvavidas de divisas fuertes para Rusia porque la venta y el transporte de energía escaparon en gran medida a las interrupciones directas. Rusia tenía un superávit mensual de cuenta corriente de unos US$20.000 millones a principios de año.
La Administración Biden todavía se opone a prohibir las importaciones de petróleo de Rusia, aunque sus reparos ponen al Gobierno en conflicto con una demanda bipartidista para castigar a Moscú por la invasión de Ucrania.
JPMorgan ahora espera que la economía de Rusia se contraiga un 7% este año, por debajo de su pronóstico anterior de una caída del 3,5%. Proyecta una baja del 10% este trimestre sobre una base anual ajustada estacionalmente, seguida de un descenso del 35% en los siguientes tres meses.
“Las sanciones tendrán su impacto en la economía rusa, que ahora parece encaminarse hacia una profunda recesión”, dijeron los analistas.